Un bombero de Tordesillas en Guardo: «Quemamos zona de monte para frenar el fuego»
David Pérez relata su intensa labor luchando contra los incendios, «veas lo que veas tienes que estar al máximo durante las horas que estés allí»
Regresan con la sensación de haberlo dado todo en las 26 horas en la que han estado luchando con los incendios que afectan a la ... provincia de Palencia. David Pérez, cabo del parque de Tordesillas, llegaba el pasado domingo a las tres de la tarde a San Pedro de Cansoles, donde el fuego había arrasado ya cerca de una veintena de viviendas. Tanto él como sus cinco compañeros desplazados en dos vehículos nodriza y un vehículo ligero se encontraron nada más llegar a esa localidad con la «imposibilidad de entrar por carretera, nos tuvieron que reubicar a otro pueblo que está a unos 15 kilómetros, Calaveras de Arriba», explica el bombero que lleva 16 años en esta profesión y que ha pasado por la mayoría de parques de la provincia.
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«Ese pueblo estaba bien y el fuego estaba más o menos controlado y era como un punto base para los medios de extinción y fue donde hicimos labores de reabastecimiento de agua para vehículos de la Junta y de la UME». Durante esas intensas 25 horas era el fuego el que mandaba y los cambios de dirección del mismo les iban marcando la ruta a seguir. «De forma preventiva, al haber riesgo de que el fuego avanzase hasta el pueblo, nos mandaron hasta Valcuende».
Aunque no se quedaron allí. De allí se internaron en zona de monte junto a efectivos de Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) y miembros de la UME. «Estuvimos toda la noche realizando contrafuegos, que es quemar de forma controlada una zona que no lo está para que cuando llegue el fuego se pare en ese punto», explica.
Esas labores nocturnas en la que emplearon la técnica de contrafuegos estaban muy pendientes unos de otros, velando por la seguridad y pendientes también de la evolución de la climatología para llevar a cabo una técnica de ataque que tiene sus riesgos. «Pudimos desarrollar bien el trabajo porque era una noche muy tranquila en cuanto al viento y las pavesas eran muy verticales», apunta.
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Tanto David Pérez como sus compañeros, efectivos de las BRIF y la UME, han tratado de mantener el ánimo en todo momento. «Veas lo que veas tienes que estar al máximo durante las horas que operes allí», señala el bombero, que también estuvo ayudando en la extinción de los incendios de la Sierra de la Culebra hace tres años. «Aquello fue horrible, desolador, con kilómetros de paisaje negro hasta donde alcanzaba la vista», asegura.
Eso sí, al igual que entonces ha visto cómo trabajaban los medios aéreos en la zona. «Nunca es suficiente, está claro, pero no me ha parecido que hubiera pocos medios trabajando. Al menos hasta donde nos hemos desplazado. Allí hemos visto tres helicópteros, tres hidroaviones y medios terrestres. En el caso de los medios aéreos, controlaron en poco tiempo el fuego que había en la zona de Valcuende», explica.
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Los pueblos a los que acudió David Pérez con su equipo habían sido previamente desalojados y no pudo conocer las historias de quienes han tenido que salir dejando todo, pero se vuelve con una sensación que le llena. «Cada vez que nos veían los vecinos de los pueblos que no habían sido desalojados nos aplaudían, nos daban ánimo», finaliza.
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