«Los que han sido indultados también deben indultar», asegura el portavoz de la Conferencia Episcopal Española
El obispo vallisoletano Luis Argüello espera que los ex presos del procés rectifiquen su actitud hacia los catalanes y españoles que piensan diferente
Luis Argüello se topó de amanecida con mensajes indignados, titulares críticos y un tono general de incomprensión tras defender, después del Plenario de la Conferencia ... Episcopal, que los indultos a los presos del procés podían ser un punto de partida para el diálogo.
–¿Le sorprende el revuelo? ¿Se entendió bien lo que quería transmitir ayer (por el jueves)?
–Nosotros no hemos tenido una manifestación previa sobre los indultos, sino que hemos hablado después de que habían ocurrido dos hechos: una nota de los obispos catalanes y la concesión de los indultos. El ejercicio que hemos querido hacer ha sido de diálogo interno, entre treinta personas, entre las cuales estaban cuatro de los obispos que están en Cataluña. Y hemos ofrecido ese diálogo. Hemos acogido las mismas expresiones del texto de Cataluña y desde ahí hemos hecho nuestra propia propuesta. El texto de los obispos catalanes hablaba de cumplimiento de la ley y de medidas de gracia. De diálogo y de no tener actitudes inamovibles. De tratar, ante una realidad problemática que no se puede negar, en el interior de Cataluña y en toda España, de hacer una pedagogía adecuada, que es el diálogo. Pero el diálogo no se puede convertir en una palabra vacía. Debe tener unas referencias. Aceptar un marco de juego, y defendemos como marco de juego la Constitución. Segundo, no tener actitudes inamovibles, en un doble sentido. Primero, por parte de los que han sido indultados, que indulten ellos también. Que se indulten a sí mismos, que modifiquen su propia posición si lo que quieren es el bien común de todos los catalanes. Que indulten al resto de catalanes, porque a los que piensan distinto se les llama 'botiflers' –traidores–, y que indulten al resto de los españoles, a los que se dice que el Estado español roba o les oprime. Hay que aceptar el marco constitucional. La Constitución no son las tablas de la ley, pero sí es el marco normativo imprescindible para abordar cualquier asunto, incluida su propia modificación. También dije que para propiciar este diálogo es importante poner el logos por delante del sentimiento. Diálogo viene de logos, que es razón, mientras que en este juego lo que funcionan son los sentimientos. Es algo cultural, está pasando también a nivel antropológico. El sentimiento se convierte en pauta, y eso no tiene que ver con el diálogo. Con los sentimientos no se dialoga. El sentimiento se reconoce, se acepta, se encauza. Pero el diálogo tiene que ver con la razón. Y para eso hacen falta tres cosas. Respeto a la verdad, también a una verdad de una historia compartida, una historia de siglos y también de una historia constitucional. Desde la Constitución de 1812, que redactaron también catalanes, y la de 1878. Además hace falta humildad. Dicho en categoría sociopolítica, aceptar que existe un marco de juego en el que estamos todos. Y hace falta caridad. Que nos preocupe el bien común, la situación de los pobres. Porque si se rompe el marco común de la nación española los primeros que van a sufrir las consecuencias son las clases trabajadoras y los pobres.
–Del Ebro hacia abajo no se ha entendido muy bien. Ha habido mucha gente que se ha sentido decepcionada.
–Totalmente. Acabo de recibir una llamada telefónica tremenda de una católica. Y me acaba de escribir otro, desconcertado, hecho polvo… Cuando tengo que hablar tengo delante a los periodistas que preguntan, a la opinión pública y a los obispos detrás, que acaban de hablar. Y hay sensibilidades diferentes. Pero hicimos un esfuerzo. Por una parte por decir «comunión con los obispos» catalanes, pero cogiendo sus palabras y, honradamente, dándoles la vuelta.
–Da la sensación de que la voz de los obispos catalanes se ha escuchado más que la del resto.
–Sí, porque el resto de los obispos ha hablado después de los obispos catalanes y justo en el fragor de la salida de los indultados diciendo 'meteros el indulto por donde os quepa, lo volveremos a hacer'… Y en ese sentido el contexto era tremendo.
–¿Y no se debió hacer más hincapié en ese mensaje de que indulten ellos?
–De acuerdo. No lo dije en la rueda de prensa, es verdad. Pero cuando hice referencia a las posiciones inamovibles dije 'ya han visto las declaraciones de los que acaban de salir de la cárcel'. Dije eso fundamentalmente hacia ellos.
–Toman posición sobre un tema político cuando la Iglesia no se ha pronunciado en otros casos de indultos.
–La Iglesia, tradicionalmente, todos los años en Semana Santa pide indultos. Es una institución cercana porque todos los años, no solo en Valladolid, cofrafías vinculadas a cristos del perdón, plantean posibles indultos.
–Pero tan marcados políticamente…
–Sí, bien. En nuestro diálogo interno se pudo valorar la oportunidad o no de haber sacado la nota. Pero el hecho es que la nota ya había salido. De alguna forma la nota nos marcaba el territorio. Y los indultos ya se habían producido. Y las declaraciones de los que salieron ya se habían producido. Todo eso es así.
–¿Y ahora cómo explica esto a los fieles no catalanes o no vascos?
–Quiero contribuir a salir de una dialéctica del enfrentamiento. Que es la forma mental de la modernidad, así que no es nada fácil esto. Es la dialéctica de los contrarios. Esta dialéctica ha servido durante un tiempo, pero es imposible ya ante tanta diversidad, hace falta otro tipo de dialéctica que pase por tratar la búsqueda de algún punto común. Es verdad que es agua y aceite, porque si unos piden independencia y los otros no… Pero con todo, eso en definitiva es el discurso de los políticos. Por detrás hay una sociedad. Y una sociedad puede tratar de hacer el esfuerzo. Y la Conferencia Episcopal Española, como su propio nombre indica, defiende y apuesta por la unidad de España.
–Entiendo que hubo discrepancias en el debate.
–Claro, claro.
–Los obispos catalanes, ayer, escuchan esta explicación pública suya y ahora, ¿qué papel asumen ellos?
–No lo sé. Ellos tienen que ver ahora las actitudes que se están tomando y ver lo que dicen. Cuando han hablado de actitudes inamovibles.
–Deberán ser exigentes con los independentistas indultados.
–Diría yo. Ya he dicho que indulten ellos.
–¿Ha recibido presiones políticas desde ayer?
–No, bueno, como es lógico, cuando hay una dialéctica de enfrentamiento ninguno está contento. Porque en esa dialéctica, y además cuando es tan radical, o estás conmigo o estás contra mí.
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