Pactan prisión los responsables del parque eólico en el que murieron dos obreros

Gas Natural tenía intención de construir una instalación eólica en una de las parcelas del polígono de la localidad vallisoletana. La empresa principal de las obras era Nordex Energy, que subcontrató el montaje de los aerogeneradores a Transbiaga y esta, a su vez, derivó parte de los trabajos a Montajes Mir Agurain. Todo esto ha supuesto que se sentaran en el banquillo de los acusados Jorge González (coordinador de seguridad), Alejandro Amor (técnico de prevención de riesgos labores de Nordex), José María Domínguez (jefe del proyecto técnico de Transbiaga) y Víctor Manuel Porras (encargado de Montajes Mir Agurain).

El accidente mortal, refleja la Fiscalía en sus calificaciones, se produjo en el turno de mañana tras montarse en el elevador. En la jornada de trabajo anterior (turno de noche), continúa el Ministerio Público, había subido y bajado a la plataforma desde el suelo, si bien estos trabajadores advirtieron al turno entrante de que había una discontinuidad en la guía del ascensor a una altura aproximada de 50 metros y que «debían pararlo antes de llegar a este punto». Y no lo detuvieron, por lo que el elevador se cayó al vacío cuando alcanzó la altura de 56 metros. Los operarios, de 46 y 55 años y vecinos de Alcorcón (Madrid), fallecieron por el impacto de la caída.

El plan de seguridad reflejaba que para utilizar el ascensor era que la plataforma bajara hasta el suelo. De «fácil y segura» se tilda esa empleabilidad del elevador, si bien era más lenta, lo que reduciría el aprovechamiento de la jornada laboral.

Entre las posibles irregularidades en la seguridad se pudo certificar que en la puerta del elevador había un documento denominado 'precertificado' por Transbiaga, en el que constaba que se habían comprobado diez apartados de una lista compuesta por 32 epígrafes.

Asimismo, el ascensor, según detalla la Fiscalía, no contaba con dos medidas de seguridad como eran los topes que permitían no alcanzar determinada altura, así como una cremallera que interrumpiría el movimiento cuando detectase una discontinuidad como sucedía en el punto de la caída. «Las empresas involucradas en el montaje, la contratista principal (Nordex) y las dos subcontratistas (Transportes Transbiaga y Montajes Mir Agurain), conocían a través de sus responsables y mandos que se estaba realizando un acceso indebido a las plataformas de trabajo, vulnerando expresamente lo establecido en el plan de seguridad», recalca la acusación pública, que continúa que los cuatro acusados, ahora condenados 'in voce', «conocían o debían haber conocido», las irregularidades que se estaban practicando a la hora de subirse al elevador.