«La cuarta ola ha llegado a la economía de muchas familias de Valladolid», alertan las ONG

Cáritas calcula que tres cada diez personas atendidas en este tiempo son nuevos beneficiarios, hogares que nunca antes tuvieron que recurrir a los servicios sociales. El presidente del Banco de Alimentos, Jesús Mediavilla, subraya que, desde la Navidad, se ha percibido un nuevo repunte en las peticiones de ayuda, un incremento de más de 1.200 beneficiarios entre los meses de enero y febrero que vuelve a situar el número de perceptores de víveres por encima de los 17.000 (en concreto, 17.130, según los datos actualizados), cifra que se consiguió rebajar en los días previos a la Navidad. Hoy, una nueva ola de necesidades golpea en esos puertos seguros que son las ONG.

«Se nota sobre todo en que ha cambiado el perfil. Son personas que entran, en principio, por una ayuda extraordinaria, para atender necesidades en momentos puntuales, pero que, por desgracia, al final requieren un servicio constante», explica Beatriz Ronda, de Cruz Roja. Los ahorros se agotan. La pobreza se vuelve crónica. Las colas del hambre sufren también los vaivenes de las restricciones.

«Por ejemplo, cuando cierra la hostelería, se nota un repunte de personas de ese sector que piden ayuda. Y que no saben durante cuánto tiempo la van a necesitar», añade Ronda, quien recuerda que la situación es, si cabe, más grave en el medio rural. «En la ciudad puede haber otras alternativa de empleo. Pero el que cierra un bar en el pueblo no tiene tantas opciones», aseguran desde Cruz Roja.

La entidad ha atendido este año a 22.297 personas en Valladolid, a través de 71.818 respuestas de todo tipo. Por ejemplo, en el área de inclusión social, con la entrega de productos de alimentación y de primera necesidad han llegado a 9.833 vallisoletanos (y sus familias). «Durante el confinamiento, esto fue clave para asegurar la protección de las personas y, desde entonces, las necesidades aumentan progresivamente», afirman.

La presidenta provincial de Cruz Roja, Rosa Urbón, reconoce que se enfrentan a un «reto histórico que requiere del compromiso del voluntariado, el apoyo incondicional de las personas socias y el respaldo de cientos de empresas, entidades y administraciones». «La duración de la pandemia está requiriendo un esfuerzo exigente y continuo, pero con etapas diferenciadas, en función de la evolución de la propia covid y sus consecuencias en la sociedad», añade Javier Senent, presidente de la organización humanitaria. Y sí, hay una nueva ola de hogares que reclama ayudas.

Cáritas cifra en 170.000 las personas atendidas durante este año de pandemia en Castilla y León, el 25% más que en un año previo a la crisis desatada por la covid. Y las ONG temen que los efectos de esta cuarta ola sean aún más devastadores. «Los ERTE todavía son un colchón para muchas familiares. El problema será cuando se acaben, cuando muchos de ellos terminen en el paro y la situación se prolongue en el tiempo», avisa Jesús Mediavilla, del Banco de Alimentos, entidad que ya está en conversaciones con la asociación de supermercados de Castilla y León para organizar una nueva recogida de víveres en junio y garantizar así el suministro durante el verano a las familias más desfavorecidas.

Estas han sido las intervenciones de Cruz Roja en el último año.

Inclusión social. Durante este año de pandemia, Cruz Roja ha atendido a 9.833 personas, con 30.992 intervenciones en entrega de productos de alimentación, medicamentos y de primera necesidad.

Salud. Los programas de información, medias preventivas, entrega de medicamenos y mascarillas y apoyo psicosocial han prestado servicio a 15.727 vallisoletanos.

Educación. La entidad ha prestado dispositivos y apoyo escolar a 2.743 estudiantes de la provincia para minimizar la brecha digital y educativa.

Pobreza energética. Atención a 2.684 vallisoletanos para tramitar el bono social o distribuir 'kits' de ahorro energético.

Economía y empleo. Cruz Roja Valladolid ha acompañado a 576 personas en orientación laboral y programas de empleo.