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José Cantero y su hijo, Manuel, recogen un premio honorífico. A. Mingueza

Veinte años después, el hijo trae a Pingüinos al padre, que no puede pilotar, en la misma moto

Manuel Cantero restaura una Yamaha Virago 535 como la de su progenitor para intentar volver en 2021 con ambas

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 12 de enero 2020, 21:45

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José Cantero intentó llegar a Pingüinos en 1999, pero la nieve se lo impidió. «La Guardia Civil nos paró porque estaba España nevada entera y ... nos tuvimos que dar la vuelta», recuerda. Pero todo es cuestión de perseverar. «En el 2000 insistimos y llegamos», cuenta. Su esposa y él. El chiquitín, Manuel, tenía entonces 11 años. «Pero qué frío hacía», dice José. «Las motos heladas, todas blancas. Ha cambiado muchísimo, no hace ya tanto frío, y mira que hoy ha hecho».

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