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Se inauguró el 12 de septiembre de 1943 con gran expectación. Cuatro años antes, a los seis meses de terminar la Guerra Civil, la corporación ... municipal aprobó un proyecto presentado por el entonces alcalde, Luis Funoll y Mauro, para la construcción de un hotel de lujo que reforzara las «escasas y anticuadas» instalaciones hoteleras de la ciudad. La idea había partido ya del anterior regidor, Florentino Criado Sáenz. Pero la penuria de las arcas municipales y el gran volumen de obras públicas que después del conflicto debía de afrontar el Consistorio, obligó a pedir la colaboración de industriales y vecinos para su construcción.
Se constituyó para ello la Sociedad Anónima Hotel Conde Ansúrez, cuyo consejo de administración estuvo presidido por Francisco Mateo Martínez e integrado por los industriales y comerciantes Celso Lozano Capellán, Teodoro de Uña Ortega, Ramón Moliner Vaquero, Hermenegildo Gutiérrez García de la Cruz, Alejandrino Pérez Álvarez y Fernando de Andrés Bueno. Todos miembros fundadores. Calixto Fandos Loras fue el representante del Banco Castellano y José Fora Leblanc, el de Electra Popular Vallisoletana S. A., responsables ambas entidades de la financiación.
Ubicado en el primer tramo de la actual calle Doctrinos (entonces Calvo Sotelo), esquina con María de Molina, el edificio tardó dos años en construirse; entre 1941 y 1943. Los planos y el proyecto llevan la firma de los arquitectos Manuel Cabanyes Mata y Manuel López Fernández. Se levantó sobre un solar de 531 metros cuadrados, resultante del derribo de las casas números 32, 34, 36, 38 y 40 de la calle María de Molina, adquirido por la sociedad anónima. El hotel tenía la entrada principal por la calle Calvo Sotelo y una entrada de servicio por María de Molina.
De hormigón armado con fachada de piedra, fue el ingeniero Eduardo Torroja Miret quien se encargó del cálculo de la estructura. Tenía planta semi-sótano, planta noble, planta principal, cuatro plantas de habitaciones y planta de ático. En total 76 habitaciones con baño. El edificio en esquina, con el ángulo redondeado, tiene varios patios interiores. En 1968, José Antonio Torroja Cavanillas, hijo del ingeniero Eduardo Torroja, y Manuel Vidal Heredero, presentaron un proyecto para ampliar el inmueble con varias plantas, en aquel momento ya, en el número 9 de María de Molina.
Existían entonces en la ciudad otros seis hoteles: Moderno, Madrid, Español, Imperial, Francia, Inglaterra y Roma. El Conde Ansúrez se convirtió desde el primer momento en uno de los mejores hoteles de lujo de España. Agua caliente, calefacción, teléfono, ascensor, hilo musical y hasta peluquería. Estaba equipado además con mobiliario y enseres de los mejores establecimientos de la ciudad. Pronto se convirtió en el hotel de referencia de Valladolid. En él se alojaron dos de los mejores toreros de todos los tiempos, Manolete y Antonio Ordóñez, y actores internacionales como Orson Welles, Ava Gadner, Sophia Loren o Charlton Heston, entre otros.
Su cafetería fue durante décadas el lugar predilecto de la alta sociedad de Valladolid. Comenzó su declive en los años sesenta. En octubre de 1983 se acordó su cierre y la venta del edificio, hoy en pie, reconvertido en viviendas y locales: Edificio Conde Ansúrez. Se aumentó entonces el número de plantas en ambos laterales.
El edificio de la plaza Cantarranas que sobrevivió al Alaska.
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