Los hospitales de Valladolid extirpan dos vejigas cada semana por cáncer urogenital

«La cistectomía es hoy el tratamiento estándar de la enfermedad cuando está ya en fase músculo-invasiva, pero pensamos que con la adopción de los nuevos tratamientos cada vez vamos a poder evitar más esta cirugía que tiene efectos contundentes en la vida del paciente», explica el doctor Ricardo Sánchez-Escribano Morcuende, oncólogo del Clínico Universitario de Valladolid especializado en tumores urogenitales y que tiene bajo su cargo en este hospital un ensayo clínico con pacientes que tiene como protagonista un anticuerpo conjugado (permite dirigir la mediación directamente a las células cancerosas) que se combina con inmunoterapia y ha dado resultado en etapas avanzadas de la enfermedad y que aquí se aplica en etapas precoces de la enfermedad, cuando se puede operar.

El cáncer de vejiga ha sido un tipo de tumor huérfano en tratamientos nuevos hasta etapas recientes. «Para los urólogos es el segundo cáncer que más tratamos, tras el de próstata, pero es mucho más agresivo y más mutilante cuando está avanzado», precisa el doctor Sebastián Valverde Martínez, miembro de la Asociación Española de Urología y de la Castellano y Leonesa, y especialista de urología oncológica en el Hospital Universitario Río Hortega. El asociado de la agrupación científica que reúne a los urólogos destaca como dato esperanzador que «la inmunoterapia está cambiando el manejo de esos tumores más avanzados».

La tasa de incidencia de nuevos diagnósticos en tumores de vejiga en Valladolid es de 54 al año por cada 100.000 habitantes, según datos del observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, frente a los 46 casos para esa franja de población de media nacional. La tasa de Valladolid es la más baja de Castilla y León junto a Segovia, en un mapa que empeora en el este de la comunidad, con Ávila, Salamanca y León superando los 60 casos por 100.000 habitantes y Zamora rozando los 70 (68). El cáncer de vejiga sube su incidencia en Castilla y León y lo hace empujado por una pirámide poblacional envejecida. Los especialistas apuntan que superar los 70 años es un factor de riesgo. Pero no es el detonante principal. Ese puesto lo ocupa sin rival que le haga sombra el humo del tabaco, en quienes fuman y en quienes sufren pasivamente el hábito de los primeros. «El agente fundamental es el humo del tabaco, que la gente a lo mejor asocia con el cáncer de pulmón, pero no con este cáncer», remarca Sánchez-Escribano.

El doctor Valverde añade que en los casos en los que el tumor no presenta infiltración en las capas de la vejiga, cuando es superficial y puede tratarse de manera más conservadora, quitándolo de forma no invasiva y completando el tratamiento con 'lavados' internos de quimioterapia con muy buen resultado, hay pacientes que recaen porque vuelven a fumar. Y con un pronóstico ya más complicado. Ambos especialistas defienden que si desapareciera el tabaco de la ecuación del cáncer de vejiga, los diagnósticos bajarían drásticamente.

El informe anual sobre el cáncer de la Sociedad Española de Oncología Médica estima que 22.435 personas recibirán la noticia este 2025 de que tienen un cáncer de vejiga, la mayor parte hombres. El especialista del Clínico describe el perfil tipo del paciente que encara este tumor: «Estamos hablando de un paciente de 60 a 70 años, fumador, que muchas veces arrastra otras comorbilidades del humo del tabaco, un paciente que puede tener problemas vasculares, cardíacos, pulmonares... todo eso va a complicar también el manejo tanto de terapias como a la hora de las cirugías». Eso implica para los especialistas un 'ataque' en equipo y coordinado de los urólogos, que tienen un protagonismo muy importante, los servicios de Radioterapia y Oncología Médica, el de Anatomía Patológica, Radiodiagnóstico y Medicina Nuclear.

Es un tumor masculinizado, pero en el que cada vez crece más el porcentaje de mujeres, como sucede con el de pulmón, impulsado por este hábito tabáquico. La brecha de 6 a 1 o de 5 a 1 entre afectados varones y féminas se va estrechando. De esa estimación de 22.435 diagnósticos de cáncer de vejiga para este año, 4.154 serán mujeres.

El hueco que deja el tabaco como principal causante de este cáncer, debido a las nicotinas y los hidrocarburos que contienen los cigarros y que se eliminan por la vía urinaria, lo completan sustancias ligadas al ámbito laboral, como las aminas de los colorantes y los tintes de peluquería o el contacto con carburantes (aspecto en los que entra en juego la prevención de riesgos) y también haber afrontado tratamientos de radioterapia con radiación en esa zona.

El síntoma principal que debe encender la luz de alerta es la presencia de sangre en la orina, la hematuria. «Es un síntoma importante que no se debe pasar por alto y debe valorar un urólogo», indica el doctor Valverde, que destaca que los médicos de Familia pueden hacer incluso interconsultas virtuales en estos casos.

Este cáncer se aborda con inmunoterapia, con quimioterapia, con cirugía... Hay un tratamiento clásico que se aplica desde los años 80 y tiene como base la vacuna de la tuberculosis que se coloca internamente en la vejiga. Y otro que está en la rampa de lanzamiento, el TAR-200, que permite una liberación continuada durante dos o tres semanas de quimioterapia dentro del órgano. «Hay buenas noticias para los pacientes con cáncer de vejiga, porque la verdad es que sobre todo en la última década se ha producido un avance muy importante en el tratamiento de la enfermedad avanzada que probablemente va a beneficiar a, no solo los pacientes con la enfermedad avanzada, sino a los pacientes con la enfermedad más localizada. Se concreta en tres ámbitos, la aparición de los inmunoconjugados, la terapia dirigida y la inmunoterapia», precisa Sánchez-Escribano.

Esas novedades en el abordaje de este cáncer, remarca el especialista del Clínico, han permitido aumentar la supervivencia con metástasis: del año en 2003 a los tres años en la actualidad. Y también rebajar el porcentaje de recaídas en diagnósticos de enfermedad localizada pero con el tumor infiltrado en capa muscular aplicando «terapias perioperatorias» (antes de la intervención quirúrgica) pasando de un 60% al 40%.

Son avances que permiten un enfoque de tratamiento conservador de la vejiga en más casos, planteando en algunos una reconstrucción de una derivación urinaria con intestino que permite que esos pacientes sigan orinando vía pene y de esa manera esquivar la bolsa. «Espero que en un horizonte temporal de menos de 10 años quitemos menos vejigas», confía Valverde.

Para mejorar pronóstico es imprescindible la investigación. El ensayo que desarrolla el Hospital Clínico y del que es responsable en este hospital Sánchez-Escribano avanzará a una segunda fase en la que se reclutarán más pacientes. En este Día Mundial del Cáncer de Vejiga los especialistas subrayan dos mensajes principales para prevenir y detectar precozmente este tumor: una invitación a dejar de fumar y el consejo de no pasar por alto síntomas tan evidentes como la presencia de sangre al orinar.