De Pajarillos a recorrer en bici EE UU: «Es la primera vez que hago cicloturismo en mi vida»
Gerardo Gallego retransmite su aventura a través de la página de Facebook 'Deja volar tus pajarillos', en homenaje al barrio vallisoletano con un horizonte de 4.000 kilómetros de ruta
4.000 kilómetros por la Costa Oeste de Estados Unidos en unos 80 días, como la vuelta al mundo de Willy Fog pero en bicicleta ... . Ese es el reto que Gerardo Gallego, vallisoletano del barrio de Pajarillos, se ha propuesto conseguir para «cumplir el sueño de hace años». Su aventura comenzaba el 6 de junio en Canadá, concretamente en Vancouver. «Ya he recorrido tres estados: Washington D. C., Oregón y ahora estoy en California», explica el ciclista aventurero que confiesa que es la primera vez en su vida que hace cicloturismo: «Nunca antes me lo había planteado».
Con una media de 60 o 70 kilómetros al día, Gerardo Gallego prevé llegar a Los Ángeles a mediados del mes de septiembre. «La decisión de venir a hacer esta ruta estuvo impulsada por una serie de cambios en mi vida y surgió la posibilidad de viajar en bicicleta, que era un sueño que tenía desde hace varios años», puntualiza el vallisoletano, que narra las aventuras de la ruta a través de su página de Facebook 'Deja volar tus pajarillos', en homenaje al barrio vallisoletano.
La bicicleta, su inseparable compañera de aventura, tiene todo lo necesario e imprescindible para que la ruta pueda desarrollarse con éxito. A ambos lados de las dos ruedas luce unos compartimentos amarillos donde Gerardo Gallego guarda, entre otras cosas, una tienda de campaña, un colchón o incluso una silla plegable para aquellos momentos de descanso. «Tampoco puede faltar mi bandera del Real Valladolid», añade el ciclista aventurero.
«No espero nada y dejo que las cosas vengan y fluyan», confiesa este vallisoletano aventurero. Pero lo cierto es que son muchas las personas con las que se ha cruzado a lo largo de la ruta. Desde gentes hospitalarias que ofrecen su camping o terreno para que el aventurero pueda acampar, hasta oficiales de policía que guían al ciclista para llegar a algún punto concreto. «Es increíble el calor humano que transmite la gente de Estados Unidos, siempre están dispuestos a ayudar y contarte sus experiencias», confiesa el aventurero, que añade: «Quiero dar las gracias a todas las personas que me he encontrado en el camino cruzando los estados en los que he estado. Han sido maravillosas todas las muestras de amor y toda la ayuda que me han prestado durante este tiempo».
«Lo más fácil es que aquí en Estados Unidos todo esta preparado para bicicletas y lo más difícil es tu cabeza y tener la mente bien amueblada con fuerza de voluntad para pedalear 60 o 70 kilómetros al día», argumenta Gerardo Gallego. El vallisoletano acaba de llegar al estado de California. Aunque si de hazañas se trata, Gallego puede presumir orgulloso de haber cruzado el «temido puente de Astoria», que conecta los estados de Washington y Oregón permitiendo el paso de ciclistas y peatones en la estructura de celosía continua más larga de Norteamérica, que cruza el río Columbia.
Un bicicleta equipada con todo lo necesario
Presume de incluir en una bolsa de 35 litros, que coloca en la parte derecha de la rueda trasera de su bicicleta, una silla plegable, el saco de dormir, el colchón, la almohada, las pinzas de la ropa, candados y «una tienda de campaña pesa 1,3 kilogramos», afirma el aventurero, quien confiesa que «el peso el fundamental cuando vas en bicicleta».
Asimismo en las alforjas delanteras Gerardo va equipado con «toallitas de detergente para echar al agua y lavar la ropa, cacharros de cocina, una sartén, una cazuela, una tetera para calentar agua, tenedor, cuchara, cuchillo -comprimido todo-, y un hornillo», entre otros utensilios. Su comida se basa en «noodles instantáneos que se hacen con agua caliente, sobre de tallarines con parmesano, salmón en lata, pan, y un túper con polvos de Gatorade», aunque también lleva otras conservas y su imprescindible: una botella de aceite de oliva virgen extra.
En la bolsa que va debajo del cuadro de la bicicleta «llevo una cadena y un candado para atar la bici, un trapo para engrasar, guantes para cuando hace frío o si tengo que arreglar la bici, una bomba para las ruedas, una bolsa con la máquina de afeitar, un juego de llaves para arreglar la bicicleta, un set de bridas, dos pares de gafas de sol, antimosquitos y protección solar».
Y con eso se ha lanzado a su conquista particular de Estados Unidos.
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