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El expresidente de Caja de Burgos José María Leal comparece ante la Comisión de investigación de las cajas. Rubén Cacho / ICAL
José María Leal destaca que tratar a Arribas «como a un cliente más venía en la ley de cajas»

José María Leal destaca que tratar a Arribas «como a un cliente más venía en la ley de cajas»

El expresidente de Caja de Burgos defendió las operaciones de refinanciación, frente a la opción de dejar caer actividades y empleos, porque Caja de Burgos, siempre tuvo una vocación de fomento del emprendimiento

El Norte

Valladolid

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Jueves, 5 de julio 2018, 19:06

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El expresidente de Caja de Burgos José María Leal destacó que en su etapa como consejero, antes de la cesión del negocio financiero al SIP Banca Cívica, se concedieron préstamos a su antecesor en el cargo entre 2005 y 2010, José María Arribas, hoy investigado por esas concesiones, con los mismos trámites que todas las operaciones y se aprobaron en las mismas condiciones, porque «tratarle como a un cliente más venía en la ley de cajas» de Castilla y León.

Leal sentenció que aunque podía haber alguna «prohibición o cortapisa, estaba en la ley y lo podían pedir». Además, se preguntó cómo se hubiese valorado si hubiese ido a la entidad de enfrente a pedir un préstamo, y apuntó a que podía ser considerado un indicador de la confianza en la propia caja que esa persona está participando y gobernando como órgano colegiado.

José María Leal constató que esa normativa se modificó en 2011, cuando se prohíbe de forma expresa que los consejeros puedan pedir préstamos, un cambio legislativo que se produce, dijo, «cuando hay ruido mediático». «Algo falló o se estaba al albur de los acontecimientos», dijo, para sentenciar que personalmente como consejero nunca se le hubiese ocurrido pedir un préstamos a la entidad.

Asimismo, constató que se produjeron más cambios normativos «inopinadamente» y reseñó que esos préstamos a Arribas, cuando salieron del consejo de administración fueron a la Consejería de Hacienda, que aprobó todos menos uno, que se consideró bueno por silencia administrativo. Cuando aparecieron las críticas, comentó, se modificó la legislación otra vez, y se impuso que el silencio se interpretara como una negativa.

Leal, que compareció ante la Comisión de investigación de las cajas en las Cortes, también recordó que las operaciones con Arribas no eran «personales» sino que se concedían a sus empresas. Unos préstamos, insistió, que llegaban al consejo de administración con el informe «filtro» del comité de riesgos y «en las mismas condiciones que los demás». «Los prestamos a Arribas no tenían nada llamativo o distinto que cualquier otro préstamo», sentenció.

Asimismo, defendió las operaciones de refinanciación, frente a la opción de dejar caer actividades y empleos, porque Caja de Burgos, dijo, siempre tuvo una vocación de fomento del emprendimiento. «Salvar a una empresas era una práctica habitual», dijo.

Leal explicó que entró como presidente «representativo» desde su cargo como consejero, en junio de 2011, tras haberse aprobado en mayo la trasferencia del negocio financiero al SIP (fusión fría) Banca Cívica, con Caja de Navarra y Caja de Canarias, y a finales de ese año la entidad se convierte en fundación especial. El exalto cargo financiero aclaró que a mediados de 2012, la entidad bancaria es absorbida por CaixaBank, y un nuevo decreto del Gobierno de finales de 2013, les lleva a convertirse en fundación bancaria en 2014. Su presidencia se extendió hasta 2016, «hace poco menos de dos años», dijo.

Exigencia ministerial de tamaño

El expresidente analizó los procesos de fusión de la entidad y expuso que pese a la crisis y el alza de la morosidad, en 2008 y 2009, «no se siente en la caja que tuvieran los problemas de los que se hablaba». Eso si, se impulsó la entrada en el SIP Banca Cívica, porque «el ministerio venía exigiendo tamaño». «Teníamos solvencia, estábamos funcionando bien y los indicadores eran buenos, excepto la mora que iba creciendo, pero faltaba tamaño y se adoptaron decisiones», dijo.

José María Leal recordó el fracaso de los procesos de integración con las entidades autonómicas y destacó que se llegó a la conclusión de que «no era viable» porque pesaba «muchísimo» la pérdida de empleos y el cierre de oficinas por el «solapamiento» de actividad. Además, reseñó que los préstamos concedidos «eran los mismos».

Leal repasó los pasos para impulsar el músculo financiero, y remarcó que en la suma con Caja España y Caja Duero, «dos y dos no eran cinco, sino tres»; la conversación con Caja Círculo fue «fulminante» y dijo «no en 24 horas»; y con Caja de Segovia y Caja Ávila, «los número reflejaban que era totalmente inviable».

Con todo, José María Leal indicó que le hubiese «agradado sobremanera» lograr una entidad autonómica, pero las cifras puestas sobre la mesa «no daban». «Algo tendrá el río cuando suena», dijo, para preguntar en la sala «cuántas fusiones ha habido dentro de la misma Comunidad».

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