El crimen machista de Pajarillos apura la fase de instrucción a falta de la necropsia de los perros
A punto de cumplirse un año de la muerte de Mónica Álvarez a manos de su marido, el procedimiento judicial encara la recta final a la espera de conocer si los animales fueron ejecutados
El caso de violencia de género de Pajarillos del verano pasado apura su fase de instrucción a la espera de los últimos informes. Los que ... corresponden a las necropsias de los perros que convivían con la víctima (Mónica Álvarez) y el presunto autor y pareja de la fallecida (Juan Carlos San José) y que fueron encontrados también muertos en la escena del crimen el 12 de agosto de 2024 en el número 4 de la calle Sisón.
Un año después, tras una tediosa búsqueda de técnicos para que llevaran a cabo el análisis para determinar de qué murieron los perros, estas pruebas se completaran en las próximas semanas. Un trámite solicitado por la familia de la víctima para saber si el presunto autor acabó antes con la vida de los canes para, entre otras cosas, «generar más dolor a Mónica Álvarez». De igual manera se pretende esclarecer si ese posible asesinato de los perros se consumó también para «evitar que uno de los canes, muy protector con la víctima, defendiera a Mónica tras el ataque de su pareja».
La prueba se solicitó después de que las declaraciones de los vecinos del inmueble afirmaran que la noche antes del hallazgo del cuerpo sin vida de Mónica no se escuchara a los animales. Dos perros, según apuntaron, muy ruidosos y que esa madrugada no generaron ninguna molestia, por lo que la hipótesis de que Juan Carlos San José presuntamente matara un día antes a Mónica no se ha descartado.
Precisamente, la autopsia no pudo acreditar la hora exacta del fallecimiento, pues el sospechoso originó varios incendios en la vivienda con la intención de borrar todo tipo de pruebas. Lo que sí atestiguó el análisis forense fue que la causa del fallecimiento fueron las «múltiples» puñaladas en el tórax, algunas de gran profundidad, si bien las de la cabeza, el forense acreditó que se produjeron cuando Mónica ya había fallecido.
Precisamente, el cadáver fue hallado con un cuchillo sin mango clavado en la zona del cuello, mientras que en el cráneo encontraron parte del filo de un segundo cuchillo que el sospechoso hubiera empleado para acabar con la vida de su pareja. «No es posible determinar la cronología de las heridas, pero sí se puede establecer que las últimas en realizarse son las de la cabeza y la herida cervical en la que se hallaba enclavada la hoja del cuchillo. Son lesiones de origen postmortal, producidas tras la muerte dada la total ausencia de infiltraciones hemorrágicas», reflejaba la autopsia.
Tras acabar supuestamente con la vida de la su mujer, Juan Carlos San José, en la madrugada del 12 de agosto del año pasado, originó tres incendios en diversas estancias del domicilio. Fue ese olor a humo lo que alertó a los vecinos, que fueron los que avisaron a los Bomberos de Valladolid. A su llegada se encontraron con el cuerpo semicalcinado de Mónica, lo que derivó en una amplia investigación por parte del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional.
Detenido en Vigo
Las pesquisas se centraron en las primeras horas en dar con el paradero de su pareja, después de que el coche no se hallara en el garaje. Se inició una amplia búsqueda que finalizó en la ciudad gallega de Vigo. Allí, la Policía Municipal se topó con un vehículo mal estacionado y al analizar la matrícula vieron la orden de búsqueda.
En un local cercano, Juan Carlos San José confesó el crimen ante los agentes. «He hecho algo muy malo. He matado a mi mujer con un cuchillo», manifestó.
«Muy nervioso y agitado» portaba la cartera con la documentación de su mujer y presentaba arañazos recientes en ambos brazos. Desde entonces, el investigado por asesinato, en prisión provisional, no ha declarado en ningún momento, ni ante la Policía Nacional, que se encargó del traslado desde Galicia hasta Valladolid, ni en sede judicial.
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