El juez pone en libertad al sospechoso de agresión sexual a una menor de 14 años en el zulo de San Isidro
protección de menores ·
Las tres adolescentes fugadas del Zambrana localizadas en el edificio de Buenos Aires declaran que convivieron con los okupas «voluntariamente»El Juzgado de Instrucción 4 de Valladolid, que investiga la supuesta agresión sexual en un zulo de un edificio abandonado del barrio de Buenos Aires denunciada por una menor de 14 años, ... ha puesto en libertad, de momento, al único sospechoso, un joven marroquí detenido por la Policía Nacional por una infracción a la Ley de Extranjería. Al mediodía de ayer, la UFAM, tras tomarle declaración en la Comisaría de Delicias, ponía a disposición judicial al veinteañero, que habría formado parte del grupo de los seis okupas que habrían estado conviviendo en el degradado inmueble con las cuatro menores fugadas del centro Zambrana la última semana. Es el segundo joven en relación a estos hechos que ha sido puesto a disposición judicial. El primero fue por resistencia y atentado a la autoridad, tras la operación en la que se localizó a las otras tres menores escapadas del Zambrana. Este, tras ser interrogado por el juez de guardia, fue puesto en libertad con cargos el domingo. La Policía busca a otro supuesto agresor.
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Según la información facilitada desde el Tribunal Superior de Justicia, las diligencias siguen abiertas a expensas de los informes forenses y de las pruebas testificales que tendrán que practicarse en las próximas horas. La menor las chicas fue identificada por la Policía Local de Salamanca el sábado en las proximidades de un inmueble abandonado en las proximidades de MercaSalamanca, un edificio también ocupado por inmigrantes magrebíes y otros menores. Cuando fue abordada por los agentes al saltar la alerta de fuga, la chica denunció que había sido agredida sexualmente en el interior de un zulo practicado bajo la cubierta en un edificio en construcción de Valladolid, donde otras tres adolescentes, todas mayores de 16 años, también escapadas del Zambrana, estarían retenidas contra su voluntad, según refirió a los policías locales.
Estupefacientes
La operación conjunta en la que intervinieron las policías municipales de Salamanca y Valladolid y los bomberos, así como los especialistas de las unidades de familia de la Policía Nacional (UFAM), permitió localizar en la madrugada del sábado a las tres chicas que, sin embargo, no han corroborado la versión de su compañera.
Esta, en Salamanca, había relatado a los agentes que la intención al escaparse del centro Zambrana había sido ir a la capital salmantina (de donde son tres de ellas) pero que cambiaron de idea y decidieron quedarse a pasar la noche en el inmueble de Valladolid porque una quería pasar tiempo con su novio, de origen magrebí, que vivía allí con otros okupas que pueblan desde hace varios meses la edificación a medio construir, que cuenta con una población flotante de indigentes e indocumentados. Ella ya conocía el lugar porque había estado en otras ocasiones. Una vez allí, todos tomaron estupefacientes y la menor de las chicas asegura que dos de los seis jóvenes que estaban con ellas la violaron, según manifestaron fuentes próximas a la investigación.
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Pero las otras chicas contradicen este relato y han asegurado que nadie las retenía en ese lugar y que convivíeron con los okupas «voluntariamente», de forma que no se produjeron entre ellos relaciones sexuales que no fueran consentidas, según apuntaron otras fuentes.
Por el momento, el juez de guardia no ha recibido ninguna denuncia de agresión sexual respecto de estas tres adolescentes.
Al parecer, no es la primera vez que estas menores, que pueden salir del Zambrana con permiso y generalmente acompañadas por un educador, han protagonizado fugas del centro. Una vez localizadas, una de ellas fue trasladada al domicilio de su familia en Valladolid, y las otras tres, devueltas al centro de reforma.
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Iban a irse a Salamanca, pero una convenció al resto para pernoctar en el inmueble de Buenos Aires donde vive su novio
El centro, que depende de la Junta de Castilla y León, en el que en la actualidad residen 60 menores que se encuentran en distintos grados de reforma por su comportamiento o de protección por orden judicial. Las escapadas de los internos, «muchas veces, simplemente, para irse de fiesta», son moneda frecuente, como señalaron ayer fuentes policiales, quines indicaron que reciben alertas de fuga «cada dos por tres» y «muchas veces no logramos dar con ellos, porque salen del ámbito de protección de la comunidad autónoma y terminan en grandes ciudades donde se pierde su rastro». Cuando se detecta en el centro una de estas huidas, se comunica por fax a la Fiscalía de Menores, la Policía Nacional y la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta. «Se actúa como en cualquier caso de desaparecidos. emitiendo una descripción detallada del menor y una alerta en todo el país», explicaron.
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