La Policía de Valladolid impide una misa en la Catedral al congregarse más de veinte fieles a la puerta

Las campanas continúan repicando en muchas de las iglesias de la capital y en su interior aún se celebran misas a diario. El artículo 11 del Real Decreto que regula el estado de alarma así lo permite, siempre que se garantice que los fieles respeten la distancia de seguridad de, al menos, un metro; si bien es cierto que al Arzobispado recomienda a los creyentes que se queden en casa. El problema es cuando deciden acudir al oficio religioso (las puertas están abiertas) y, como ocurrió este domingo en la misa de seis prevista en la Catedral, se aglomeran a las puertas. Más de veinte personas, en su mayoría personas de avanzada edad, se congregaron ante la entrada del lateral del templo, en la plaza de la Universidad. Un número evidentemente excesivo que llevó a intervenir a varias patrullas de las policías Nacional y Local. Los agentes tuvieron que esgrimir el artículo 7 del citado decreto, el que impide la libertad de movimientos en la vía pública salvo por causa justificada, para convencer a los fieles de que se dispersaran, y regresaran a sus domicilios, y al sacerdote que iba a oficiarla (él esgrimió el artículo 11) de que suspendiera la celebración o, si así lo decidiera, la llevara a cabo en solitario.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, trasladó precisamente ayer mismo al Gobierno la necesidad de aumentar el confinamiento por el coronavirus con medidas como «cerrar los lugares de culto» que continúan abiertos.