Valladolid
Pocas reclamaciones y consultas por el apagón, según aseguradoras y asociaciones de consumidoresDos meses después del cero energético la falta de un responsable claro y su duración limitan la posibilidad de recibir compensaciones
«Para lo gordo que fue, la sensación que tenemos es que hay muy pocas reclamaciones». Eso es lo que transmiten fuentes del sector asegurador ... dos meses después del gran apagón que dejó a España oscuras, que inciden en que «lógicamente no es lo mismo particulares que empresas» y recuerdan que, en el caso de estas últimas, «lo normal es que dispongan de equipos electrógenos que les garantizan el suministro durante 24 o 48 horas», lo que limita los daños.
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Otro portavoz del mismo área de actividad sí confirma que «ese lunes se vio un repunte del 50% en los siniestros de hogar», pero advierte de que «muchos pueden ser fraudulentos». «Fue un día en el que se registró un pico muy alto, pero en una primera criba se veía que la gente los había abierto 'a ver si colaba'», explica, por lo que «en un porcentaje elevado no se estimarán». Esa picaresca se centra en solicitudes «para reparar averías o desperfectos que no se corresponden con el apagón», detalla.
No todo es mala fe, sino que también hay casos en los que «no se dan las condiciones» para acceder a una compensación. «Depende mucho de las pólizas, pero en el caso de los alimentos si el corte eléctrico no excede de seis o nueve horas no corresponde reclamar», ejemplifica. Eso cuando se trata de ciudadanos de a pie a los que se les ha estropeado lo que tenían en el frigorífico. Si son negocios es diferente, porque «pueden tener contratada protección jurídica para acudir a los tribunales».
Sea como sea, este segundo interpelado reconoce que «no es un tema en el que nos sintamos muy cómodos, porque todavía está abierto el asunto de las responsabilidades». De hecho, aunque el Gobierno ha presentado un informe que recoge su análisis sobre lo ocurrido el 28 de abril, sigue sin haber un culpable claro. La versión de Red Eléctrica Española (REE) es muy distinta de la del Ejecutivo y a su vez las energéticas consideran que REE es «la única responsable». El resultado de esta maraña endiablada de discursos., solo aptos para especialistas, es que la gestión de usuarios y seguros es más complicada.
Con «el filete podrido» al juzgado
Ninguna de las compañías contactadas dispone de datos provincializados, como tampoco los tiene la patronal Unespa ni las principales asociaciones de consumidores. Aun así desde Valladolid Prudencio Prieto, el presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE), coincide en que la incidencia está siendo mínima. Todo lo que han tramitado al respecto han sido «consultas telefónicas, y nada», en referencia a la escasa viabilidad de que prospere un recurso. «El problema de los que han llamado es que no tienen documentación crediticia para poder reclamar lo que se les ha estropeado», señala el experimentado activista.
«A algunos se les ha fastidiado el ordenador, a otros alimentos...», enumera el máximo responsable de la UCE, que al hilo de esto último incide en que «a mayores tienes que demostrar que lo que estás diciendo es verdad, y no vas a ir con el filete podrido al juzgado». Pero no solo eso. «Ha habido algunos, los menos, que dicen aquí me apunto a lo que sea, a un carromatero», apunta en cuanto a los intentos de fraude.
La Organización de Consumidores y usuarios (OCU), por su parte, ha contabilizado «408 consultas y reclamaciones de toda España relativas al apagón», cifra que no parece excesivamente abultada para el conjunto del país. Los «problemas más citados» por quienes las suscriben son «las cancelaciones en el transporte, la interrupción del servicio de electricidad y las coberturas de los seguros». En su valoración, la entidad lamenta que «las explicaciones oficiales hayan llegado tarde» y alerta de que el documento difundido por la ministra Sara Aagesen «carece de valor jurídico», lo que a su juicio deja a los ciudadanos «en el limbo».
De ahí que la OCU haya iniciado una campaña con el triple objetivo de «aclarar lo sucedido, depurar responsabilidades» y, por supuesto, exigir indemnizaciones para los afectados. Su objetivo es conseguir que un mínimo de 10.000 españoles apoyen esta petición, que se tramita a través de su portal en Internet y ya cuenta con el respaldo de alrededor de 2.500. «Una transición energética justa pasa por proteger al consumidor, no por cargarle con los errores del sistema», critica, en alusión al incremento del precio de la luz «a través de servicios de ajuste que acaban repercutiendo en la factura».
Tampoco Facua-Consumidores en Acción dispone de estadísticas desagregadas por comunidades autónomas o provincias. Su secretario general, Rubén Sánchez, informa de que han atendido «bastantes consultas» de ciudadanos que «no tenían claro qué es lo que podrían reclamar y a quién». En ese sentido, indica que «a nivel de información y asesoramiento nos han preguntado por tres cuestiones». En primer lugar, por la comida que ha quedado en mal estado. «Con independencia de que todavía no está conclusa la investigación y no está determinado si la responsabilidad directa es de las eléctricas, sí se puede reclamar a la compañía del seguro de hogar si incluye cobertura por pérdida de alimentos como consecuencia de daño eléctrico, que es la vía por la que estamos derivando a más usuarios», señala el dirigente de Facua.
El segundo concepto más frecuente son «las averías en electrodomésticos que estaban enchufados a la red y que cuando les volvió la luz tuvieron una subida de tensión». «Esa anomalía es siempre responsabilidad directa de la distribuidora eléctrica, por tanto se le puede reclamar», y recuerda que su nombre aparece «aparece en el recibo que te envía la comercializadora», tanto en la zona de averías como en la referencia del contrato. Por último, otro interrogante recurrente es «a qué tengo derecho por el tiempo que he estado sin luz». Rubén Sánchez responde que «a una compensación que se produce al inicio del año siguiente y que va en función del número total de horas y de cortes» durante el ejercicio, algo que «no es inmediato, a diferencia de lo que ocurre con el sector de las telecomunicaciones, pero que se tiene que hacer y lo tendrán que aplicar de oficio». Ahora bien, «no será una cantidad espectacular, porque siempre es equivalente a lo que estás pagando por el servicio», concluye.
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