Policías belgas extienden a Valladolid la investigación del crimen de la enfermera Teresa Rodríguez

Cuando va a cumplirse el primer aniversario del crimen de la enfermera vallisoletana en su propio apartamento bruselense a manos de su ex pareja, quien viajó a la capital belga con la intención de que la joven reconsiderara su postura y volviera con él, los investigadores tienen previsto realizar una serie de entrevistas (diez a personas del entorno de la joven víctima y otras diez, del de su presunto asesino) para lo que se desplazarán a Valladolid, después de que la instructora bruselense realizar un trámite «de juzgado a juzgado» y se solicitara la colaboración entre las policías de ambos países.

Fuentes del caso informaron que toda la tramitación para llevar a cabo estas entrevistas se puso en marcha meses antes de las vacaciones de verano, pero las sucesivas huelgas de Justicia habrían ralentizado el trámite de cooperación internacional. La previsión es que dos agentes de la policía judicial belga sean recibidos por sus homólogos de la policía española en Valladolid y se les facilite la realización de estas entrevistas, que en el procedimiento judicial belga se denominan «enquête moralité». Posiblemente estas declaraciones a personas próximas (no tienen la calidad de testigos en el procedimiento) a la joven asesinada y al presunto autor del crimen se realizarán en una sede judicial.

El principal sospechoso y autor confeso del crimen de Teresa, César A. permanece en prisión preventiva en Saint Gilles desde que fue detenido y se enfrenta a un juicio con jurado popular. En el Código Penal belga, el homicidio con intención de matar es asesinato y será sancionado con penas de 20 a 30 años de prisión. El asesinato cometido con premeditación será castigado con cadena perpetua y esos 30 años de reclusión son la pena máxima, aunque los expertos en derecho internacional indican que, por buen comportamiento, puede ser puesto en libertad a los 10 años de internamiento si se trata de la primera condena del reo y, de 14, si se trata de un reincidente. El recluso puede quedar a «la disposición del Gobierno» tras cumplir 10 años de la condena, lo que significa que, durante este periodo, el ejecutivo belga puede decidir si permanece encarcelado.

Según recoge el informe de la autopsia, el autor confeso del asesinato habría asestado 153 puñaladas en cara y cuello a Teresa Rodríguez Llamazares cuando se encontraban en su céntrico apartamento de Bruselas el 27 de octubre de 2022. El jurado tendrá que determinar si el presunto autor del crimen, tras atacar a Teresa, saltó desde la ventana del quinto piso, donde residía la joven vallisoletana, o desde el segundo piso del inmueble y si lo hizo para intentar escapar tras cometer el asesinato o para quitarse la vida. En ese salto al vacío al callejón, el agresor sufrió una conmoción cerebral y se rompió el tobillo.

Otra incógnita que tal vez nunca se pueda despejar es el motivo por el que Teresa abrió esa mañana la puerta a su exnovio, pues, según indican fuentes próximas a la investigación, le había echado del apartamento porque se negaba a aceptar la ruptura. Tampoco ha trascendido si el agresor llevó un cuchillo y la atacó o lo cogió de la cocina en un arrebato.

César A., con quien Teresa había decidido romper antes de irse a Bruselas, donde trabajaba en un hospital oncológico, compró un billete y se presentó en la capital belga con la excusa de que iba a pasar su cumpleaños «en cinco ciudades y dos países distintos». Eso fue el domingo antes del crimen, 23 de octubre. La joven intentó de nuevo hacerle ver que la relación había acabado pero, al parecer, él se ofuscó y comenzó a mostrarse violento de palabra, aunque luego le pediría perdón. No obstante, Teresa le permitió quedarse en su casa los dos días siguientes. Así, mientras el lunes y el martes ella se fue a trabajar, él realizaba su programa turístico por la ciudad. Pero el miércoles 26 de octubre, César se marchó a un albergue y por la tarde realizó varias búsquedas en Google sobre maneras de matar a una persona. También habría utilizado ese tiempo para realizar una nota de despedida pidiendo perdón a su familia («Espero que nos veamos en el cielo...», indicaba en el texto), un escrito que después modificó pero nunca mandó, han precisado fuentes del caso. Aquella noche, Teresa estuvo de cena con unos amigos desde las 19:00 horas y en torno a las 21:30 horas dieron por finalizada la velada porque al día siguiente trabajaban. Uno de los chicos acompañó a la vallisoletana hasta cerca de su casa y se despidieron en la calle. Fue la última vez que sus amigos la vieron con vida. Eran las 21:45 horas.

A las 6:40 de la mañana del jueves, César A. se presentó en el domicilio de la joven. Se desconoce si argumentó haberse olvidado algo para conseguir que ella abriera la puerta y si ya empuñaba el cuchillo con el que se ensañó. Después se descolgó por una ventana y la policía tendrá que determinar si trató de saltar al tejado y huir o quitarse la vida. Lo cierto es que se cayó y se fracturó un tobillo. Empezó a pedir socorro y, simultáneamente, un vecino llamaba a la policía (la comisaría de policía está situada a pocos metros del edificio). Eran las 7:30 cuando una ambulancia recogió al lesionado, quien en ese momento no mencionó lo que le había hecho a Teresa. Tras su intervención quirúrgica y una hospitalización de tres semanas, fue trasladado a la prisión de Saint Gilles, donde permanece a la espera de juicio.