Glovo se reúne con repartidores de Valladolid para buscar solución a sus problemas
Los trabajadores se quejan de los tiempos de espera que realizan para recoger los productos en los restaurantes de la capital
Responsables de la empresa Glovo, cuya actividad principal es el desarrollo y gestión de una plataforma tecnológica que permite a las tiendas y locales ofertar ... productos alimenticios, farmacéuticos, editoriales o de ropa, se reunieron ayer con una veintena de repartidores de Valladolid para conocer los problemas que éstos tienen en la actividad que realizan para esta mercantil catalana.
El encuentro se produce después de que la semana pasada algunos de ellos se quejasen de las condiciones en las que trabajan, al tiempo que expresaron su preocupación por haber sido citados por la Inspección de Trabajo de Valladolid para conocer las circunstancias en las que están.
La Unidad Especializada de Seguridad Social ha remitido cartas este mes a estos repartidores (en Valladolid se estima que trabajan unos 163 empleados, a los que la mercantil GlovoApp23 obliga en sus contratos a darse de alta como autónomos), para que aporten documentación sobre el contrato suscrito con la empresa, el alta en la Agencia Tributaria y los justificantes del pago trimestral del IVA desde el inicio de la actividad de reparto.
La Inspección pretende verificar si existe relación laboral, circunstancia que la empresa niega ya que dice que «los medios son propios del empleado».
Tribunales de lo Social de Valencia, Madrid y Gijón han dictado ya sentencias, en algún caso recurrida, donde los jueces sostienen que se trata de asalariados (no Trades), y por lo tanto tiene que estar dados de alta en la Seguridad Social por parte de la empresa.
Según la ley de 2007, los Trabajadores Autónomos Económicamente Dependiente (Trade) deben de percibir al menos el 75% de sus ingresos de terceros por prestación de servicios. En este caso Glovo, percibe normalmente el 30% del importe del producto elaborado por el comercio.
A la reunión de más de dos horas en la oficina que Glovo tiene en la calle Dos de Mayo 13, acudieron un grupo reducido de repartidores, pese a que en su mayoría habían sido convocados mediante la aplicación.
Precisamente, esta fue una de las quejas que se expusieron, la de no poder contactar con los responsables de la compañía, que utilizan la aplicación para dar indicaciones. La compañía cobra a los repartidores 2,42 euros cada quince días por el uso de la misma.
Los operarios se quejaron también del tiempo de espera que sufren a las puertas de los restaurantes y comercios, un tiempo que supera en algunos caso los 5 minutos.
«En algún restaurante de Duque de la Victoria tenemos que estar parados a la espera del producto hasta cerca de una hora, y aunque se nos paga 5 céntimos por minuto a partir del tiempo de cortesía que Glovo da a cada comercio, una hora nos puede suponer el pago 3 euros. Con este importe por espera no compensa trabajar porque es una miseria. A nosotros no nos interesa tener la moto o la bicicleta paradas ya que lo que nos importa es hacer los máximos pedidos», explica un repartidor, que trabaja los jueves, viernes, sábados y domingos en la capital vallisoletana y su área metropolitana.
Precio final
El precio principal por cada entrega se fija cada vez que un usuario de GlovoAppp solicita el servicio del repartidor, y viene fijado por la distancia recorrida (kilómetros), así como el tiempo en realizarlos.Para la asignación de los pedidos, la compañía catalana emplea un sistema de valoración, que se obtiene por las opiniones que realizan los clientes y los dueños de comercios.
En el contrato que suscriben, estos trabajadores autónomos dependientes vienen obligados a utilizar guantes, cascos con visera o gafas, así como equipos de protección corporal para los ciclistas.
También deben disponer del certificado que les acredite que pueden manipular alimentos, y «no se deberá transportar comida en vehículos que hayan transportado animales, productos químicos o gasolina». Finalmente, en el caso de quieran reclamar frente a la empresa mejores condiciones, lo tendrán que realizar en los tribunales de Barcelona, donde está la sede de Glovo.
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