

Un corte lleno de valor da el triunfo a Balotelli en la Liga del Corte Puro
El de Narros de Cuéllar se hizo con la victoria en una final con un novillo complicado que impidió el lucimiento de los cortadores
Él lo sabía. Tenía claro que ese corte, su segundo en la final, le iba a dar el triunfo. «Macho, no me ha cogido ... porque no ha querido», reconocía Javier Manso 'Balotelli' en el callejón tras su temeraria puesta en escena sobre el albero. Ese 'macho' al que se refería el bueno de Balotelli no era otro que el dos veces ganador de la Liga del Corte Puro, Pablo Martín 'Guindi' –que en esta ocasión tuvo que ver la final desde el otro lado de las tablas–. El de La Pedraja también tenía claro, como toda la plaza, que ese corte bien podría valer un triunfo. Y así fue.
El cuadro de honor
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1
Javier Manso 'Balotelli'
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2
Luis Gómez
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3
Óliver García
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4
Óscar Calvo
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5
Iván González
¿Y por qué ese corte sirvió para que Balotelli se llevara esta edición de la Liga del Corte Puro? Porque dónde otros vieron un problema, él encontró una oportunidad. La corrida de Jandilla estaba bien presentada y los novillos de las fases clasificatorias cumplieron, en mayor o menor medida, con las expectativas. Pero todo cambió en la final. De toriles salió un animal con la cara muy alta que en su primer encontronazo con las tablas trató de saltar. Las primeras sensaciones que daba el novillo no eran buenas y se confirmaron con el primer corte de Balotelli. El astado no humillaba en la embestida y ese defecto es muy grave cuando se habla de toreo a cuerpo a limpio. Parecía un suicidio arquear la espalda para que pasara por ahí, por el hueco, el de Jandilla, pero Javier Manso no se lo pensó y se jugó el físico en su segundo corte. «He tirado la moneda. Si hacía falta, que me cogiese. Quería ganar en Valladolid y había que apostar». Así resumió Javier Manso esa locura de corte al acabar el concurso, ya con el trofeo entre las piernas.
Los otros finalistas –Luis Gómez, Óliver García, Óscar Calvo e Iván González– tenían el listón muy alto después de lo que hizo Balotelli y el de Narros de Cuéllar se hizo con una victoria incontestable en la final de un concurso que tuvo su cénit en la cuarta ronda, se fue apagando en la quinta y solo tuvo un destello en una final descafeinada.
La idea que tenía la empresa organizadora era enfrentar a figuras consolidadas frente a cortadores emergentes y ese objetivo se cumplió a las mil maravillas, ya que dos toreros a cuerpo limpio vieron reforzado su nombre: Luis Gómez y Óscar Calvo.

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Luis Gómez es un estudiante de automoción de Guarrate (Zamora) que, a sus 24 años, ayer pisó la Plaza de Toros de Valladolid por primera vez y la puso patas arriba. Fue ante el segundo toro de la tarde cuando este hombre hizo que la plaza se entregase a su forma de medir a su rival, aunque en la final no pudo sacar todo lo que llevaba dentro, pese a hacerse con la segunda posición.
Otra figura emergente que sale reforzada de este concurso es Óscar Calvo. Venía de ganar en Íscar, Pedrajas de San Esteban, La Pedraja y Ataquines y ayer demostró que también puede emocionar a una plaza grande. Tuvo una pugna de poder a poder en el cuarto toro frente a Eusebio Sacristán 'Use' y llegó a arrebatar el puesto en la final a toda una leyenda del corte como es el de La Seca. Pero este joven carrocero iscariense no pudo brillar en la final ante un toro muy difícil de leer y se tuvo que conformar con la cuarta plaza.
Todo fue bien hasta la final. Óliver García demostró de nuevo que en esto del toreo a cuerpo limpio siempre es alguien a tener en cuenta y lo refrendó con una tercera posición, mientras que Iván González logró el pase ante el toro más complejo de las rondas eliminatorias y acabó quinto.
Así ha sido la Liga de Corte Puro este año, un único concurso que ganó el que estuvo dispuesto a jugarse la salud frente a un rival al que daba miedo arrimarse. Venció ese que tiró la moneda al aire y se dijo a sí mismo que saldría con el trofeo en las manos o por la enfermería. Por fortuna, salió cara y Balotelli se llevó el imponente galardón a su vitrina y la enfermería no tuvo trabajo. El segoviano supo encontrar el hueco por el que debía pasar el de Jandilla para hacerse con el triunfo, pero ahora lo tendrá más difícil para encontrar un hueco en la vitrina, y en esta ocasión no puede decir eso de «no me ha cogido porque no ha querido». Ese trofeo tiene que entrar en esa vitrina. Todos los cortadores sueñan con tener uno.
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