La historia de la Guardia Civil en Valladolid, en el puño y letra de su coronel
Andrés Velarde bucea durante dos años y medio para obtener información de los acuartelamientos de la provincia desde 1844 y evitar que se pierda toda esa documentación
Lo que ha hecho el coronel de la Guardia Civil de Valladolid, Andrés Velarde, es un nuevo servicio a la ciudadanía. No ha desarticulado un ... grupo criminal ni ha puesto coto al narcotráfico. No en esta ocasión. Esta vez le ha tocado robarle tiempo al sueño y a la familia para, bolígrafo en mano, recorrerse la provincia y reflejar en un libro la historia de la Guardia Civil en Valladolid. Y hay mucho curro de investigación y de patear los municipios vallisoletanos. Desde sus orígenes hasta la actualidad. Desde que vestían de azul hasta el verde actual. «Eso sí, siempre con el tricornio», apunta el autor de un ejemplar editado por la Diputación de Valladolid.
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Corría el año 1844 cuando en el Boletín Oficial de la Provincia aparecía el siguiente anuncio: 'Circunstancias que se requieren para entrar en la Guardia Civil en la clase de tropa. Ser licenciado de los cuerpos del ejército o reserva con su licencia sin nota alguna. Promover su instancia por conducto del alcalde del pueblo de su vecindad con cuyo informe y el del cura párroco deberá dirigirse al jefe político de la provincia. No tener menos de 25 años de edad ni más de 45. Saber leer y escribir...'. Era la primera recluta del instituto armado para Valladolid.
Esos párrafos los recoge Velarde en esta publicación (la tercera que escribe después de hacer lo propio en Soria) para navegar por la historia de la Benemérita en estos casi 200 años. Hay mucha documentación. De esa que requiere ponerse las gafas, acercar la mirada y leer mientras uno subraya con el dedo índice. Se ha adentrado en todos documentos históricos y ha trillado entre otros archivos la hemeroteca de El Norte de Castilla. Mucha investigación entre papeles, pero también de subirse al coche y recorrer todos los rincones de la provincia para hablar y empaparse de lo que relataban los más mayores. Ellos son testigos de gran parte de lo que se relata y de ellos se ha nutrido para obtener fotografías, que con el paso de las décadas se han convertido en tesoros ilustrativos. «Aquí hay referencias de los tatarabuelos de nuestros tatarabuelos», apostilla el coronel.
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Todo arrancó cuando Velarde, en sus quehaceres de jefe de la comandancia, visitaba los cuarteles existentes en la provincia. «Muchos no sabían nada de sus antecesores. Solo los más mayores», agrega un ilusionado Velarde. A partir de ahí empezó a tirar del hilo, siempre con la idea de que no se perdiera esa información. Por eso habló con el presidente de la Diputación, Conrado Íscar, y se puso manos a la obra.
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A pesar de no ser de Valladolid, su mujer sí que lo es y ese poso le sirvió para rascar información. Su faceta de investigador la ponía en práctica para empezar a escribir páginas. «Hemos descubierto que unas 60 localidades han tenido acuartelamientos, aunque puede ser que se nos haya escapado alguno. Porque se creaban y se disolvían en función de las circunstancias», prosigue el coronel a la par que apunta que la propia capital tuvo 11 acuartelamientos en su historia.
«En Valladolid llegamos a tener unos 60 acuartelamientos»
«La idea al final es hacer un libro geográfico e histórico en el cual, sabiendo dónde están ubicados esos cuarteles y los servicios que hacían los guardias de esos cuarteles, poder imaginarse en aquella época con la calidad de vida que tenían entonces, con las condiciones de vida que tenían entonces, cómo los guardias salían de ese acuartelamiento para prestar servicio a una niña que se había caído en un pozo, auxiliar a alguien que estaba siendo arrastrado por la corriente del río, detener a alguien responsable de un homicidio o poner a disposición del juez al que le había robado el dinero de la parroquia al cura del pueblo», añade el coronel, que este miércoles ha presentado su libro a la sociedad en un acto en San Benito, junto con la inauguración de la exposición viñetas 'Guardia fiel de España Entera' de José María Nieto.
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Un libro de la historia del cuerpo en el que también se recogen anécdotas pasadas, así como esas primeras intervenciones de los agentes. Porque la Guardia Civil, en esos inicios solo contaba con Caballería e Infantería. De ese poso se ha crecido actualmente hasta innumerables unidades. «Una de las mayores satisfacciones es el poder haber obtenido información que se podía haber perdido y que ahora podemos disfrutar todos como parte de la historia de Valladolid, que es la historia de la Guardia Civil en Valladolid desde 1844», ha remarcado el coronel, que este miércoles ha estado acompañado por el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales.
Aun así, confía en que alguien recoja el testigo y que este libro sea la puerta para que alguien siga tirando del hilo.
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