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Un hombre mira varios períódicos en un quiosco de Grecia. ANGELOS TZORTZINIS / AFP
Un juez ordena devolver 164.000 euros de un plan de pensiones desviado a Grecia

Un juez ordena devolver 164.000 euros de un plan de pensiones desviado a Grecia

El afectado, un médico vallisoletano, no supo que Barclays había invertido su dinero en la deuda pública helénica

Jorge Moreno

VALLADOLID

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Lunes, 21 de mayo 2018

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Los ahorros de toda una vida para una vejez dorada y sin problemas económicos. Ese fue el proyecto de un médico vallisoletano que ha estado a punto no solo de frustrarse, sino que ha sido motivo de una ansiedad que ha durado más de tres años. Un pleito que acabó hace tres semanas con una sentencia favorable y firme.

El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Valladolid ha condenado a la entidad CaixaBank, que compró en 2015 el Barclays Bank, a devolverle la totalidad del importe de su plan de pensiones (164.405 euros más los intereses y costas), invertido en la compra de deuda pública de Grecia en 2010, que fue calificada en aquellas fechas de baja solvencia y de alto riesgo. Una operación que de no haber sido por la grave situación económica por la que atravesaba ese país, desde 2009, no hubiera tenido mayor problema que la revalorización del fondo.

El relato de los hechos que el magistrado ha tenido en cuenta en la reclamación describe la situación por la que atravesó el sistema financiero español, con presiones hacia empleados, complicidades de estos, en algún caso, para obtener recursos.

El afectado, L. A., fue convencido por una empleada del Barclays de Valladolid para que traspasase su plan de previsión asegurado que tenía en el Banco Sabadell a su entidad. Con afirmaciones de que el nuevo plan «estaba blindado y garantizado», el médico decidió ante «la insistencia de la trabajadora de Barclays» movilizar dicho fondo de pensiones y traspasó 129.204 euros. Como 'premio', le garantizó que obtendría el 2% de esa cantidad, siempre que se suscribiera antes del 31 de diciembre de 2009. «Estará seguro, segurísimo...», indicó la empleada al médico, de 64 años, que lo único que perseguía era garantizar un capital para cuando se jubilase a los 70 años. Una solidez de la cartera del producto del plan de pensiones con la que al final del vencimiento tendría un mínimo garantizado de 164.105 euros.

Ni simulación de posibles riesgos hubo para un inversor que jamás había invertido en renta variable o productos bancarios arriesgados. L. A. tan solo contrataba depósitos para obtener una moderada rentabilidad.

El cliente recibió a comienzos de 2010 el importe del 2% (2.584 euros) por el traspaso desde la otra entidad. En mayo de 2010, recibió además una carta de garantía por la que Barclays Bank le aseguraba el valor de las participaciones hasta julio de 2016, lo que le inspiró más confianza.

Sin conocer que su dinero había ido a parar a la deuda pública helénica, el afectado tampoco recibió información sobre lo que en ese país sucedía. En 2009, el Partido Socialista Griego (Pasok) ganó las elecciones y el nuevo gobierno revisó al alza el déficit acumulado, pasando a ser de un 12,7%, y la deuda avalada se elevó hasta el 113,4% del PIB.

En esos meses, se descubrió además por parte de la UE la falsificación de la contabilidad nacional en legislaturas anteriores, por lo que las agencias de calificación financieras comenzaron a degradar la deuda a largo plazo de Grecia hasta niveles del bono basura.

En su sentencia, el magistrado de Valladolid señala que «el plan de pensiones tenía una alta exposición a deuda pública helénica, en concreto más del 80%, componiéndose el resto de la cartera por bonos italianos y españoles». De tal forma que el plan de pensiones de L. A. «experimentó una importante pérdida debido a la altísima e imprudente exposición», una circunstancia que fue minimizada por la promesa de garantía para recuperarlo al vencimiento. Grecia tuvo que solicitar el rescate financiero por la eurozona, con una ayuda internacional por importe de 110.000 millones de euros. El BCE y el Fondo Monetario Internacional –la llamada Troika junto con la Comisión Europea (CE)–, tuvieron que forzar que ese rescate griego conllevase una quita de la deuda pública, algo que generó protestas y colas de decenas de pensionistas griegos esperando a cobrar a las puertas de los bancos.

Fue en la compra de Barclays Bank por parte de CaixaBank cuando al afectado se le comunicó la pérdida de su fondo y ahorros que en diciembre del 2016 tenían un saldo de 57.307 euros. La desolación era palmaria en el cliente, que inició con su letrado la reclamación del importe total con la carta de garantía. La falta de respuesta por la entidad, que asumió la compra, obligó al pleito.

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