Cinco vallisoletanos desafían en los campos saharauis la alerta antiterrorista de Exteriores
La delegación regional habla de «total normalidad» en los campamentos de refugiados y no adelantará su regreso
«Si no fuera por las noticias inquietantes que se oyen, yo no podría intuir absolutamente nada, ningún tipo de peligro. Es la sexta vez ... que vengo y no veo ninguna diferencia con respecto a los viajes anteriores», dice por 'whatsapp', desde la 'wilaya' de Smara, Rufo Martín, presidente de la asociación Amigos del Pueblo Saharaui en Castilla y León.
Él es uno de los cinco vallisoletanos que desafían sobre el terreno, en pleno desierto, la alerta lanzada por el Ministerio de Exteriores, que ha recomendado no viajar a los campos de refugiados saharauis y salir cuanto antes de ellos si ya se está allí, después de que Naciones Unidas «confirmara» una alerta antiterrorista, ante «la posibilidad inminente de atentados y secuestros de españoles en los campamentos saharauis de Tinduf». «Por todo ello –aseguraba el Gobierno el pasado el lunes– se recomienda no viajar a esa zona y que todos los viajeros españoles cuya presencia no sea imprescindible la abandonen en cuanto sea posible».
–¿Os planteáis volver?
Y la respuesta es no.
Fulgencio Castellanos 'Chencho' es un cooperante vallisoletano, enfermero, convencido de que este tipo de mensajes «lo que buscan es meternos miedo. Desde aquí no se entiende qué es lo que puede haber detrás de todo esto». Este es su cuarto viaje a los campamentos de refugiados saharauis, ubicados en territorio argelino, cerca de la ciudad de Tinduf. «Aquí colaboro en la concesión de microcréditos para el desarrollo de diversas actividades que ayuden a mejorar la calidad de vida de los refugiados», asegura.Estos préstamos, de pequeñas cantidades (entre 300 y 400 euros) y a un bajo interés contribuyen a financiar proyectos para la captación y tratamiento de agua corriente, para la compra de camiones o la reparación de vehículos tipo 'land rover'.
«Además, desde el Colegio de Enfermería de Valladolid hemos traído dinero para la compra de cinco frigoríficos para el sistema de salud pública aquí en el Sáhara», asegura Chencho, quien este martes mantuvo una reunión con cuarenta cooperantes de diversos puntos de España para analizar la situación de amenaza en la que se encuentran. «Nos han recomendado que nos vayamos, pero la respuesta que dio la delegada de Navarra es clara y creo en ella:que nos dejen trabajar en paz; estamos tranquilos».
Chencho se hospeda durante su estancia en el Sahara en la vivienda de Toufa, en la localidad de Smara. La hija de la familia, Taufa Bida, dice no tener miedo. «Todo sigue bien». «Estamos muy agradecidas con todas las familias españolas que han venido al Sahara para mostrar su apoyo y solidaridad, a pesar de la nota de Exteriores que aconseja no viajar», asegura Toufa, por teléfono desde el salón de su vivienda.
«No entendemos que un gobierno de España rompa así los lazos, los vínculos y las relaciones históricas con el pueblo saharaui», añade. Porque desde el frente polisario, la rama política saharaui, entienden que detrás de esta alerta hay una «clara maniobra de propaganda marroquí, cuyo altavoz es el Ministerio de Exteriores español y francés». Mohamed Labat, delegado saharaui en Castilla y León, residente en Valladolid y también durante estos días en los campamentos, asegura que la seguridad allí es la misma hoy que la que se lleva a cabo desde 2013.
«Nada ha cambiado. La gente se puede mover entre las wilayas (núcleos de población) salvo por la noche, cuando no pueden desplazarse solos, salvo que tengan autorización, por medidas de seguridad», defiende. «No están solo los mensajes negativos de miedo que se manda a las familias españolas. Está también otro juego sucio para que la gente se amargue y se ponga nerviosa, para hacer presión y que se marchen de aquí», añade Labat.
Los registros oficiales saharauis dicen que hay 585 españoles ahora mismo en los campamentos de refugiados. De ellos, 60 son castellanos y leoneses. Cinco de Valladolid (dos de ellos, de Aldeamayor y Peñafiel). Su vuelo de vuelta es el lunes 8. No tienen previsto adelantarlo pese a las advertencias del Ministerio de Exteriores. Sí que hay familias que el pasado viernes, cuando salió el vuelo de Barajas, decidieron no embarcarse en el viaje. Es el caso de dos zamoranos. Y de casi un centenar de personas más. Tras el aviso estatal, también anularon su viaje cincuenta escolares de un colegio de Bilbao, una familia gallega (que iba a viajar con sus cuatro hijos, entre ellos un bebé de ocho meses), así como cuarenta personas de las delegaciones de Cataluña, Valencia y Alicante.
«Aquí no sentimos peligro de ningún tipo. Las actividades de todo el mundo siguen siendo las mismas. Los niños van con normalidad al colegio... Para salir del campamento tienes que tener el permiso del responsable de la 'wilaya', como de costumbre.Tienes que estar en casa a la puesta de sol. Eso se hace siempre», asegura Rufo Martín. El vallisoletano ha viajado a Auserd para visitar a la familia que acoge en verano con el programa Vacaciones en paz. «Pero también aprovecho para hacer labores de cooperación. El martes, por ejemplo, estuve en Rabuni, la capital administrativa, en una reunión con el ministro de Sanidad para hablar de proyectos como la casa de los enfermos, una acción para albergar en Valladolid a personas que necesitan atención médica y hospitalaria que no se puede ofrecer en los campamentos saharauis».
Entre ellas, una joven que sufrió un accidente de tráfico y que requiere «intervención quirúrgica urgente». Martín se ha desplazado a otros puntos, como El Aaiún, donde visitó una asociación de mujeres. O como Smara, donde ha comprobado cómo funciona un centro de formación profesional («elaboran todo tipo de material con productos reciclados, como alfombras»)y otro de personas con discapacidad. «Solo he visto normalidad. No puedo decir otra cosa».
Ante esto, Exteriores ha reiterado sus mensajes de aviso y alerta. «Somos muy respetuosos con la decisión que quiera tomar todo el mundo de ir o no ir, pero no hay razones políticas de ningún tipo, nada más que constatar que hay una alerta terrorista», afirmó la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ahora también encargada temporalmente de la cartera de Exteriores. El Gobierno insiste en «la creciente inestabilidad en el norte de Malí y el consiguiente incremento de actividad de los grupos terroristas en la región, que puede afectar a la situación de seguridad en la zona».
La misión de Naciones Unidas en el lugar (MINURSO) «ha alertado de la posibilidad inminente de secuestros y atentados contra españoles en los campamentos», informa Efe. Un portavoz del Ministerio de Exteriores argelino, Abdelaziz Benali-Chérif, ha declarado que su país vela por «la seguridad y la integridad» de todo el territorio, también Tinduf.
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