El teatro más antiguo de Valladolid: cerrado con el siglo y parado, pero cortejado
Valladolid, piedra sobre piedra ·
El Lope de Vega se inauguró en 1861 y cerró sus puertas en el 2000. El director del teatro Zorrilla declaró el año pasado que quería restaurarloEl 6 de diciembre de 1861 el Teatro Lope de Vega abría sus puertas por vez primera: se representó 'El premio del bien hablar', ... en un guiño al dramaturgo que le presta su nombre. Después de dos reformas y una vida de teatro y cine en la que creció la Seminci, echó el cierre durante el último año del siglo XX, en abril del 2000. Seis años más tarde lo compró Caja España-Duero con idea de reformarlo, proyecto desechado a raíz de la crisis económica. A finales del verano pasado una chispa parecía prometer el final del letargo, porque el empresario teatral Enrique Cornejo admitía que tenía los ojos puestos en el veterano edificio. ¿Será el año de fin de década un nuevo comienzo para las piedras 'lopescas'?
«La concurrencia era inmensa, el entusiasmo grande», recogía El Norte de Castilla pocas horas después de la inauguración del teatro dedicado al Fénix de los ingenios. «El salón resplandeciente de luz y de oro abrigaba en su seno lo más notable de la población y las celebridades literarias expresamente llegadas de la Corte», recreaban esas mismas líneas apresuradas y pomposas. Tal debió de ser la fiesta que los redactores de la época se volcaron al día siguiente con una extensa crónica, las composiciones poéticas leídas en el acto y un buen puñado de aderezos.
Su arquitecto, Jerónimo de la Gándara, lo imaginó en un siglo XIX que en Valladolid supondría toda una reforma morfológica. Se construyó sobre un teatro anterior y ruinoso. En aquella época crecían los edificios destinados a la cultura y ese primer teatro neoclásico, discreto pero elegante, vendría seguido tres años más tarde por el Teatro Calderón. Más neoclásico, más grande. Del de Lope decían que era algo frío, que estaba demasiado cerca del Pisuerga, allá en la calle María de Molina. No obstante, el regusto intelectual de este escenario, su estilo propio, formaban ya parte del encanto de la ciudad.
Trece camerinos y azulejos de Talavera
Un patio de butacas en forma de herradura, cuatro alturas y once metros de ancho en las tablas configuran en su interior un escenario casi cuadrado, pues se alarga con 10,5 metros de fondo. Trece camerinos completaban las dependencias interiores, a las que da acceso una fachada marcada por los vanos de tres ventanales, que se reformó en 1920.
En esta fecha se retiró el frontón, sustituido por azulejos de Talavera. Del aire neoclásico se pasaba así a uno barroco: el medallón original que retrataba a Lope (esculpido por Ponciano Ponzano) se sustituyó entonces por el que se puede observar en la actualidad, de azulejo, como el resto de la decoración, que originalmente comprendía el trabajo de un pintor apellidado Vázquez.
La dualidad programática de cine y teatro con la que durante años jugó el antiguo teatro atraía a un público muy variado, y acogía hasta a 850 personas cada vez. El cine mudo llegó a principios de siglo XX, el sonoro después de la Guerra Civil. El edificio se convirtió en sede de la Semana Internacional de Cine de Valladolid en varias ediciones y encaró una segunda remodelación en 1960, esta vez de su vestíbulo.
Después su cierre y su compra por la entidad bancaria, se han barajado varios intentos de restauración y reapertura finalmente marchitos. Hasta el mismo año 2006, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León lo usó de local de ensayo. Sin embargo, no es ningún secreto que en la actualidad la que fuera una lustrosa construcción se encuentra muy dañada y dejada por el paso de las últimas casi dos décadas.
El abordaje de Cornejo en esta ocasión, que se concretó más a lo largo de octubre y noviembre de 2019, pretende reconducir el uso de la sala hacia los espectáculos de danza y ópera. La ilusión del promotor cultural ha incluido un cruce de intenciones en público sobre el lugar, que ahora pertenece a Unicaja, y una cifra sobre la mesa. Se calcula que harían falta 14 millones de euros para rescatar por completo la edificación según las declaraciones recogidas por Tribuna. De momento, el edificio permanece cerrado y merienda de memoria con los aplausos que un día revolotearon dentro de él. Espera.
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