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Francisca Bohigas Gavilanes en 1933. EL NORTE
El Cronista

La única diputada monárquica y de derechas en la Segunda República

Francisca Bohigas, que obtuvo escaño por León en 1933, será una de las nueve parlamentarias homenajeadas mediante la exhibición de su retrato en la Cámara baja

Enrique Berzal

Valladolid

Martes, 2 de septiembre 2025, 20:00

El pasado 22 de julio, la Mesa de la Cámara baja acordó homenajear a las nueve primeras parlamentarias elegidas democráticamente en España mediante la exhibición ... de sus retratos en una sala principal del Palacio del Congreso. Entre ellas figura la única mujer que perteneció a una candidatura monárquica y de derechas, concretamente la CEDA, elegida en noviembre de 1933 por la circunscripción de León: Francisca Bohigas Gavilanes, que compartirá homenaje con Margarita Nelken (PSOE), Clara Campoamor (Partido Radical), María O. Lejárraga (PSOE), Victoria Kent (Partido Republicano Radical Socialista), Matilde de la Torre (PSOE), Veneranda Manzano (PSOE), Julia Álvarez Resano (PSOE) y Dolores Ibárruri, más conocida como 'Pasionaria' (PCE).

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Aunque nacida en Barcelona en 1893, Bohigas desarrolló buena parte de su carrera profesional como maestra e inspectora de Primera Enseñanza en la provincia leonesa, donde también desempeñó toda su vocación política. Estudió Magisterio y Leyes y obtuvo su primer trabajo como inspectora en Lleida, antes fijar su residencia en La Bañeza tras ocupar, en febrero de 1928, la plaza vacante de la Inspección de Primera Enseñanza de la provincia de León. Ese mismo año, como ha documentado Juan Miguel Álvarez, Bohigas se dio a conocer como mitinera de la Unión Patriótica de León (partido oficial de la Dictadura de Primo de Rivera), haciendo un sonado llamamiento a las mujeres a participar activamente en la «vida pública». A través de diversas conferencias y colaboraciones en prensa, transmitió lo que la historiadora Beatriz García Prieto califica como una curiosa combinación entre tradición y modernidad: a las mujeres de Acción Católica, por ejemplo, les hacía ver que en modo alguno era incompatible la dedicación a la política con el estudio de una carrera y el cuidado de la familia, labor esta última que consideraba única y exclusiva de la mujer.

Monárquica y católica convencida (en marzo de 1930 había escrito un artículo reclamando el apoyo ciudadano para la Monarquía de Alfonso XIII), con la llegada de la Segunda República adoptó un papel protagonista en la organización de la derecha femenina: fue en noviembre de 1931 con la creación de Acción Femenina Leonesa (AFL), formación que enseguida se vinculará a la CEDA. Lanzada a una intensa labor proselitista, Bohigas, siguiendo las directrices de la jerarquía eclesiástica más moderada, proclamó públicamente su respeto leal a la República, aunque no comulgara con sus principios. Gracias en buena medida a su empuje se formaron los comités provinciales de la AFL de La Bañeza, Astorga y Cistierna, extendiendo la labor propagandística por un total de 256 localidades.

Fue proclamada candidata a las elecciones de noviembre de 1933 junto a Antonio Álvarez Robles, Manuel Sáenz Miera, Antonio Pérez Crespo, Pedro Martínez Juárez, Francisco Roa de la Vega y el mismo José María Gil Robles, líder nacional de la CEDA. El vuelco respecto de las elecciones de 1931 fue evidente: las derechas obtuvieron en León 7 de los 9 diputados en liza, y la candidatura de Bohigas, pese a ser la menos votada de todas las derechistas, recabó 71.830 sufragios, 30.067 más que el candidato más votado de las izquierdas, el veterinario Félix Gordón Ordás. A escala nacional, estos comicios dieron el triunfo a la CEDA y convirtieron a Alejandro Lerroux, del Partido Radical, en nuevo presidente del Consejo de Ministros. Como diputada, Bohigas formó parte de las comisiones de Instrucción Pública y Presupuestos, e intervino en varias cuestiones referentes a su profesión.

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Arriba, cartel electoral de las derechas para las elecciones de noviembre de 1933 en León. Abajo, Bohigas, sentada, y detrás de ella José María Gil Robles, líder de la CEDA, y la diputada en su escaño en 1933. EL NORTE/MUNDO GRÁFICO

Sin embargo, los roces internos en la CEDA y el cuestionamiento, por parte de Bohigas, del liderazgo del partido en León hicieron que no repitiera candidatura en las elecciones de febrero de 1936, que darían el triunfo a la izquierda, y que abandonara tanto la CEDA como la AFL. Aunque en los primeros meses de la guerra civil las autoridades del bando sublevado la cesaron como inspectora en León y la enviaron en el mismo puesto a Sevilla, durante la dictadura franquista obtuvo un amplio reconocimiento profesional: fue vicedirectora del Museo Pedagógico Nacional, miembro de la Junta de Intercambio y Adquisición de Libros para Bibliotecas Públicas, inspectora de Primera Enseñanza en Madrid, profesora en el Instituto de Enseñanzas Profesionales de la Mujer, inspectora central de Enseñanza Primaria y, finalmente, inspectora extraordinaria permanente de Escuelas Femeninas de los Patronatos del Movimiento. Incluso participó en la Comisión encargada de redactar el anteproyecto del nuevo Estatuto de Enseñanzas Profesionales de la Mujer.

Fallecida en Madrid el 21 de diciembre de 1973, Bohigas sostuvo siempre esa combinación entre tradición y transgresión que caracterizaba sus escritos y discursos: si por un lado defendía que la tarea prioritaria de la mujer consistía en el cuidado de la familia y en la preservación de los valores religiosos en el hogar, por otro sostenía la necesidad de su participación en la vida pública, el desempeño de una profesión, la posibilidad de cursar estudios universitarios, e incluso la dignidad de la soltería voluntaria. Durante el franquismo fue galardonada con el título de comendador de las órdenes de Cisneros y Alfonso X El Sabio y con la medalla de plata de la Sección Femenina de Falange.

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