El deán de la Catedral afronta su cuarto mandato con la «necesidad de mejorar el suelo de la seo»
El arzobispo ratifica la reelección de José Andrés Cabrerizo, que presidirá el cabildo durante tres años más
El arzobispo Luis Javier Argüello ha ratificado este lunes la reelección de José Andrés Cabrerizo como deán de la Catedral de Valladolid, que ostentará ... su cuarto mandato «con la necesidad de mejorar el suelo de la seo», que se encuentra levantado y «en algunos puntos la gente corre incluso riesgo de caerse», explica Cabrerizo, quien reconoce que «ha habido muchas conversaciones para abordar este asunto», pero aún no han cristalizado en una obra.
La función fundamental del cabildo, tras la reforma del Código de Derecho Canónico de 1983, es asegurar el culto de la Catedral. No obstante, también vela por el mantenimiento del edificio y Andrés Cabrerizo afirma que para que las labores de conservación de la seo sean tan exhaustivas como deberían hay dos factores a tener en cuenta. «El primero es que la Catedral es un Bien de Interés Cultural y para llevar a cabo cualquier acción hay que contar con la Junta de Castilla y León. El segundo es un problema económico. Nosotros no tenemos una fuente de ingresos como pueden tener las catedrales de Toledo, Sevilla o la Sagrada Familia de Barcelona. No se cobra por entrar a la Catedral de Valladolid y tampoco estamos en condiciones de cobrar porque el edificio no está bien. Solo podemos llevar a cabo el mantenimiento ordinario», reconoce el deán.
Una de las espinitas que tiene clavadas el deán es no haber podido ampliar el museo y abrir el Patio de los Cipreses, un proyecto que aún no se ha podido llevar a cabo por falta de financiación. «Hay un problema monetario. Hay una parte que pone el Arzobispado, pero otra la tienen que poner las instituciones públicas. Estamos pendientes de las ayudas del 1,5% cultural, pero ni el año pasado ni este hubo convocatoria», explica el deán para el que, dadas las circunstancias, hablar de grandes planes de futuro es casi una utopía. «La idea es seguir como estamos y mantener lo que hay, que no se estropee más de lo que está», asevera con franqueza.
Con estas premisas afronta José Andrés Cabrerizo este renovado mandato, que para consumarse ha necesitado de la intervención del arzobispo. Los estatutos de la Catedral se aprobaron en 1991 y de esta manera el cargo de deán dejó de ser vitalicio para renovarse cada tres años. Los dos primeros mandatos se ejercen tras una votación que se resuelve por mayoría del cabildo, para el tercero es necesario que dos tercios de los canónigos voten a favor de la misma persona y para este cuarto mandato, que no está contemplado, el arzobispo ha tenido que ratificar y dispensar el procedimiento de los estatutos.
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