Valladolid

Una ayuda humanitaria medinense a más de 7.000 kilómetros de distancia

Desde el origen, el objetivo del museo no era otro que emplear todo el dinero generado en él en proyectos que ayuden a «niños con dificultades, que viven en situación de pobreza y también se apoya a Mensajeros de la Paz, a través de la Parroquia de San Antón con el almuerzo solidario», explica su fundador. Su ayuda no solo se centra en proyectos nacionales, sino que su amparo ha cruzado fronteras y ha llegado hasta Cuba. Desde hace más de seis meses, 'Juntos por una Sonrisa' se encarga de gestionar el comedor de una guardería de La Habana, ubicada en la Iglesia de Santa Bárbara, y situada en una de las zonas más pobres de la ciudad; el Barrio de la Párraga.

La elección de Cuba no fue dudosa para Fernández, y los contactos que tenía en la isla le facilitaron aún más su trabajo humanitario. «Llevo diez años viajando allí todos los años, prácticamente, y conocía la situación que está sufriendo a día de hoy. Tengo gente conocida y amigos, así que entendía que era muy fácil empezar allí. No es solamente ir a un país, tienes que tener de, alguna manera, una estructura que te pueda ayudar; porque si no tan lejos es muy difícil», comenta.

Así, en el mes de marzo Fernández cruzó el charco para mantener ciertas reuniones con las Hijas de la Pasión y con el Arzobispado de La Habana. Pero lo que puede suponer algo sencillo, el régimen cubano ha supuesto uno de sus principales desafíos a los que se ha tenido que enfrentar. «Todos sabemos que es, prácticamente, una dictadura. No asumen que tienen una situación de pobreza muy elevada, entonces todo lo que tenemos que hacer, debemos hacerlo bajo una pasarela», menciona José Manuel.

Su labor en dicho centro infantil se centra en garantizar dos comidas al día a cuarenta niños, de entre cuatro y cinco años, que se encuentran en situación de exclusión social. Pero para ello, debe ofrecerles también unas clases particulares, para sí poder alimentarlos. «Allí no puedo decir que estoy haciendo caridad, porque entonces no nos dejarían actuar. Tampoco puedo decir que los niños pasan hambre o que no hay medicina», indica Fernández.

Pero conseguir alimentos en Cuba, también es una tarea difícil. Aunque disponen de voluntarios que se encargan de recorrer los supermercados en busca de sustentos tan básicos como huevos, arroz o pasta; aunque también compran comida a través de hoteles. Otro de los métodos es transportarlo personalmente. Por ello, el próximo 18 de octubre Fernández, acompañado de Romel de Blas, director general de la fundación, viajarán hasta allá cargados de medicina y de leche en polvo; dos elementos muy demandados en el país. Si bien, su objetivo habría sido transportar una cantidad más elevada. «Hemos intentado mantener una reunión con el embajador de Cuba en España para conseguir una valija diplomática y haber sacado un contenedor o cajas, pero no ha sido posible», menciona José Manuel.

El Museo del Juguete no es el único aporte económico que tiene 'Juntos por una Sonrisa' en este proyecto. Todo aquel que esté interesado puede apadrinar a uno de los niños por tan solo un euro al día. «El algo simbólico y ayudas a que coman dos veces al día, que muchos niños en Cuba no pueden hacerlo», asegura Fernández. «Son familias muy desestructuradas, apenas trabajan, muchos niños provienen de la prostitución, no conocen a su padre, viven en casas de tablas, no tienen baño; les falta lo más esencial», añade.

Dos nuevas guarderías que gestionar

Durante las próximas dos semanas que permanezcan en La Habana, José Manuel y Romel se reunirán con el Arzobispado ya que les han solicitado hacerse cargo de otras dos guarderías más en el país. Pero también mantendrán reuniones con otras embajadas cercanas para poder facilitar el traslado de alimentos o medicinas.

Su idea es abastecer a estos tres centros infantiles, aunque también les gustaría colaborar en Venezuela; algo que saben de antemano que es «muy complicado». Sin embargo, uno de los proyectos que pondrán en marcha en los próximos meses será en Senegal. La fundación se encargará de enviar ropa para los más pequeños; quienes se encuentran muy castigos en la sociedad. «Los explotan sexualmente, los mandan a pedir o a trabajar, y si no llegan con determinado dinero al día, los maltratan. Parecen niños esclavos», explica de Blas.

También, les gustaría ayudar a la población ucraniana junto a la Fundación 'Mensajeros de la Paz'. «Nos gustaría ver de qué manera podemos apoyarlos, incluso si alguna familia pudiera venir a Medina e integrarse; aunque aquí tenemos el problema de la vivienda, que no tenemos dónde meterlos», detalla Fernández. Por ellos se encuentran hablando con municipios de la comarca, como Rueda, La Seca o Bobadilla del Campo para poder poner en marcha esta iniciativa.

La fundación ha comenzado su andadura hace poco más de medio año, y pretende seguir activa muchos años más. «Donde podamos ser útiles, podamos ayudar y se pueda llevar una sonrisa, ahí vamos a estar», expresa su presidente. Además, en los próximos meses, pondrá en marcha un nuevo proyecto en Medina del Campo; pero no estará enfocado en los niños, sino en nuestros mayores. Así, esperan dar apoyo a todas aquellas personas que se encuentran solas entregándoles un regalo cuando sea su cumpleaños o cuando llegue la Navidad. Durante esta época estival, volverán a contar con la recogida de juguetes que, el pasado año, fue un completo éxito, pues lograron repartirlos entre 750 familias de Madrid.