Consulta la portada de El Norte de Castilla
Entrada principal del antiguo edificio de Lex Nova, en el polígono de Argales, situado frente a la vieja nave de Manrique que también está en rehabilitación. J. Sanz

Valladolid

Un centro de formación profesional recuperará la antigua sede de Lex Nova en Argales ocho años después de su cierre

Los operarios trabajan ya para acondicionar el edificio de cuatro plantas y 3.487 metros cuadrados, situado frente a Manrique, con vistas a su apertura en 2026

J. Sanz

Valladolid

Sábado, 11 de octubre 2025, 19:26

Su cierre se gestó a finales del fatídico, en lo que a la destrucción de empleo se refiere, 2016 y se certificó el 31 de ... enero del año siguiente, cuando los 77 trabajadores de la histórica editorial jurídica Lex Nova rubricaron su finiquito para poner fin a 64 años de historia de la inicialmente empresa familiar de Valladolid. Su sede en el polígono de Argales, a la que se mudaron en 1997, permanecía desde entonces abandonada y luciendo un cartel de 'edificio en venta' que acaba de ser retirado.

Publicidad

¿El motivo? Un grupo empresarial acaba de adquirir el inmueble y ha iniciado ya las labores de acondicionamiento de su interior con vistas a su apertura como centro de formación profesional, en principio, al inicio del próximo curso en septiembre de 2026.

El anuncio de la clausura de la editorial cerró el 'annus horribilis' en el que se despidieron Bricorama, Lauki, Dulciora o Sada

Los operarios, de hecho, trabajan desde el pasado verano en el edificio, situado en la esquina de la avenida de El Norte de Castilla (con entrada por el número 3) con la calle Daniel del Olmo, en el corazón del área industrial, en las labores iniciales de limpieza, impermeabilización y aislamiento de un inmueble de cuatro plantas, construido entre los años 1994 y 1997 (cuando abrió su puertas la editorial), cuyo interior ofrece 3.487 metros cuadrados distribuidos entre un aparcamiento y un amplio almacén en el sótano, que ocupaba la antigua imprenta (1.060 metros cuadrados); una planta de calle que acogía oficinas y un almacén y muelle de carga (1.260); y dos plantas gemelas, destinadas en su momento también a oficinas (de 582 metros cuadrados cada una).

El inmueble fue clausurado definitivamente en aquel 31 de julio de 2017, cuando sus 77 trabajadores firmaron el finiquito (18 de ellos optaron por mudarse a otras plantas de producción de la firma en Navarra), se vació entonces y su propiedad volvió a manos de la familia del fundador de la editorial, Daniel Benavides (fallecido el 17 de enero de 2019), que la había vendido en 2012, aunque mantuvo la propiedad del edificio, a la multinacional Aranzadi Thomson Reuters, cuyos directivos fueron los que cerraron la veterana editorial alegando «causas organizativas» después de comunicárselo a la plantilla por sorpresa el 2 de diciembre de 2016 (dos meses duró la negociación para acordar las condiciones). Su plantilla, para entonces, se había reducido a casi la mitad desde que alcanzara los 140 empleados a comienzos del siglo XXI.

Publicidad

Arriba, la fachada principal del antiguo edificio de Lex Nova. Debajo, a la izquierda, la entrada lateral al muelle, de la que sale un trabajador y en la que se ha borrado el nombre de la editorial. A la derecha, las placas que marcan su dirección. J. S.

Así que en el mes de febrero de 2017 se colgó en la puerta el cartel de 'se vende edificio' -en 2018 se llegó a barajar la mudanza así de la sede RTVE-, que en los últimos años se cambió por el de 'se vende o alquila'. Su interior, eso sí, se despejó por completo de mobiliario y maquinaria y así, completamente vacío y cerrado, y sin que haya sufrido robos o vandalismo, se mantuvo hasta que a mediados del mes de julio de 2025 encontró por fin nuevos inquilinos, de la mano de un grupo empresarial de ámbito nacional, aunque con implatación en la ciudad, que prevé reconvertirlo en una academia de formación profesional. Sus responsables confirman la operación, si bien prefieren guardar por ahora el anonimato en cuanto a su nombre, y el horizonte de septiembre del año que viene para que el centro abra sus puertas ocho años después de que la editorial diera la espantada. «Estamos ultimando los permisos y en breve podremos ofrecer más información», afirman los impulsores del proyecto.

El caso el que el trajín, aún un tanto tímido, de obreros en la antigua sede de Lex Nova se sucede a diario. En su exterior, de momento, se ha eliminado el óxido y pintado sus verjas y, en el interior, trabajan los operarios en las citadas labores de impermeabilización y aislamiento. El edificio como tal se encuentra en «buen estado», aunque será necesario renovar sus sistemas de ventilación, iluminación...; y acondicionar posteriormente sus amplios espacios para su futuro uso educativo.

Publicidad

Pancartas contra el cierre de Lex Nova colocadas por los trabajadores en diciembre de 2016. El Norte

La entrada principal del edificio luce aún el logotipo de Lex Nova, la firma familiar fundada en 1953 y que prolongó su existencia durante 64 años; mientras que en la entrada lateral, por la calle Daniel del Olmo, al almacén de la planta de calle se ha borrado el nombre de la puerta. La presencia de operarios en el inmueble coincide con el inicio de los trabajos de recuperación de otra veterana, y no menos histórica, nave abandonada situada justo enfrente, al otro lado de la arteria principal del polígono de Argales, como era la planta de la panificadora Manrique (1960-2020). En esta última han comenzado hace un par de semanas los trabajos de rehabilitación y acondicionamiento de las instalaciones, de 2.422 metros cuadrados, para abrir un parque de ocio infantil, a cargo de la sociedad Jump Park Argales, con la previsión de abrirlo también el año que viene.

De manera que el área industrial podría recuperar dos edificios históricos, o dos muertos urbanísticos, si se prefiere, a lo largo de 2026. Lejos, muy lejos, quedan las protestas de sus trabajadores cuando se anunciaron los cierres de Lex Nova (2016) y Manrique (2020). La primera, la editorial especializada en legislación jurídica, fue la última en sumarse a la larga lista de sonados cierres empresariales que sumó la capital en aquel terrible 2016, cuando se clausuraron, en este orden, Lauki (85 trabajadores), Dulciora (185), Bricorama (35), Sada (159) y Lex Nova (77). Para que se apagaran los hornos de Manrique (13 empleados) hubo que esperar a después del confinamiento. La popular panificadora, que también, al igual que la editorial situada enfrente, había pasado a manos de una multinacional unos años antes, apagó sus hornos definitivamente después del verano del confinamiento.

Publicidad

140 empleados y 65.000 suscriptores

De vuelta a Lex Nova, en cuanto a su historia, la editorial fundada por Daniel Benavides en 1953, tuvo distintas sedes, primero en el Paseo de Zorrilla y luego en la Acera de Recoletos, hasta su mudanza al polígono de Argales en el verano de 1997. Su propietario llegó a recibir en el año 2000 la distinción de empresario del año, otorgada por la Escuela de Empresariales, y en 2008 fue una de las cinco empresas pioneras en Castilla y León en aplicar medidas de flexibilidad en el horario laboral. Llegó a facturar once millones de euros en 2002, cuando su plantilla alcanzaba los 140 empleados y contaba con 65.000 suscriptores de sus publicaciones jurídicas. En 2012 fue vendida a la multinacional Aranzadi Thomson Reuters. Duró cuatro años en sus manos. A finales de 2016 comunicó su cierre a sus 77 trabajadores y en enero de 2017 lo llevó a efecto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad