Un pescador vallisoletano atrapa una trucha de 72 centímetros
El «divino lance» entre Miguel Ángel Rodríguez, 'Uru', y el animal obligó a ambos a moverse durante media hora por las aguas de un río leonés bajo la modalidad sin muerte de pesca a ninfa
«Es la trucha de su vida». Así de directo y tajante explica Rubén Herranz el ejemplar que alcanzó los 72 centímetros y que pescó su cuñado, Miguel Ángel Rodríguez o 'Uru' para sus conocidos, el pasado viernes en un río de León. En total media hora de lance dentro de las aguas bajo la modalidad sin muerte de pesca a ninfa que obligaron tanto a animal como pescador a moverse a favor y en contra de la corriente hasta que finalmente el pez terminó en la sacadera.
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«El lance fue divino, algo digno de ver» asevera Rubén, testigo de cómo su cuñado fue capaz de sacar la que es la trucha más grande que había pescado nunca, si bien ya había conseguido atrapar alguna que sobrepasaba los 40 centímetros. En general, esta especie de trucha suele medir unos 30 centímetros; esta doblaba esa longitud con un peso de entre cinco y siete kilos y unos diez años de vida a ojos de los pescadores. «Él se lo curró entero, quiso sacarlo con sus propias manos, algo dificilísimo. Cualquier cosa podía haber salido mal, hubo mucha tensión» comenta Rubén, todavía entusiasmado con la hazaña.
La lucha fue constante desde que 'Uru' se percató de que había dado con un gran pez. En ese momento comenzó un lance que se alargó durante media hora. «Era solo cuestión de tiempo y de trabajar el pez con templanza» explica el propio pescador. El animal no se iba a dejar atrapar tan fácilmente, aceleraba remontando la corriente sin esfuerzo y también se quedaba clavada en el fondo entre las piedras. «Tuve que esquivar algunos árboles y andar de puntillas ya que el río cubría bastante pero finalmente la trucha terminó cansándose y logré meterla en la sacadera» añade. «Al verla tan de cerca supe que era más grande de lo que pensaba, esta trucha las superaba a todas; será muy difícil volver a verla« concluye 'Uru', a lo que su cuñado añade que »era tan grande que por su aspecto parecía un salmón«.
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Pesca sin muerte
Esta forma de pescar ha permitido durante los últimos años que las poblaciones de estos animales se hayan recuperado considerablemente. «Ahora mismo lo más importante de la pesca es esta práctica, ya que hubo una época en la que algunas especies casi desaparecen de los ríos» explica Rubén. El trabajo de los pescadores y la práctica de la no muerte ha ayudado a repoblar la trucha autóctona en los ríos de Castilla y León. Por eso, ambos pescadores coinciden en que lo mejor es disfrutar del lance, el día en el río y devolver el animal. «Ver cómo lo reanimas y se va de tus manos de vuelta al agua es precioso» concluye el cuñado de 'Uru', quien no olvidará el momento en el que sacó al animal del agua.
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