La asociación de guardias civiles denuncia la falta de sonómetros para abortar fiestas ilegales

Se queja la Asociación Unificada de Guardias Civiles (Augc) de la «falta de sonómetros y formación» a la hora de abortar fiestas ilegales en el medio rural vallisoletano. Lo consideran un «problema grave», y prueba de ello –dicen– es el reducido listado de denuncias por ruidos tramitadas por la Benemérita en los pueblos de la provincia durante la pandemia. «Los ruidos no son un problema para los 200.000 ciudadanos cuya seguridad depende de nosotros», lamentan, al tiempo que instan a la Delegación del Gobierno y la Subdelegación en Valladolid a «prestar a los ciudadanos el servicio obligatorio de control del ruido».

Ante ello, fuentes de la Delegación del Gobierno admiten que los guardias civiles no disponen de estos instrumentos, pero aseguran que «el número de llamadas por ruidos en el radio de acción de la Benemérita es prácticamente mínimo en comparación con el resto de avisos».

Del mismo modo, señalan que hasta el momento, las intervenciones que en este sentido, son «muy poquitas y en poblaciones muy pequeñas». «Es cierto que no disponen de sonómetros, pero la competencia real y directa de los ruidos es de las Policías Locales. Solo se actúa en poblaciones donde no hay este servicio, y cabe destacar que si se recibe una llamada por ruidos, la patrulla acude, recaba la información y aunque no dispongan de sonómetro, se propone la sanción por otras vías, como recabando pruebas, por lo que han visto, preguntando a vecinos... Que no dispongan de estos instrumentos no quiere decir que no se levante acta y si se considera oportuno, se multe».

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