Galeones de madera contra la covid en Valladolid
Ángel Rodríguez crea durante el confinamiento las maquetas de 28 barcos como símbolo de la lucha contra la pandemia
Si hay algo que podemos extraer de positivo los meses que pasamos confinados, es que a muchos nos ha servido para retomar hobbies y habilidades ... ya olvidadas y para descubrir nuevos talentos. Eso es lo que le ocurrió al vallisoletano Ángel Rodríguez Escarda, que ha encontrado una nueva ilusión que hasta ahora desconocía: construir galeones de madera como símbolo de la lucha contra la covid-19.
Este carpintero, especializado en montaje y lijado suelos de parquet, había comprado varios lotes de juegos de mesa de madera como detalle para sus clientes. Cuando saltó el estado de alarma, esas pequeñas piezas de colores le dieron la idea de fabricar un barco como solía hacer de pequeño. Tras varios días de trabajo, logró construir un sólido galeón con los materiales que tenía más a mano. Botellas de plástico para el armazón, telas, maderas… todo le era útil. Cuidó cada pequeño detalle, el ancla, el timón, la tripulación, farolillos, las velas y el mástil lo coronó con una gran bandera de España.
Muy satisfecho con el resultado, quiso fabricar otro, con el que mejoró su técnica. Esta vez la bandera que izó fue la de la Cruz Roja. «Quería rendir mi particular homenaje a sus sanitarios y voluntarios por la excelente labor que han realizado durante la pandemia», explica este carpintero que, muy animado, quiso fabricar uno más, esta vez dedicado al país vecino. «Me apetecía hacer otro barco con la bandera de Italia por ser uno de los países más afectados por la pandemia. Continué durante el resto del confinamiento fabricando galeones y ahora tengo una gran flota formada por el de la Cruz Roja y 27 más, uno dedicado a cada país de la Unión Europea. Mi idea es simbolizar cómo toda esta armada lucha invencible contra la covid», confirma Ángel, quien no ha dudado en invertir varias jornadas en fabricar también cientos de réplicas de pequeños virus de metacrilato, para hacer su proyecto más realista.
Durante todo el día
«He dedicado todo el confinamiento a esta tarea. Empezaba a trabajar a las 08:00 de la mañana y lo dejaba cuando llegaba el momento de los aplausos. Esos meses se me hicieron muy cortos. Creo que nunca nada me ha ilusionado tanto como este proyecto. Tengo 61 años y haciendo estos barcos me he sentido como un chiquillo de 13», asegura.
Convirtió a su perra Vela en la particular capitana de su flota naviera. Durante los ratos de paseo, ella se encargó de arrastrar los barcos por los parques más cercanos, lo que atrajo la curiosidad de muchos vallisoletanos. «He puesto a prueba la flotabilidad de los galeones metiéndolos en diferentes piscinas y en lagos, y en la desescalada los tuve colgados en la fachada de mi casa en Sotoverde. Todo el que pasaba por allí les hacía fotos. A mi casa ahora la llaman 'La Casa de los Barcos' y eso es algo que me llena de orgullo», cuenta Ángel.
Dice que uno de los días más especiales de su vida fue cuando trasladó toda su colección de galeones a San Cebrián de Mazote, su pueblo paterno, donde pasó los mejores momentos de su niñez. «Los colgué todos en el moral centenario de la ermita de Santas Martas y aquí pasé el día entero disfrutando de ellos. Fue un día realmente feliz. Mi intención era hacer partícipe a toda mi familia paterna en el proceso de creación y que cada uno se encargara de construir una parte de cada barco, pero como era imposible juntarnos, hice yo todo con ayuda de mis hijos Sergio y Carla. Cuando los terminé, los traje al pueblo para que pudieran admirar el proyecto que con tanto esmero había realizado», dice este carpintero, que transporta los barcos en su propio camión. «He visto a mi padre muy feliz y para mí ha sido una gran experiencia trabajar codo con codo con él», completa Sergio, quien le ha ayudado a dar forma a este bonito proyecto que pronto recogerá en un cuento para los más pequeños.
«Es algo en lo que estoy trabajando. Quiero explicar a los niños cómo esta flota lucha contra el enemigo, el coronavirus. También tengo pensado montar una empresa con mis hijos, que se llamará Los Galeones, y que estará especializada en pintura, lijado y desinfecciones», concluye Ángel, quien se ha convertido en artista durante los meses de confinamiento.
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