Así es el monumento a Zorrilla
Una estatua para expresar el cariño de la ciudad a uno de sus hijos más queridos
Que la Valladolid de su tiempo sentía un cariño inmenso y un enorme reconocimiento a su poeta lo demuestra que apenas siete años después de su fallecimiento, José Zorrilla tenía su estatua en uno de los espacios más nobles de la ciudad. Así, el poeta, que fallecía en su casa en pleno barrio de Justicia, en Madrid en 1893 -edificio que también le recuerda hoy en su fachada-, en septiembre de 1900 ya presidía la plaza que hoy lleva su nombre.
Publicidad
Un año antes, en 1899, el Ateneo de Madrid y el Ayuntamiento de Valladolid convocaban un concurso para elegir al escultor que habría de erigir el monumento y que ganó el riosecano Aurelio Carretero, quien además dispuso de la máscara mortuoria del poeta para asegurar la fidelidad a los rasgos del autor del Tenorio
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión