Nacho Prada, telonero de Carlos Sadness: «Yo creo mucho en el destino, algo habrá escrito por ahí»

Nacho Prada reconoce que no pegaba demasiado con artistas como Amaia, Ska-P o Jason Derulo. Esto se debe a que el artista vallisoletano mama del estilo de sus padres, profesionales de la música folklórica. Prada es de esos artistas cuya pasión por la música viene desde pequeño. «Con 13 o 14 años cogí una guitarra y desde aquel entonces no paré, hasta día de hoy», cuenta. Sin embargo, él mismo reconoce que su carrera musical acaba de empezar.

Fue premio DemoExpress en 2019, lo que le ha permitido continuar en el camino de la música. Aunque el artista lleva varios años tocando, aclara que su trayectoria no es muy extensa, y que no tiene discografía por el momento. «Yo creo que mi trayectoria musical está por continuar, al final soy joven, evidentemente llevo tiempo tocando pero no es una carrera dilatada, ni siquiera he sacado una discografía ni tengo discos ni nada, estamos poco a poco con ella», cuenta.

Aclara que el poder tocar en las fiestas de su ciudad natal es para él un verdadero lujo y un regalo a su corta trayectoria musical. «Evidentemente es un lujo, pero para mí es casi más un regalo el poder tocar en un lugar así y poder visibilizarte de esa manera, también hacer el concierto que tu quieres hacer que tu sueñas, y también tomárselo como una ocasión muy especial para celebrar».

Entre acorde y acorde, reivindica la situación que el mundo de la cultura atraviesa, por la cual hacer del arte una profesión es cada vez más complicado. «Es una cuestión que tiene que cambiar también en la sociedad, el ver y entender que las artes son una profesión dignas y que merecen el mismo respeto que una profesión técnica que todos pensamos que sería nuestro culmen aspirar a ella, pero vivir de la música, del teatro, del cine, es algo muy honrado y necesario para la sociedad», aclara, aunque también cuenta que él mismo cree que sí se puede vivir de la música.

Un ejemplo de ello es su profesión. Nacho es musicoterapeuta, por lo que tanto dentro como fuera del escenario carga con la guitarra a todas partes, transmitiendo su música a todo aquel que quiera escucharla. Cree en el destino, y cuenta que espera que su futuro sea feliz. «Está por ver, yo creo mucho en el destino, algo habrá escrito por ahí, espero que sea feliz». Aunque su trayectoria es breve, también está inmerso en otro proyecto llamado 'El Nido', con el que sacará un disco en otoño.

Como él mismo aconseja a los jóvenes que se empiezan a interesar en este mundo, que sean felices. «Que aspiren a la felicidad, que no vean todo el humo y los aspectos de la fama o grandes nombres y cifras, esas cosas creo que no son algo que se deba buscar o perseguir, creo que hay que aspirar a cosas más importantes para uno mismo, como la felicidad», cuenta.

Esa visión personal la traslada a la hora de componer sus canciones. Cuenta que el proceso para crear cualquier pieza depende de la fórmula que tenga cada artista, la cual es completamente personal. «Es algo muy personal, cuando compones una canción, al igual que cuando pintas un cuadro o creas algo, son procesos muy personales, cada cual tiene su propio lenguaje y forma de hacerlo, aunque existan unos patrones», aclara.

Nacho Prada tocará en la Plaza Mayor lo que es su primer disco, además de alguna sorpresa invitando a amigos a que suban al escenario. Este repertorio, cuenta, será la vertiente más de cantautor, más personal para él. Valladolid podrá disfrutar de la música del artista local, que mama de cantautores internacionales y folklores de todas partes. Él mismo reconoce que se podrán escuchar hasta jotas. «Será un concierto bonito, disfrutable, yo creo que la gente va a disfrutar y sorprenderse, bienvenida toda la gente que quiera venir a verlo».