Valladolid
Machismo digital, la nueva violencia silenciosa: «El 99% de los quebrantamientos son a través de redes»Desde la Asociación Stop Violencia de Género Digital, que en 2024 atendió a 74 mujeres en Castilla y León, advierten de que la mayoría de casos no se denuncian por «desconocimiento» sobre si las conductas que sufren son delito
Las nuevas formas de violencia digital están, todavía, en una fase embrionaria en el Código Penal, contempladas como agravantes de delitos que ya existen, como ... el acoso y que ahora adquieren una nueva dimensión, la digital, que lo intensifica. Pero desde la pandemia, que disparó el uso de las nuevas tecnologías, se han convertido en un tsunami. Así lo explican desde la Asociación Stop Violencia de Género Digital, que recopila datos, en sus informes trimestrales, sobre el número de casos que atienden. Solo en 2024, de Castilla y León acudieron a su canal de denuncias 74 mujeres, que no sabían cómo encararlo o que necesitaban ayuda para atreverse a dar el paso de presentar una denuncia ante las autoridades, aunque estas son las menos.
«El 90% de los casos no se denuncian», apunta Encarni Iglesias, presidenta de la asociación, que relaciona esta cifra con el desconocimiento en torno a una problemática para la que reclama más campañas de sensibilización con las que solventar uno de los principales escollos que impiden ponerle coto: «Muchas siguen sin saber si lo que les está pasando es un delito como otro cualquiera o sienten vergüenza», lamenta. Pese a ello, apuesta por poner el foco en las fortalezas. Es «difícil», asegura, que estos casos lleguen a sede judicial, pero cuando están «bien atadas» sus pruebas pueden ser determinantes.
«Es necesario certificarlas -peritajes-, porque la IA es muy peligrosa y se pueden manipular, pero todo lo que pasa por internet deja huella», destaca, e instruye sobre la importancia de no eliminar pruebas, siendo este el primer impulso de las víctimas para protegerse: «Por ejemplo, en un caso de difusión de imágenes, el primer instinto es eliminarlo de su teléfono, por lo que cuando van a denunciar no tienen la prueba y las fuerzas y cuerpos de seguridad no dan a basto para investigar estos delitos, por lo que es un problema que tenemos que arreglar entre todos».
Apenas hay datos oficiales sobre esta realidad emergente, que se ha convertido en foco de muchas campañas este 25 de noviembre. Al amparo de la campaña de la ONU 'Únete para poner fin a la violencia digital contra las mujeres y las niñas', Cruz Roja abordaba estaba misma mañana en un charla la nueva terminología surgida al calor de estas nuevas formas de violencia de género digital, definida en el reciente pacto de estado como aquella perpetrada «en parte o en su totalidad» mediante tecnologías de la información» y dirigida contra una mujer «por el hecho de serlo».
Las estadísticas de cibercriminalidad del Ministerio del Interior no desagregan por sexos a quién afectan las nuevas formas de delincuencia no convencional, que, como reflejan en sus balances, se incrementan trimestre tras trimestre. Solo durante 2024 se cometieron 6.073 ilícitos a través de medios digitales. Y aunque más de la mitad son estafas, también registraron más de un centenar de amenazas (113), 94 casos de «acceso ilegal a sistemas informáticos», 65 de extorsión, 35 de revelación de secretos (por ejemplo, la difusión de imágenes sin consentimiento), 28 de coacciones, 20 ataques contra la libertad de las personas y otros 11 específicamente de sexting, el intercambio voluntario de mensajes o fotos, cuando estas son difundidas a terceras personas.
Más denuncias
No obstante, tanto Guardia Civil como la Policía coinciden en que se trata de una realidad creciente que afecta a mujeres jóvenes y sobre todo, a adolescentes, que se refleja en que cada vez existe un mayor número de denuncias en las que intervienen las redes sociales. «Son los jóvenes y los menores los que más utilizan las redes como medio comunicación, por lo que es donde se observa el mayor incremento de hechos delictivos cometidos mediante estas nuevas tecnologías», apuntan desde la EMUME, -Equipo Mujer Menor de la Guardia Civil-, una unidad integrada en la Policía Judicial dedicada investigar los delitos cometidos contra ambos grupos derivados de las comandancias territoriales.
En el ámbito de la pareja, se han integrado como una forma más para perpetrar violencia hacia la pareja o expareja, ya que en muchos casos utilizan los dispositivos como medios de control o de acercamiento a las víctimas, cuando ya ha mediado una denuncia. «Se ha obvervado un incremento de estos medios sobre todo en el quebrantamiento de medidas judiciales, como una orden de alejamiento», detallando. Una conducta que además ya constituye un delito contra la administración de Justicia. «En el 99% de los casos estas comunicaciones se hacen a través de redes sociales, tanto por correos como mediante la utilización de cualquier tipo de chat», cifran.
'Shaming' entre iguales
Los ataques digitales, en forma de ciberacoso, 'shaming', 'sexting' o acceso a dispositivos personales como medida de control, son también la puerta de entrada hacia otros tipos de violencia, según detallan desde la EMUME. «Son los que van a desencadenar, a la larga, en un caso de violencia de género», advierten. Aunque este tipo de situaciones también son habituales en el ámbito del acoso escolar, sobre todo en lo relativo al 'shaming', que no es otra cosa que la difusión de información privada o intima para denigrar a la víctima y que se han incrementado mediante el uso de la IA, que está «ligeramente vinculada» a estos casos, en los que suelen verse afectadas en mayor medida las adolescentes. «Se trata de violencia ejercida entre menores y aunque la víctima sea mayoritariamente chica, el autor no es mayoritariamente un chico», matiza. Además, según destacan desde la UFAM de la Policía Nacional, existe un peligro añadido, ya que «en la adolescencia y la juventud» existe «una percepción muy baja de sus efectos perniciosos» que son percibidos como «molestias irrelevantes o inocuas».
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