Valladolid desaparecido
El Hospital de los Desamparados a orillas de la EsguevaConocido también como el hospital de los incurables, el edificio se derribó en 1922
Situado en parte de los terrenos que ocupa hoy la Academia de Caballería y las casas militares de la calle Doctrinos, el Hospital de ... los Desamparados se levantó en los años noventa de 1500 sobre unas casas junto a la Puerta del Campo, propiedad de las herederas del alemán Alberto Cuon. Luis de Mahudes, administrador de este hospital, que bajo el amparo de la cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados disponía de un modesto hospital en la plazuela del Salvador, frente a la iglesia, propuso en 1591 sacarlo al extrarradio, fuera de la Puerta del Campo. Se situó cerca del Hospital de la Resurrección, institución que ocupó el antiguo edificio de la mancebía de la ciudad. El de los Desamparados, a finales del siglo XVI, contaba con dos enfermerías, una para hombres y otra para mujeres, para atender a enfermos terminales.
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Aquellas casas se bendijeron el 15 de mayo de 1592. Parte del terreno se destinó a cementerio, señalado con una cruz. El 22 de noviembre se llevó el Santísimo de la Iglesia de San Ildefonso y comenzó su nueva andadura. Tres años después se llevaron a cabo importantes reformas por el mal estado en el que estaban los inmuebles. En agosto de 1612 se concertó la construcción de un nuevo edificio y en 1628 se dieron por finalizadas la obras del hospital y de la iglesia. La Congregación de Hermanos Hospitalarios solicitó en 1600, tras la muerte de Luis de Mahudes, hacerse cargo del hospital, administración que se les concedió en 1603, comenzándose a conocerse también como Hospital de San Juan de Dios. Hasta 1615 esta orden religiosa compaginó la gestión del Hospital de los Desamparados con la del de la Resurrección.
Dedicado a Nuestra Señora de los Desamparados, en 1645 eran 13 los religiosos que atendían el hospital; ocho en 1752; cinco en 1768; tres en 1787; y cuatro en 1806. «Los enfermos que cura son cotidianos, la mitad hombres y mujeres, son incurables y suelen estar seis y ocho años en las camas», recoge uno de los escritos de la orden religiosa. El plano de Ventura Seco de 1738 se refiere a él como el Hospital de los incurables. Durante la ocupación francesa fue militarizado y durante la epidemia de cólera de agosto de 1834 fue utilizado para atender a estos enfermos. Durante siglos se dedicó principalmente al cuidado de enfermos del Ejército. La Desamortización dejó vacío el convento en 1835; parte del edificio se dedicó entonces a viviendas y en otra se instaló una fábrica de guantes.
En 1847 se pensó en derribar el edificio para enlazar los paseos del Espolón Viejo y el Nuevo, pero no se llevó a cabo. En 1851 el Ayuntamiento arrendó el edificio del antiguo hospital por cuatro años y en 1861 vendió el convento que constaba entonces de «un cuerpo con piso bajo, principal, segundo y solana, y otro con pisos semejantes de los dichos en varias dependencias, y el cuerpo que constituía la iglesia y sacristía, todos con sus correspondientes cubiertas de tejados, teniendo además fuente con aguas claras». En 1861 Dámaso Jiménez y Raimundo Díaz de Durana adquirieron la iglesia y la sacristía. En 1900, en la iglesia había un almacén de tejidos.
El edificio del antiguo hospital se derribó en 1922.
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