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Un nuevo incendio en el vertedero de La Florida genera una densa humareda visible a kilómetrosJ. S.
Valladolid
Martes, 10 de septiembre 2024, 18:59
«Lo de siempre, tiran basura y la queman o se quema...», suspiran fuentes del Servicio de Extinción de Incendios en alusión a su enésima ... intervención, la segunda en los últimos cinco días, en el verterdero ilegal de los abandonados terrenos de La Florida, escenario de nuevo en la tarde de este martes de un incendio de basuras y maleza que ha generado una enorme columna de humo negro visible a varios kilómetros a la redonda.
El punto de inición, situado en las inmediaciones del que el viernes pasado calcinó una hectárea de terreno, en este caso del lado que mira a la carretera de Madrid -al borde de los antiguos terrenos de Uralita- ha vuelto a congregar pasadas las cinco y media de la tarde a varias dotaciones de Bomberos para sofocar las llamas en torno a una pila de basuras y escombros (muebles, ruedas...) en los caminos del paraje del fallido plan parcial La Florida, un vasto picón de terreno situado entre las avenidas de Segovia, Madrid y Zamora, frente al Hospital Benito Menni, entre los barrios de Delicias y Pinar de Jalón.
Allí el fuego ha vuelto a reducir a cenizas otra parte de unos terrenos que esperan su urbanización desde hace 35 años y que están situados en torno al camino de Juana Jugan, que acoge desde finales de los años setenta el histórico foco chabolista de Delicias y otro núcleo, que no se ha visto afectado, al borde mismo de la carretera de Madrid, junto a las vías.
El fallido plan parcial La Florida, aprobado en un lejanísimo 1989, preveía la construcción en estos terrenos de 46,5 hectáreas cerca de dos mil viviendas destinadas a ampliar Delicias por el sur para conectar, si hoy saliera adelante, dicho barrio con Pinar de Jalón.
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El caso es que sus parcelas continúan abandonadas a día de hoy y, desde hace lustros, repletas de basuras (todo tipo de escombros) y malas hierbas que son pasto de incendios de manera habitual en los últimos años.
De poco o nada ha servido la colocación de carteles en sus caminos advirtiendo de la prohibición de arrojar escombros -la multa es de 1.500 euros- y de la posible presencia de vigilancia aérea con drones para controlar precisamente los posibles vertidos irregulares. Algunas de sus parcelas, además, han sido valladas recientemente, si bien el vandalismo y los incendios han agujereado buena parte de las verjas.
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