Soledad Martín Nájera | Fiscal jefe de Valladolid
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Soledad Martín Nájera | Fiscal jefe de Valladolid
«Estamos detectando actitudes de dominio de los varones desde edades muy tempranas»37 años de carrera fiscal dan para mucho. Y en el caso de la palentina Soledad Martín Nájera (1962), para ser la segunda mujer que ... ostenta la jefatura provincial de Valladolid, después de suceder en 2018 - y revalidar la plaza en 2023 - a Esther Pérez, que dejó la vacante tras una década al frente para ascender a la Fiscalía del Estado primero y al Ministerio de Justicia después. Hija y hermana de fiscal, tuvo claro que quiso estudiar Derecho desde que tomó conciencia de que impregnaba todo lo cotidiano: «Abría un grifo de agua y detrás de eso había una licitación pública».
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Su carrera en el Ministerio Público comenzó en 1988, cuando se curtió en Bilbao «en los años del plomo», para después pasar por Burgos y, Madrid. En Valladolid, antes de ponerse al frente de una veintena de compañeros, ejerció como Coordinadora de la Sección Civil, Delegada en Violencia de Género y en Criminalidad Informática. Camino de igualar en años a su predecesora en la jefatura, por el momento no se atreve a aventurar más aspiraciones que perseguir los objetivos que se ha fijado para su segundo mandato -que termina en 2028- de reestructurar la Fiscalía y conseguir más medios.
- ¿Qué ha supuesto para usted ser la segunda mujer en ostentar el cargo de fiscal jefe de Valladolid?
En cuanto a género, que es la perspectiva que me planteas, siempre es un reto, pero no he sentido una presión especial. Por un lado no era la primera en ocupar el cargo y por otro yo ya llevaba un tiempo trabajando en Valladolid, con un interludio relativamente breve en la sala de Violencia sobre la Mujer de la FGE. Entonces ya conocía a todos mis compañeros. Y el ser mujer no ha supuesto ni una ventaja ni un inconveniente, aunque siempre tienes que hacer un esfuerzo superior. O al menos crees que tienes que hacerlo.
- Y en lo personal y profesional, ¿Tenía expectativas de alcanzar este rango?
Uno nunca piensa esas cosas, sobre todo cuando empieza. Es más una cuestión de edad y oportunidad. Ahora somos 2.500, pero entonces éramos unos 1.300, la carrera tenía grandes pesos jurídicos y uno nunca piensa que va a llegar a ese nivel. Lo que piensa cuando empieza es lo mucho que tiene que aprender. Y va paso a paso, intentando formarse tanto a nivel universitario como con la formación que ofrece la FGE. También participando en programas internacionales. Entonces lo que intentas es formarte, no parar nunca, abordar la nueva normativa y los problemas nuevos.
- En 2028 vence su segundo mandato en la jefatura provincial, ¿qué aspiraciones tiene?
De momento cumplir este mandato con la mayor eficiencia posible. El futuro no está escrito y yo no lo conozco. Entonces lo que yo quiero es seguir impulsando la organización y la eficacia de los fiscales de Valladolid. La plantilla es magnífica, magnífica. Y con esa base y esos mimbres, en los que participan también los funcionarios de la Fiscalía de Valladolid, que son muy competentes, pues intentar que los medios, que siempre son escasos, no den para llegar a todas partes, que es difícil. La nueva Ley de Eficiencia de la Justicia, que no recoge una memoria económica, implica nuevas vistas y señalamientos y no sabemos cómo vamos a poder afrontarlos.
- Los datos del último balance de criminalidad de 2024 reflejan que los delitos contra la libertad sexual han repuntado en un 25 por ciento. ¿A qué se debe?
Lo que más ha aumentado son las agresiones no violentas. Me explico. Hay agresiones sexuales que son las de toda la vida, en las que hay violencia, intimidación, se pega a la víctima, se le pone un cuchillo en el cuello o se la golpea para vencer la resistencia al acceso carnal. Esas no han repuntado, el número suele mantenerse estable. Pero si se han incrementado en el ámbito relacional, mediando consumo de alcohol y otro tipo de sustancias.
- Está especializada en delitos de criminalidad informática. ¿El acoso a través de redes sociales es algo que le preocupe?
No sé si es una de las cosas que más me preocupan como fiscal jefe. En ese sentido nos preocupan de verdad ese tipo de actuaciones más en el ámbito de menores, porque significa aprender una serie de conductas. Aunque en el ámbito de mayores también se da y muchas veces viene vinculado a temas de Violencia de Género.
- ¿Qué es lo que le preocupa entonces a la fiscal jefe de Valladolid?
Hay varios ámbitos que nos preocupan bastante. En principio el de las bandas latinas que nos ocupan y nos preocupan, a nosotros, a los jueces y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y hay otro ámbito que a mí me preocupa mucho, porque ha aumentado y es difícil abordarlo jurídicamente, que son las estafas informáticas.
- En el ámbito de Violencia de Género, ¿Qué nos queda por hacer?
Yo tengo una sección espectacular en Valladolid, el servicio de Violencia de Género y doméstica está cubierto por cuatro fiscales magníficos. ¿Qué nos queda por hacer? Pues cerrar el círculo. Hay cosas que todavía no tenemos. El Instituto de Medicina Legal hace lo que puede, que es mucho, pero no tenemos un equipo de valoración integral a la puerta del juzgado para hacer una valoración en cuanto a la situación de los menores o de las víctimas. Para ser realmente eficaces hay que hacer una valoración inmediata. Bueno, todos tenemos nuestro instinto, pero los profesionales tienen algo más que eso.
- En cuanto al número de casos, ¿En qué punto está Valladolid?
Lo que te puedo decir es que el año pasado aumentaron los procedimientos rápidos, los derivados de las denuncias son muy superiores con respecto a 2023. Valladolid en ese sentido, desde que se puso en funcionamiento la Ley Integral y sobre todo a partir de la creación del juzgado especializado, ha seguido una mecánica de una eficacia excepcional, porque la mayoría de los procedimientos se cursan por juicio rápido.
- ¿Qué queda por hacer en este ámbito?
Yo tengo una sección espectacular en Valladolid, con cuatro fiscales magníficos. ¿Qué nos queda por hacer? Pues cerrar el círculo. Hay cosas que todavía no tenemos. El Instituto de Medicina Legal hace lo que puede, que es mucho, pero no tenemos un equipo de valoración integral a la puerta del juzgado para hacer una valoración en cuanto a la situación de los menores o de las víctimas. Para ser realmente eficaces hay que hacer una valoración inmediata. Bueno, todos tenemos nuestro instinto, pero los profesionales tienen algo más que eso.
- ¿De qué hablamos cuando mencionamos la perspectiva de género en la Justicia?
Desde mi experiencia la perspectiva de género es la posibilidad de valorar los hechos que se te plantean teniendo como un elemento de calidad el género, en el siguiente sentido de entender que a lo mejor no se denuncia en ese mismo momento, sino más tarde, porque la víctima tiene que empoderarse para afrontar ese procedimiento. Entender que un hombre ante una agresión no reacciona igual que una mujer. Y no es porque la mujer no esté diciendo la verdad, sino porque reacciona de otra manera, porque los bienes jurídicos a los que se le ha atacado han afectado tan esencialmente a su intimidad que la desmantelan. Pasa igual con las víctimas masculinas menores, con las agresiones a niños, que también les cuesta mucho.
- ¿Aún falta esa perspectiva de género en la justicia?
Algunos hay que no la tienen. Pero es que somos personas. Yo creo que con carácter general, esa perspectiva dentro de lo que es el respeto a las normas procesales sí existe. Lo que ocurre es que el proceso penal siempre es algo cruento. Por muy delicado que seas a la hora de hacer determinadas preguntas, tienes que hacerlas, pero se han dado muchos pasos. Por ejemplo, las víctimas menores de 14 años no es necesario que vayan al juicio a declarar. Se realiza una exploración en muchas ocasiones con la intervención del equipo judicial, se graba y las partes intervienen, pero no en presencia de esas personas. El camino recorrido desde las mamparas que se movían o cuando se encontraban fuera de la sala es muy largo y muy importante
- ¿Estamos en una sociedad igualitaria?
Yo creo que queda mucho por hacer. Y si me preguntas qué, es un problema de educación. Porque es ahí donde nosotros estamos advirtiendo que esa educación en igualdad no se está consiguiendo. No porque la educación sea discriminatoria sino porque no consigue como resultado el respeto integral de la otra persona, sea mujer o inmigrante... es decir, no está siendo efectiva. Nosotros detectamos que sigue habiendo actitudes de dominio de los varones sobre las mujeres desde edades muy tempranas. El control del móvil, con quién vas, cómo te pones esa camisa que se te ve todo... etc. Entonces, si no partimos de la educación el resto de los esfuerzos que hagamos son inútiles.
- ¿Va a celebrar el 8M de alguna manera?
En principio no, pero tampoco celebro el 25 de noviembre, que es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, porque creo que el día de la mujer y el día contra la violencia son todos los días.
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