

El Clínico traslada las pruebas analíticas especiales para instalar un PET-TAC
Sacyl comienza las obras para implantar la nueva tecnología, el tercer aparato de la región, en la planta semisótano
El Hospital Clínico de Valladolid trasladará las extracciones de sangre más sensibles –pruebas especiales como las de las embarazadas, el control del sintrom de ... anticoagulados, pacientes oncológicos o de trasplantados, que requieren resultados en horas– a la planta baja del complejo asistencial de Ramón y Cajal , nada más entrar en el vestíbulo a mano izquieda por las obras para ubicar el nuevo PET-TAC que ocuparán el semisótano. Hace ya un año, Sanidad trasladó la Unidad de Rehabilitación para abrir espacio y ahora se amplía con nuevos cambios.
El cambio entrará en funcionamiento a partir de este lunes 10 de octubre. El pasado mes de julio ya se trasladaron al edificio Rondilla las extracciones rutinarias, las analíticas más corrientes, y ahora se libera más espacio en este proceso de transformación y ampliación del Hospital Clínico para acoger la compleja instalación del PET-TAC; aunque Sanidad ha preferido no dar fechas precisas de cuando podría entrar en funcionamiento. De hecho ya había sido anunciado hace un año y la pandemia, entre otras complicaciones, lo ha retrasado.
Cada paciente será informado en su cita del nuevo lugar a donde debe acudir para evitar confusiones. Fuentes de la Gerencia explican que «se ha decidido que se hagan dentro del hospital para causar el menor perjuicio posible a este tipo de pacientes». El Clínico registra una media de 250 extracciones diarias, y se calcula que con los cambios se realicen la mitad en cada uno de los dos puntos de extracción habilitados. El Hospital de Día Oncohematológico ya se trasladó a la segunda planta Oeste también por estas obras que afectan a todo el semisótano para instalar la nueva tecnología contemplada en el Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología INVEAT de financiación europea. Concretamente para el Clínico se establece también la implantación de gammacámara, una resonancia de tres teslas y un acelerador lineal.
En Valladolid se recibirán nueve equipos por lo tanto. Así junto a los citados, al hospital comarcal de Medina del Campo llegarán un TAC y al Río Hortega un angiógrafo para Neurorradiología, y una resonancia 3T.
La Junta destinará seis millones de euros destinados a la adquisición de equipos de alta tecnología hospitalaria para complejos hospitalarios en la provincia –2,1 millones para este nuevo equipo del Clínico–. Para toda la comunidad son 11,5 millones los destinados a equipamiento de altas prestaciones.
Actualmente ya son dos los equipos disponibles en Castilla y León (Burgos y Salamanca), el primero atiende a unos 3.000 pacientes al año procedentes de Palencia, Soria, Valladolid y Burgos.

¿Qué es y para qué sirve?
El nombre del nuevo aparato hace referencia a las siglas en inglés de tomografía por emisión de positrones (PET) y a las de tomografía axial computerizada (TAC). La primera es un tipo de estudio por imágenes en el que se utiliza una sustancia radiactiva en pequeñas cantidades llamada marcador (un radiofármaco administrado a través de una inyección intravenosa) que permite evaluar las funciones de órganos y tejidos y se encarga de 'iluminar' las partes del cuerpo que presentan ciertas patologías. El TAC consiste en una prueba radiológica que se suma a la anterior y se centra en la morfología anatómica, lo que permite valorar dónde se encuentra una lesión y conocer su tamaño.
Una tomografía por emisión de positrones es, por lo tanto, una manera efectiva de evaluar la actividad química de determinadas partes del cuerpo, y «resulta de altísima utilidad no solo para el diagnóstico precoz y el seguimiento de cánceres de distintas características, sino que tiene otros usos como la localización de infecciones y tumores de origen desconocido y la detección temprana de enfermedades muy prevalentes en la actualidad», explica Sacyl.
Así, «la combinación de PET y TAC se transforma en la mejor herramienta para el diagnóstico y seguimiento de tumores, por lo que el 90 % de su actividad es para Oncología, pero también tiene aplicaciones para otras áreas, sobre todo Cardiología, en patología isquémica cardiaca, área en la que se puede empezar a hablar de tejido 'viable', y en Neurología, en determinadas enfermedades como la de Alzheimer y el Parkinson. En el uso y aprovechamiento de estos dos sistemas están implicados básicamente los servicios de Radiofísica y de Medicina Nuclear del hospital burgalés, a los que se suman también otras especialidades como Radiodiagnóstico, Oncología Radioterápica y Oncología Médica.
Estos equipos son cada vez más sensibles y posibilitan la detección de lesiones más pequeñas, lo que faculta a los especialistas a anticiparse en la terapia y mejorar el pronóstico. Así, tradicionalmente se sabe que el paciente puede ser portador de un tumor por la expresión analítica de determinados marcadores, por la aparición sorpresiva de metástasis o por la presentación de síndromes paraneoplásicos. Sin embargo, en muchas ocasiones no se encuentra el tumor primario sólo con un TAC o una resonancia magnética, de manera que en el momento en que estos tumores manifiesten aumento del consumo de glucosa serán localizados por el PET/TAC (se iluminarán) y tratados convenientemente.
Los expertos consideran que el hecho contrario también es favorable, ya que el ahorro y las ventajas para el paciente que supone un PET negativo están ampliamente demostrados, reduciendo quimioterapias innecesarias o cirugías superfluas.
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