Desarticulado un grupo de butroneros que robó 150.000 euros en cobre de una empresa en Valladolid
Los delincuentes, que cometieron asaltos por todo el país, estuvieron tres noches seguidas almacenando el cableado de las instalaciones en Argales
El Norte
Valladolid
Viernes, 18 de julio 2025, 10:36
Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil, han detenido a cinco miembros de un grupo itinerante muy activo como presuntos responsables de diversos delitos de robo con fuerza y daños. Estaban especializados en la comisión de robos con fuerza mediante el método del butrón (abrir un boquete en la pared) en empresas de almacenaje y distribución de material eléctrico de toda la geografía nacional, incluida Valladolid, de las que sustraían cable de cobre que después vendían en chatarrerías. Todos los bienes sustraídos han sido valorados en 567.471 euros.
La comisión de varios delitos de robo con fuerza ocurridos en diferentes puntos de la geografía nacional dio pie a que se crease un equipo conjunto de investigación entre diferentes unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, dado el alcance geográfico de los hechos a investigar.
En este sentido, se venían investigando desde el pasado mes de marzo varios delitos cometidos con un mismo patrón delictivo que los investigadores reconocieron hasta en trece hechos perpetrados en diferentes puntos del país, principalmente de las provincias de Alicante, Albacete, Murcia y Valladolid. En esta última llevaron a cabo el mayor de los asaltos, donde obtuvieron un botín valorado en 150.000 euros de una sola empresa del polígono de Argales.
En el caso del asalto en la capital vallisoletana, los autores, debido al volumen del material de cobre sustraído, estuvieron durante tres noches seguidas «trabajando» para conseguir llevarse todo el cobre acumulado, llegando a causar un perjuicio económico a la empresa afectada de unos 150.000 euros aproximadamente.
Los hechos ocurrieron entre el 28 de febrero y el 3 de marzo. Los propietarios, en su denuncia, explicaron que los delincuentes habían sustraído numerosas bobinas de cobre, cuyo peso total oscilaba entre 6.000 y 8.000 kilos, después de cortar la alambrada perimetral y realizar boquetes en la paredes para acceder a sus instalaciones.
Los delincuentes, ante la imposibilidad de sacar las pesadas bobinas, las trocearon para sacarlas a los vehículos en los que posteriormente los trasladaron.
La mecánica empleada en sus robos, en este sentido, partía con el alquiler de un vehículo de alta capacidad, tipo furgoneta, con la que se desplazaban, junto a vehículos particulares, a la localidad donde iban a operar en cada situación, siendo su objetivo empresas de almacenaje y distribución de material eléctrico ubicadas en zonas industriales.
Una vez establecido el foco sobre una o varias empresas del mismo sector, de localidades relativamente cercanas, realizarían el butrón para acceder y sustraer material de cobre. Es característico que, en ocasiones, con el fin de poder llevar a cabo su ilícita actividad de un modo más adecuado a sus necesidades, realizaban butrones en naves colindantes a la interesada, llegando a provocarlos hasta en dos naves para llegar hasta ella.
Una vez obtenido el botín, la misma noche del robo lo transportaban hasta empresas de recuperación y reciclado de localidades ubicadas en otras provincias, tratando así de evitar la detección de la venta del material robado en la propia provincia donde cometían el hecho, utilizando incluso vehículos lanzadera para desplazarse.
Así pues, los agentes de ambos cuerpos policiales llegaron hasta un entramado con una estructura compuesta por al menos seis miembros, entre hombres y mujeres, con domicilios repartidos en varias provincias de España, si bien compartían como centro neurálgico la localidad alicantina de Novelda. Dentro del grupo, cada uno de ellos tenía una función claramente delimitada, haciendo gala de una gran coordinación entre ellos en la comisión de los robos.
De hecho, su depurada coordinación les permitía llegar a realizar tres robos durante la misma noche, consiguiendo botines en algún caso que se elevaban hasta los 246.744 euros en material de cobre sustraído de una empresa de material eléctrico de Ibi, que sumados a los hechos cometidos en empresas de Villena, La Cañada y Elche, ascendía a 380.000 euros.
Por lo que respecta al botín interesado por la organización, tenían el foco puesto en empresas de electricidad, en las que buscaban bobinas de cable de cobre recubierto de plástico.
Algunas de estas bobinas llegaban a tener un peso de entre 6.000 y 8.000 kilos, por lo que eran desmontadas y cortadas en trozos pequeños por los autores para facilitar su traslado hasta los vehículos que usaban para su carga.
Un vehículo de alquiler
Una vez determinada la identidad de todos los implicados, los agentes involucrados en la investigación tuvieron conocimiento de que estarían planeando un nuevo robo, en el que iban a emplear un vehículo de alquiler que ya tenían en su poder.
Por tal motivo, se aceleró el curso de la investigación y se estableció un dispositivo de vigilancia en torno a los investigados, dando como resultado la detención 'in fraganti' de dos componentes del entramado tras cometer un hecho en la localidad murciana de Bullas, siendo interceptados con una furgoneta que contenía gran cantidad de cableado de cobre procedente de una empresa de un polígono industrial de esta localidad.
Seguidamente, se llevó a cabo en la provincia de Alicante las detenciones de otros tres miembros del grupo criminal; uno en la localidad de Aspe y otros dos en Novelda.
Ventas en chatarrerías
De otra parte, la investigación reveló que había dos empresas de recuperación y reciclado de metales ubicadas en la localidad madrileña de Leganés y en Numancia de La Sagra, provincia de Toledo, que actuaban, presuntamente, en connivencia con los autores de los robos comprando el cobre que les hacían llegar, a sabiendas de que tal cantidad de cable era inusual y, por tanto, de clara procedencia ilícita, enriqueciéndose así del producto del robo del grupo criminal investigado.
Por tal motivo, se llevó a cabo una segunda fase de la investigación encaminada a su detención, siendo arrestadas dos personas más como responsables de tales empresas, presuntos autores de un delito de receptación, además de investigarse a otras dos personas más relacionadas con los hechos.
Así mismo, durante estos registros, se contó con el apoyo de una patrulla del Seprona de la localidad toledana de Illescas, que detectaron múltiples infracciones administrativas en las empresas investigadas.
La operación culminó con la detención de siete personas; cinco como presuntos responsables de los delitos de robo con fuerza y daños, y otras dos por el delito de receptación, delito por el cual también resultaron investigadas dos personas más, siendo así un total de nueve los miembros implicados.