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Dos ángeles de la guarda en la Policía Municipal: «Escuchar el llanto del bebé nos hizo felices»Muestran orgullosos el peluche que acaban de adquirir. No les importa que en mitad de la Plaza Mayor de Valladolid les vean con un conejito ... de grandes dimensiones mientras portan la vestimenta de la Policía Municipal. Porque la hazaña que han llevado a cabo Jorge Caballero y Sergio Ayala es de enmarcar. De esas que acaban con un final feliz después de momentos de tensión e inquietud y que, seguramente, les servirá para que les otorguen reconocimientos públicos, con futuras medallas, en actos institucionales. Demostraron aplomo y sangre fría ante el incidente que se encontraron en pleno patrullaje de madrugada y que acabó cuando escucharon a un recién nacido de dos meses llorar. «Nunca el llanto de un bebé me hizo tan feliz», apunta Ayala.
Esta historia es la de dos ángeles de la guarda para un bebé, que aunque ahora mismo no lo sepa, volvió a nacer gracias a la rápida intervención de estos dos agentes. Pusieron en práctica su templanza y sus conocimientos en primeros auxilios para reanimar a un recién nacido que en ese momento no respiraba. «Es que tenía ya un color morado...», recuerdan los dos policías municipales.
Este hecho tuvo lugar en la madrugada del pasado 25 de abril en una de las calles del barrio de Delicias. Caballero y Ayala, compañeros de faena, se encontraban con el hallazgo de un vehículo sustraído días atrás. Ese coche robado pasó a un segundo plano cuando se les acercó una madre con su hijo en brazos. «Iba en un coche. Estaba llorando y nos dijo que su hijo no respiraba. Hicimos una primera valoración y vimos que efectivamente no respiraba, pero le tomamos el pulso y sí que tenía», agregan.
En cuestión de segundos tomaron la decisión de escoltar a ese coche hasta la puerta del Hospital Clínico para llegar cuanto antes a los servicios de emergencias. «Comunicamos la emergencia por la emisora para que el resto de compañeros controlaran los cruces y fuésemos lo más rápido posible. Como era un bebé tan pequeño (nació de forma prematura a los siete meses de gestación) decidimos que era importante no desprenderse de la madre. Que estuvieran todo el tiempo juntos. Nos presentamos en el hospital en muy poco tiempo. Al final son momentos de tensión, pero lo que hay que hacer es guardar la calma», continúan los salvadores del pequeño.
Ya en el Clínico, Caballero se fue a la carrera al interior de Urgencias en busca de los médicos, por su parte, Ayala inició las labores de reanimación hasta escuchar ese llanto de felicidad.
Acostumbrados a encontrarse indisposiciones en personas adultas, para la pareja Caballero Ayala era la primera vez que abordaban esta situación. «Hemos vivido infartos en primera persona, pero nunca con bebés. Pero ha salido bien», puntualizan los dos agentes mientras ponen en valor el aprendizaje aportado por la Jefatura. «En la Policía Municipal de Valladolid lo que tenemos continuamente son cursos de formación y de reciclaje, en los que se abarcan todos los ámbitos. Tenemos de primeros auxilios, tenemos reanimación cardiopulmonar (RCP), maniobras como la de Heimlich, desfibrilador... Entonces cuando vienen a darnos estos cursos, nos traen incluso muñecos de todos los tamaños y bebés. Al final la formación abarca desde bebés hasta personas embarazadas, ancianos... Es un reciclaje anual, por lo tanto estamos siempre renovados», prosiguen.
La adrenalina del momento les activó aún más. «Ese día estuvimos trabajando hasta las 7:00 horas», subrayan. Aunque lo que realmente les dio esa tranquilidad fue el seguimiento que hicieron días después. «Lo mejor fue cuando nos dijeron que el bebé estaba estable y que se encontraba bien. Ahí nosotros también respiramos», rememora la joven pareja de policías.
La historia de una nueva fecha de nacimiento para este pequeño, vecino de Delicias, concluyó el pasado miércoles, cuando Jorge Caballero y Sergio Ayala volvieron a visitar a la madre y al recién nacido. Como sorpresa, compraron un gigantesco peluche para que tengan un recuerdo que ellos mismo calificaron como «anécdota». «Todo ha salido bien y es para que nos recuerden con cariño», concluyen a la par que se comprometen a que cuando el bebé cumpla la mayoría de edad tengan un nuevo encuentro. Con El Norte de Castilla como testigo.
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