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Infografía de la futura estación de Valladolid.

La firma del acta de replanteo inaugura las obras de la estación de trenes de Valladolid

Aún pasará un tiempo hasta que los trabajos sean evidentes, pero las empresas constructoras ya pueden empezar con las mediciones y la instalación de la infraestructura para las obras

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 25 de septiembre 2025, 13:06

El 25 de septiembre de 2025 es ya la fecha en la que se abre oficialmente la gran obra ferroviaria de la ciudad. La firma ... del acta de replanteo, que en la práctica es la entrega a las empresas constructoras de la vía libre para comenzar a trabajar, supone que hoy empiezan oficialmente unos trabajos que se prolongarán durante 43 meses, según la planificación prevista. Un plazo que habrá que comprobar a medida que avance el tiempo, dado lo complejo de una obra que debe permitir, simultáneamente, que se mantenga el tráfico ferroviario.

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El Ministerio de Transportes ha conseguido cumplir con los plazos que se dio el ministro, Óscar Puente, cuando presentó públicamente el proyecto de la nueva estación. Aseguró entonces que podrían comenzar las obras en el mes de octubre y se ha adelantado por apenas una semana a esa previsión. Ferrovial, ACS y Zarzuela empezarán de inmediato con las primeras labores, las menos visibles -y molestas- para los vecinos. Mediciones, colocación de casetas y otras infraestructuras para los trabajadores, primeros pasos… Aún tardará en apreciarse la magnitud de la obra, tasada en 178,3 millones de euros más IVA (216 millones en total).

Tal y como explicó El Norte el pasado mes de agosto, las obras comenzarán por el lado de Delicias, donde aún no se han limpiado ni urbanizado los terrenos que ocupan los antiguos talleres de Renfe. Se han dividido en trece fases que se irán complementando y solapando para construir el nuevo edificio de viajeros de Valladolid y ampliar la actual playa de vías para absorber todo el tráfico que la terminal vallisoletana espera acoger en un futuro cercano. Los primeros efectos se empezarán a notar en el área de oficinas, porque algunos de los edificios que jalonan el espacio de la actual estación y la playa de vías serán demolidos, lo que obligará a trasladar ciertos servicios a oficinas temporales.

Poco después se demolerá el antiguo espacio de Estación Gourmet y parte del aparcamiento, porque es sobre esa zona donde se ubicará la nueva construcción, aledaña a la actual terminal histórica, para la que se reservan otros usos. De hecho, es parte de esos usos, como el comercial, lo que ha llevado al Ayuntamiento a recurrir la obra ante el contencioso administrativo.

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La parte más compleja de la intervención reside en la playa de vías y en la necesidad de mantener la operatividad de una estación que tiene una gran actividad. Valladolid tiene el precedente cercano, y muy conocido por muchos viajeros de la ciudad, de las obras de Chamartín, donde seguir con la actividad diaria mientras se ejecutaban los trabajos ha provocado serias molestias durante las fases más críticas.

La obra, además, tiene en cuenta otras de las intervenciones que se están llevando a cabo. Por ejemplo, la culminación de la variante de mercancías, que debería producirse a lo largo de 2026 (hacia el último trimestre). Cuando entre en servicio al completo, los trenes de mercancías dejarán de pasar por Valladolid, como ya hicieron los convoyes de Renault que utilizaban la vía de Ariza. Eso hará que entonces se proceda a levantar los tramos que quedarán fuera de uso para reordenar una playa de vías que crecerá de manera drástica. Habrá que desviar vías, mantener otras, construir otras nuevas… Así hasta completar un espacio que dispondrá de siete vías de ancho estándar (para trenes de alta velocidad), con capacidad de desdoble para poder alojar a la vez hasta 11 convoyes, y 5 de ancho convencional, para trenes regionales pero ya sin tráfico de mercancías. Todo para pasajeros. Eso provocará que sean necesarios seis andenes, frente a los cuatro actuales.

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La obra depende únicamente de Adif, por lo que no le afecta lo que ocurra con la sociedad Valladolid Alta Velocidad

La playa de vías de ancho convencional será la primera en organizarse. Después le llegará el turno a la alta velocidad, con la construcción de los nuevos andenes, la rehabilitación del primero y el montaje de las vías de alta velocidad.

En paralelo a todo esto, la construcción del edificio, con la pasarela anexa para unir Colón con Delicias, o el aparcamiento subterráneo para más de seiscientas plazas. Movimientos que reducirán la capacidad de la zona de parking actual, obviamente, lo que será uno de los efectos más incómodos y notables para los actuales usuarios.

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El comienzo de los trabajos coincide con la convocatoria del nuevo consejo de administración de la sociedad Valladolid Alta Velocidad para el 6 de octubre. Un consejo al que el ministro, Óscar Puente, ha anunciado que acudirá. Los problemas en el seno de la sociedad, dada la parálisis de las obras y la negativa a aceptar el aplazamiento del pago de 2024 que llevó a cabo el Ayuntamiento de Valladolid, no interfieren en absoluto con las obras de la estación. Hay que recordar que la estación es una obra de Adif que se integra en suelo ferroviario y que, como todas las terminales, se considera de interés general. En lo que sí interfiere la estación de trenes que comienza ya a construirse es en la idea de un futuro soterramiento. Cuando se encargó el proyecto, en el año 2019, con el convenio de integración firmado en 2017 por Ayuntamiento (PSOE-VTLP), Junta de Castilla y León (PP) y Ministerio de Fomento (PP), se planteó como un diseño para una estación en superficie y compatible con mantener la actividad ferroviaria. De ahí que se ideara con un sistema de cimentación que no sería posible compatibilizar con un soterramiento de las vías.

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