La diseñadora vallisoletana que ha conquistado París con su aire futurista
Blanca de Bonrostro, de 24 años, ha ganado el Premio Pierre Cardin a Jóvenes Diseñadores de Europa, con su propuesta 'The rounded suit'
A Blanca de Bonrostro Benito (Valladolid, 2000) le brillan los ojos cuando habla de moda. Y no es por el glamour de las pasarelas, que ... también, sino por todo el trabajo que hay para transformar una idea en un boceto, convertirla a patrón y hacer un diseño realidad. Es precisamente todo ese esfuerzo, el que le ha servido para ganar el premio 'Pierre Cardin Young Designers Europe', un certamen que distingue el talento emergente de jóvenes diseñadores de toda Europa.
El galardón la llevará a trabajar durante cuatro meses en la Maison Pierre Cardin de París, con todos los gastos pagados, junto a las otras dos ganadoras, Lola Foulier, de Francia, e Isabella Matic, de Alemania. «Es una pequeña puerta abierta a este maravilloso mundo. Una forma de poder salir de España e ir a París, que realmente es la cuna de la moda y el lugar donde todo se mueve», dice ilusionada.
Blanca estudió en el colegio La Enseñanza de Valladolid. Desde que era muy pequeña empezó a fijarse en los tejidos, los colores y las formas. «Mi abuela Carmen siempre fue muy coqueta —recuerda—. Le encantaba ver películas de época y fijarse en los trajes. Creo que ahí empezó todo, viendo películas con ella. A veces me quedaba más pendiente de los vestidos que de la historia». Estudió Diseño Integral y Gestión de la Marca en la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, una formación que le permitió entender la moda desde un punto de vista más global. Actualmente cursa cuarto del Grado en Diseño de Moda en la Universidad del Diseño, la Innovación y la Tecnología (UDIT). «Siempre me ha gustado muchísimo, pero es verdad que cuesta atreverse a estudiarlo de primeras. Es un mundo complicado y da vértigo meterse», admite.
El salto a Europa
La oportunidad de participar en este importante premio le llegó a través de la universidad. «Nos mandan un montón de convocatorias y concursos. A veces no sabes a cuál presentarte, pero esta me llamó mucho la atención. Era la primera vez que se hacía el concurso en Europa, y me pareció una ocasión única para probar», comenta. Y así lo hizo. En una primera fase, trabajó junto a otros 64 participantes de distintos países en el taller de la Maison Pierre Cardin. De esa experiencia se seleccionaron 13 finalistas de nueve nacionalidades, entre ellos Blanca. A partir de mayo, los finalistas desarrollaron sus proyectos con la orientación del equipo de Cardin. Y el 4 de octubre, en un acto celebrado en Atenas —en el marco del espectáculo Dance of the Galaxies, dirigido por Rodrigo Basilicati-Cardin—, se anunciaron las tres ganadoras. Entre ellas estaba Blanca. «Fue una mezcla de sorpresa, alegría y nervios. No me lo esperaba. Ha sido mucho trabajo y mucha ilusión detrás de todo esto», dice.
Su propuesta ganadora, titulada The Rounded Suit, es una reinterpretación de un vestido de Pierre Cardin de los años setenta. Inspirada en el movimiento del aire, combina la geometría de los círculos con un enfoque contemporáneo. «Pierre Cardin siempre fue muy futurista, le obsesionaba la idea del futuro y el movimiento, así que partí de ahí. Quería que todo fluyera, que las formas y los volúmenes transmitieran ligereza y energía», comenta.
El conjunto está confeccionado con técnicas de sastrería tradicional, pero con una mirada moderna y escultórica. El traje está elaborado en crepé, lo que aporta gran movimiento, mientras que los colores turquesa y rojo dan fuerza visual. Blanca acompañó el traje con un bolso y unos zapatos hechos artesanalmente con piezas de cerámica, en una clara apuesta por la fusión entre moda, arte y artesanía contemporánea. «Intento hacer moda divertida, que tenga algo de humor, de juego, porque al final tiene que reflejar quién soy», asegura esta promesa del diseño, que tiene entre sus principales referentes a Alessandro Michele, director creativo de Valentino, y a Balenciaga. También le inspiran los vestuarios de cine y el trabajo de sus propios profesores y compañeros de facultad. «Aprendo de la gente que tengo alrededor, de su forma de entender la moda y de cómo afrontan cada proyecto», dice consciente de que es difícil abrirse paso en un mundo competitivo. «A veces cuesta creer que puedes hacerlo. Pero cuando estás dentro, te das cuenta de que lo importante es disfrutar del proceso y trabajar mucho. No hay otra fórmula», comenta.
Al finalizar la carrera, esta vallisoletana se instalará en París para trabajar en la Maison Pierre Cardin, lo que para ella será «un sueño hecho realidad». La beca durará cuatro meses, durante los cuales podrá aprender directamente del equipo creativo de la firma. «Quiero aprender, trabajar para otras marcas y empaparme de todo lo que pueda. Creo que es la mejor manera de crecer. Mi meta es poder dedicarme a esto toda la vida y vivir de ello. Quiero ir poco a poco y disfrutando del camino», concluye.
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