Los jueces apoyan las restricciones de la Junta y el enfrentamiento Puente-Igea se agrava

La justicia forzó la paz momentánea, a falta de la resolución definitiva, pero la guerra, lejos de amainar, se embarra aún más y empieza a salpicar a la infantería del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea. Hoy las posturas de ambas partes volverán a defenderse en la vista en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que este jueves desestimó la petición de medidas cautelares del Ayuntamiento. Está fijada a las 10:30 horas y en ella se resolverá, explica la resolución de medidas cautelares de la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo «sobre el levantamiento, mantenimiento o modificación de la medida adoptada».

En la Junta existe un optimismo basado en el 3-0 judicial conseguido hasta ahora. Una ratificación de medidas en Salamanca, otra en Valladolid y la denegación de las medidas cautelares solicitadas por el Ayuntamiento. En el Consistorio, sin embargo, se aferran a la escasa proporcionalidad de las medidas, argumento que ha hecho suyo el Ministerio Fiscal. Y al hecho de que les hayan citado inmediatamente y se abra la puerta a alguna posible modificación.

En la Junta, en ese sentido, creen que el auto del miércoles y la resolución de hoy dejan poco margen a la sorpresa. Ambos documentos aluden a la protección de la salud. «Nos parece absolutamente determinante la justificación de las medidas sanitarias preventivas que establece la Orden, esto es, la situacion en concreto de la pandemia en el municipio de Valladolid y la necesidad de tales medidas para controlar su evolución», se lee en la resolución del TSJCyL.

Pero antes de que se hiciera pública la denegación de las medidas cautelares ya había explotado el enésimo conflicto entre Francisco Igea y Óscar Puente. Primero, por lo puramente legal. En defensa de las tesis de Puente, abogado, salió Antonio Otero, concejal socialista y ex presidente del Colegio de Médicos, que no ve lógicas las restricciones de aforo absolutas, sin guardar proporción con la superficie de cada lugar. Y a Igea, médico, le arropó el consejero Suárez-Quiñones, magistrado, que disertó desde el punto de vista jurídico sobre qué suponía la ratificación del Juzgado de lo Contencioso Administrativo a las medidas de la Junta respecto a Valladolid. «El juez valora si son proporcionales, si son idóneas al fin propuesto», explicó. Por lo que el visto bueno, a su juicio, suponía «un aval importantísimo por parte de los jueces a las medidas adoptadas».

En Twitter, el edil socialista Pedro Herrero retuiteó, conocida ya la desestimación del recurso del Ayuntamiento, una noticia que visibilizaba el apoyo del Ministerio Fiscal a algunas de las ideas del Consistorio. «La Fiscalía reconoce las tesis del Ayuntamiento de Valladolid sobre los aforos impuestos por la Junta de Castilla y León», enlazó. El Gobierno autonómico, mientras, colgaba el corte de vídeo de Suárez-Quiñones y altos cargos como Antonio Calonge –director general de Ordenación del Territorio– se posicionaban a favor de Igea: «Me parece que el alcalde de Valladolid debería empezar a disculparse tras tantas insensatas afirmaciones, tan pocos conocimientos jurídicos y, sobre todo, por llevarlo al terreno personal», escribía Calonge. Y sumándose al hilo infinito del enfrentamiento, concejales y afiliados de unos y otros.

Pero el segundo embate, el que derivó en la contienda más personal, se debió a una de las frases que dejó Francisco Igea tras el Consejo de Gobierno autonómico, en referencia a la sentada de protesta de una veintena de profesionales del teatro el día anterior en Valladolid. «Me gustaría que alguien, aparte de las sillas en la Plaza Mayor, hubiera colocado los cuatro mil ataúdes que se ha llevado la epidemia en esta comunidad. Si alguien lo hubiera hecho quizá entenderíamos mejor las cosas», dijo.

La respuesta de Óscar Puente fue contundente. «Siempre he creído que era un personaje despreciable. Sin ética y sin escrúpulos. Lo peor que le ha pasado a Castilla y León en mucho tiempo». Para acto seguido señalarle como responsable de los fallecimientos. «La gente de la cultura que se concentró ayer en la Plaza Mayor no es responsable de ninguna de esas muertes. Vosotros sí. Ni rastreadores, ni médicos, ni reactivos, ni equipos de protección. Si tuvieses vergüenza te ibas a casa después de lo que has dicho».

Al alcalde vallisoletano se le sumó Luis Tudanca, secretario regional del PSOE, que no llegó a pedir la dimisión de Igea pero sí la intervención de Mañueco. «Nunca jamás pensé que iba a escuchar algo tan repugnante e irresponsable de un portavoz de la Junta. Mañueco, si le queda algo de presidente, debería desautorizarle. Y convendría que la Junta retomara el camino de la serenidad y el diálogo», escribió.

Y Mañueco, lejos de reconvenir a su vicepresidente, le apoyó sin fisuras. «He sido alcalde de mi ciudad, Salamanca, ocho años, y hemos tomado las mismas medidas allí que en Valladolid», dijo en Telecinco. «Prefiero pasarme por exceso que no quedarme corto, pero sobre todo que nadie intente ver agravios territoriales ni colores políticos», señaló.