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El caso de la niña olvidada en el transporte escolar llega a la vía judicial: «Mi hija tiene fobia al autobús»Diez días. Ese es el tiempo que ha transcurrido desde que Triana, la niña de cuatro años que fue olvidada en un autobús escolar de Linecar, despertó en las cocheras de la empresa en el polígono. Las primeras consecuencias se dieron la semana pasada, ... cuando las dos monitoras que prestaron el servicio -entre La Overuela y el colegio Miguel Delibes- fueron apartadas del mismo, como confirmaron fuentes de la Consejería de Educación.
El segundo paso lo han tomado ahora los padres de la pequeña, quienes han emprendido las primeras acciones legales por lo sucedido. El pasado viernes, los progenitores realizaron una denuncia con el objetivo de, apuntan, «esclarecer lo ocurrido». En concreto, quieren saber qué sucedió entre las 9:15 horas, cuando el vehículo escolar llegó a las cocheras con la niña en el interior, hasta las once de la mañana, cuando recibieron una llamada por parte del colegio, donde les informaron de lo sucedido y de que la niña estaba ya en el centro y «en buen estado».
«Se ha interpuesto una denuncia penal, cuyo objetivo es esclarecer los hechos. Saber dónde ha estado su hija durante una trazabilidad de dos horas, donde se pierde el hilo de lo que ha sucedido. Nuestro objetivo no es, ni ha sido, en ningún momento, acusar a nadie con el dedo. Solo saber qué ha sucedido», explica Santiago Fernández-Gómez, el abogado de la familia.
En cuanto a las explicaciones recibidas hasta el momento, el letrado apunta a que la única respuesta que ha obtenido la familia ha sido por parte de su centro educativo, el colegio Miguel Delibes de la capital, sin que la empresa de transportes se haya puesto en contacto, por el momento, con la familia.
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«Solo han recibido explicaciones por parte de la directora. Por eso vamos abrir una serie de diligencias de investigación. Pedir al juez pruebas que ayuden a determinar qué ocurrió ese día. A raíz de la conclusión de esas pruebas, y con lo que indiquen las pesquisas realizadas, tomaremos y nos reservaremos las acciones legales a realizar y que nos asistan en derecho», apunta.
Sobre el anuncio de que las dos monitoras responsables del servicio habían sido apartadas, el abogado apunta a que desconocen si se ha abierto un expediente por parte de la administración, o si se han investigado los hechos. «No buscamos acusar a nadie, sino esclarecer unos hechos que revisten una gravedad fuerte para nosotros. La ausencia de cuidado de una niña que se ha quedado dormida en un autobús y se ha despertado en unas cocheras en un polígono industrial», apunta el letrado.
Sobre la denuncia, el abogado explica que se ha interpuesto de forma general, y no sobre una parte en concreto. «No queremos acusar a nadie sin conocer los hechos. No sabemos las responsabilidades, ni dónde está la implicación de cada uno y lo que ha sucedido. En el recorrido que haya, va a presidir la prudencia, la cautela, y desde este despacho se va a mantener siempre una prudencia total y absoluta. Una vez haya unos protagonistas judiciales, ya determinaremos las acciones legales que nos asisten en derecho», reitera.
Patricia Toribio
Madre de la pequeña
Algo que sí avanza es que desde el despacho están trabajando en materia del ámbito laboral, del administrativo -sobre la licitación de la empresa- y sobre si existe un protocolo de actuación. «De momento nos quedamos en lo que sabemos. Solo tenemos estos datos y a unos padres que quieren saber dónde ha estado su hija, entender quién la ha llevado al colegio y por qué no se les avisó antes».
Todo esto ha llevado a los padres de la pequeña de cuatro años a denunciar y a emprender las primeras acciones legales una semana después del incidente. «Seguimos sin saber lo que ha pasado con mi hija. Hay dos horas de las que nadie nos da una explicación. Hasta el día de hoy nadie se ha puesto en contacto con nosotros, ni siquiera para pedir una disculpa, decirnos con quién ha estado. La única explicación que tenemos es por parte del colegio», relata Patricia Toribio, madre de la niña, quien asegura que la situación también ha repercutido en su hija. «Tiene fobia por ir en el autobús. No hay manera, no quiere ir, es hablar de ello y la niña se pone irritada. Dice, no, que me lleve mi papá o mamá (son ellos quienes llevan ahora a la pequeña al colegio). No sé si pasó algo o no, solo queremos saber cómo fue ese lapso de dos horas».
La madre defiende que durante estos días ha recibido dos versiones. Una primera -la del colegio- donde se dice que la niña se despierta, se baja del autobús y se encuentra a una señora, quien la lleva hasta el centro. La segunda, donde según Linecar, se dice que la pequeña estuvo acompañada en todo momento.
«Queremos saber si es verdad o no. Si hay cámaras, que se vea si mi hija realmente estaba acompañada. Y si ha sido así, qué pasó esas dos horas. Es lo que quiero, aclarar la situación», incide la madre. Y añade su abogado. «La niña tiene un trauma del que vamos a determinar su gravedad. La situación ha causado un perjuicio a la familia, por eso también hemos pedido un reconocimiento del forense para que determine el estado emocional de la menor».
Durante toda esta semana, la Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha una nueva campaña especial de vigilancia y control centrada en el transporte escolar. Durante estos días, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guradia Civil y los de la Policía Local de los municipios que se sumen a la camaña, vigilarán especialmente que estos vehículos circulen a la velocidad permitida y que sus conductores no hagan uso del teléfono u otros aparatos que supongan una distracción al volante. Desde la DGT recuerdan que los siniestros más habituales en los que se ven involurados los autobuses escolares pasan por circular a una velocidad inadecuada o por distracciones. También realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores y se prestará atención al uso de los cinturones de seguridad en el transporte escolar y se intensificarán las inspeciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener sean los correctos para la prestación del servicio.
La última campaña de vigilancia y control sobre el transporte escolar, realizada entre el 18 y el 22 de noviembre de 2024, terminó con 700 vehículos controlados, de los cuales el 28% fueron denunciados por incumplir algún precepto de la normativa. El grueso de las denuncias, cuatro de cada diez, correspondió a irregularidades administrativas, por no disponer de la autorización especial para realizar el transporte escolar y por no tener suscrito un seguro de responsabilidad ilimitada, tal y como exige la ley. Además, uno de los conductores dio positivo en los controles perventivos de drogas.
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