Valladolid

Cultura, urbanismo y movilidad, áreas sensibles para Carnero en el pacto con Vox

Ese es el punto de partida en la negociación entre los populares y Vox en Valladolid, que se mueve desde la posibilidad de un gobierno en solitario de los primeros con acuerdos puntuales con Vox y un gobierno de coalición en la línea de autonómico. Mañueco tiene a Juan García-Gallardo de vicepresidente sin cartera, a la manera de un segundo presidente, y tres consejeros de Vox. Carnero tendría a Irene Carvajal de teniente de alcalde, con o sin área de gestión, e incorporaría al menos a uno de los dos concejales restantes que logró la formación ultraconservadora al equipo municipal de gobierno.

Puestos a negociar reparto de concejalías, hay tres áreas especialmente sensibles para el PP: urbanismo, movilidad y cultura. Las dos primeras, por el programa electoral que ha firmado Jesús Julio Carnero, en el que ha hecho del soterramiento su medida vertebral y de los cambios en el tráfico y la reducción de la zona de bajas emisiones que limitará el acceso al centro los vehículos más antiguos y contaminantes dos promesas de tirón electoral. Esos dos últimos compromiso pueden explicar el aumento de la participación en los barrios del centro de Valladolid, con un amplio apoyo al PP. La gestión de la cultura completa esa triada de áreas municipales de especial sensibilidad por lo que supone de repercusión de la imagen de la ciudad fuera, de la 'Marca Valladolid'.

La Cultura es un escaparate de ciudad en manos de quien dirige el Ayuntamiento. Sin contar la Gala de los Goya del próximo año, evento excepcional de primer nivel de repercusión para 2024, está la gestión cotidiana del Museo Patio Herreriano, las programaciones del Teatro Calderón y del LAVA, iniciativas como la Feria del Libro o el Festival Teatro de Calle y el buque insignia, que es la Semana Internacional de Cine. Resuenan las declaraciones de Juan García-Gallardo, en la edición de octubre pasado de la Seminci, cuando consideró que el festival era «sectario» y se regía por «desviaciones ideológicas». El hombre de Abascal en Castilla y León aseguró sobre el festival que «en las últimas ediciones se ha desviado la finalidad que tenía, apostando por proyectos ideológicos destinados a favorecer una ingeniería social y verde». La Consejería de Cultura, que gestiona Vox, ha aplicado un «ajuste» en la aportación de la Junta a la Seminci.

Junto a estas tres áreas que son pilares en la gestión municipal por su contenido hay otra concejalía que es crucial controlar para tener el control del entramado interno de un equipo, la de Hacienda y Personal, clave para que no haya errores ni atascos en la tramitación y desarrollo del presupuesto y con la plantilla. El Ayuntamiento de Valladolid aprobó un presupuesto consolidado (incluida Auvasa, Aquavall, Nevasa, las fundaciones de Cultura y Deportes…) de 404 millones de euros para este año y el alcalde tiene bajo su mando una plantilla de alrededor de 3.100 trabajadores.

Vox utilizó en la negociación del pacto autonómico el año pasado la experiencia del PP y Ciudadanos en los acuerdos de 2019. A nivel municipal, puede servir de punto de partida el de Salamanca. Carlos García Carbayo ha sido el único alcalde del PP de capital de provincia en la comunidad estos cuatro últimos años y logró el domingo 28 para los populares la única mayoría absoluta capitalina en Castilla y León. En 2019 emprendió un gobierno coalición con Cs, con idéntico reparto de concejales que Jesús Julio Carnero e Irene Carvajal, un 11 a 3.

Ciudadanos reclamó entrar en los gobierno de la Junta y de ayuntamientos y diputaciones en 2019 y García Carbayo ha tenido en Salamanca a la liberal Ana Suárez como teniente de alcalde y coordinadora de las áreas de Familia e Igualdad de Oportunidades, Bienestar Animal, Turismo y Relaciones con la Universidad, a lo que han sumado un concejal naranja al frente de la Concejalía de Promoción Económica, Comercio y Mercados.

El escenario de elecciones generales, con la confección de candidaturas por parte de los populares al Congreso y al Senado y las expectativas electorales de Alberto Núñez Feijóo y su objetivo de evitar la posible dependencia de Santiago Abascal para formar un gobierno estatal mediatizan la negociación de pactos municipales.

Juan García-Gallardo ya avisó el martes, antes de entrar al pleno de las Cortes de Castilla y León que querían participar en los gobiernos municipales «sí o sí» y que Vox no iba a »regalar» apoyos a nadie ni a admitir «chantajes». «Ya dijimos en campaña que quien quisiera que gobernara solo el PP que votara al PP», resumió el vicepresidente de la Junta, antes de remarcar que ni los candidatos ni los dirigentes regionales disponen de autonomía de negociación. Las pautas las marca el equipo de Abascal desde Madrid. También para el Ayuntamiento de Valladolid y para Jesús Julio Carnero.