A juicio dos directivos de Acor por la muerte de un trabajador en la factoría de Olmedo
Los acusados se enfrentan a dos años y seis meses de prisión, respectivamente, por los delitos de homicidio por imprudencia y contra los derechos de los trabajadores
El director de la fábrica Acor de Olmedo y el administrador de la misma factoría en septiembre de 2016 serán juzgados este viernes, acusados de homicidio por imprudencia, supuestamente cometido por no disponer las medidas de seguridad necesarias, lo que derivó en la muerte de un empleado.
El trabajador, Rodrigo Barrio Dolz, de 40 años, falleció el 28 de septiembre de 2016 en su primer día de trabajo en la fábrica, a la que llegó a las 7:00 horas de aquella fecha y en la que le encomendaron con otros trabajadores tareas de limpieza del interior de un silo con capacidad para 50.000 toneladas de azúcar, según las conclusiones provisionales del fiscal, a las que ha tenido acceso Efe.
El empleado perdió la vida cuando se acercó una boca o tolva para ver si estaba cayendo el azúcar, sin que uno de sus compañeros que se encontraba con él y que intentó auxiliarle consiguiera evitar su fallecimiento.
El interior del silo tiene la consideración de espacio confinado, por lo que la entrada al mismo «hubiera requerido según se señala en la evaluación de riesgos un permiso de trabajo especial, además de la presencia permanente de un recurso preventivo y la dotación de un arnés de seguridad«.
Tampoco se había informado al trabajador del riesgo, sostiene el ministerio público, que responsabiliza de lo ocurrido al entonces director de la fábrica, G.D.P., y al administrador de la factoría en esas fechas, J.A.E.V.
«Los acusados, contraviniendo lo establecido expresamente» en la evaluación de riesgos «que conocían o debían haber conocido y respetado», ni dispusieron la necesidad de permisos especiales para la entrada en el silo, ni tampoco la presencia de recurso preventivo, vigilante para estas situaciones.
Sin arnés de seguridad
Tampoco dotaron o proporcionaron arnés de seguridad a los trabajadores que realizaban estas labores de limpieza dentro del silo, una situación que era «permanentemente repetida y tolerada por los acusados en los trabajos que se desarrollaban dentro del silo« argumenta.
Asegura que el trabajador carecía de información de los riesgos del trabajo que se le encomendó y la empresa se limitó a darle un genérico «manual de bienvenida» cuando entró al trabajo, ese mismo día, por lo que la víctima no pudo leerlo.
Los dos acusados «conocían y permitían la realización habitual de este tipo de trabajos en altura, espacio confinado y atmósfera explosiva careciendo absolutamente» de medidas de seguridad, «conociendo la evaluación de riesgos y las medidas previstas que faltaban y que a ellos les competía vigilar, como director y administrador, respectivamente».
El fiscal considera que los hechos constituyen un delito contra los derechos de los trabajadores y un delito de homicidio causado por imprudencia, por los que demanda una pena de dos años y seis meses de prisión para cada acusado.
Era el primer día de trabajo de Rodrigo Barrio Dolz, de 40 años y vecino de Matapozuelos, que estaba casado y tenía tres hijos
También reclama inhabilitación durante el tiempo de condena para el ejercicio del cargo de administrador, director o gerente de empresa del sector de alimentación de hecho o de derecho.
Tras el fallecimiento, la Inspección Provincial de Trabajo levantó acta de infracción por estos hechos y calificó algunas de las cometidas como «infracciones muy graves» imponiendo la sanción en grado máximo, con una multa de 80.196 euros en total.
Los familiares y herederos del operario, que estaba casado y tenía tres hijos menores de edad, fueron indemnizados, de forma que han renunciado al ejercicio de acciones civiles en este procedimiento.
Está programado que la vista oral se desarrolle este viernes 8 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 4 de Valladolid.
