Castromonte: el latido de Los Torozos desde la Edad Media
Centro neurálgico. Castromonte cuenta con un marquesado que lleva el nombre de la localidad como un título nobiliario creado por el rey Felipe IV y está considerada la capital de la comarca
En el libro Becerro de las Behetrías de Castilla, mandado hacer por Pedro I de Castilla en el siglo XIV, figura que Castromonte era lugar solariego de Juan Alfonso de Alburquerque, y en ella estuvo en 1354 después de haberse declarado enemigo del monarca, según cuenta Juan Ortega Rubio en su obra Los pueblos de la provincia de Valladolid, editado en 1895.
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De la importancia que tuvo la localidad, considerada como capital de los Montes Torozos, queda el testimonio de Pascual Madoz que, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1845-1850), describió una antigua muralla que rodeaba la población.
Castromonte cuenta con un marquesado que lleva el nombre de la localidad como un título nobiliario español creado por el rey Felipe IV el 12 de julio de 1663 a favor de Luis Francisco de Baeza Manrique de Lara, Veinticuatro de Sevilla, Provincial Perpetuo de Dos Hermanas. A este título, el rey Carlos II le concedió la Grandeza de España en 1698.
Ya en el siglo XX, Castromonte hay que asociarlo a la figura de Blas Pajarero, escritor que entre los setenta y los ochenta del pasado siglo convocó los fines de semana en su casa del corro de San Pedro a la intelectualidad contestataria de Valladolid. Con ilustraciones de su amigo Félix Cuadrado Lomas, escribió el imprescindible retrato de la comarca 'Retazos de Torozos'.
Fechas clave
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Siglo XV: El libro Becerro de las Behetrías de Castilla recoge que Castromonte era un lugar solariego de Juan Alfonso de Alburquerque.
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El rey Felipe IV: crea el Marquesado de Castromonte el 12 de julio de 1663 en favor Luis Francisco de Baeza Manrique.
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Siglo XX: Ligado a la cultura de la mano del escritor Blas Pajarero. El literato entre los setenta y ochenta convoca los fines de semana en su casa el corro de San Pedro, con la intelectualidad contestataria de Valladolid.
La lluvia milagrosa
En su particular historia, Castromonte tiene un suceso de un lejano día en que el pueblo estaba rodeado de un fuego devastador y amenazante de reducirlo todo a cenizas. Fue entonces cuando los vecinos de la villa decidieron sacar en procesión a la Virgen del Rosario, rogando y pidiendo agua para apagar el fuego. Desde entonces, se la ha sacado en procesión en rogativa el lunes de Pentecostés todos los años, hasta 2012, que se pasó al domingo.
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Además, en su visita pastoral del 29 de octubre de 1905, el Obispo de Palencia, Enrique Almaraz y Santos, concedió cuarenta días de indulgencia por cada vez que se rezase la oración de la salve delante de la Virgen del Rosario venerada en la iglesia parroquial de Santa María de la Concepción de Castromonte. El documento que lo acredita se expone en el altar de la Virgen.
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