La polémica fuente que rinde tributo a la construcción de Valladolid

La principal diferencia entre una y otra reside en que la Rinconada fue una fuente pública o de vecindad mientras que Los Colosos nació siendo una fuente puramente decorativa. Su construcción se piensa con motivo de las obras de remodelación y urbanización del espacio urbano situado detrás de la Casa Consistorial vallisoletana. Su autor, el arquitecto Fernando González Poncio, concibió una fuente monumental en la que se integraría un grupo escultórico de claro sentido simbólico y conmemorativo.

El manantial trataba de rendir homenaje a los primeros hombres que dedicaron su esfuerzo para contribuir a la construcción de la ciudad de Valladolid. El diseño contaba con que la estructura arquitectónica e hidráulica de la fuente tomase la forma de un gran pilón circular a modo de vaso de granito con borde de bronce, sujetados en ambos lados por las figuras de dos hombres desnudos que empujan con ayuda de sus cuerpos ambos cubos.

Además de confiar las figuras principales de la composición al escultor Pedro Monje, Poncio también le encargó las dos cabezas de carnero que se presentan a modo de decoración a la estructura principal de la fuente. Estas dos últimas se instalaron «en recuerdo de los arietes medievales utilizados para empujar y hendir las puertas de las fortalezas, pero también como símbolo de fuerza», según recoge el libro 'La escultura pública en la ciudad de Valladolid'.

Y es que desde su instalación en esta céntrica plaza se ha convertido en una de las postales que se llevan buena parte de los visitantes. Resulta raro no ver a alguien fotografiándola o haciéndose un selfie junto a la fuente o a alguno de los dos colosos, completamente desnudos, que la sostienen. Se recuerda que desde al menos el siglo XVII ha habido fuente en la plaza para servicio del vecindario y los monjes de San Benito y con abrevadero para las cabalgaduras.

La polémica que levantó la primera toma de contacto con la desnudez de las figuras humanas se ha superado con el paso del tiempo. Sin embargo, y desde hace no mucho, los colosos han vuelto a dar que hablar. Las dos figuras masculinas han permanecido 19 largos meses atrapadas entre vallas de obra y material de construcción. El motivo, el inicio de las obras de remodelación del registro municipal que comenzaron después de las fiestas de la Virgen de San Lorenzo de 2023. Desde su liberación en abril de este año los viandantes pueden observar el grupo escultórico de Pedro Monje como de costumbre (aunque todavía sin agua).