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De izquierda a derecha, Ignacio Ruiz, secretario de Cáritas Autonómica de CyL, Luis J. Argüello, arzobispo de Valladolid y Guenther E. Boelhoff, presidente de la entidad autonómica, en la presentación de la memoria 2024 de Cáritas. Carlos Espeso

Cáritas alerta de una mayor exclusión social cuando es una mujer quien sustenta el hogar

La entidad de la Iglesia Católica atendió a más de 62.000 personas en la comunidad autónoma el año pasado y destinó a ayudas más de 47 millones de euros

Lorena Arias Duque

Sábado, 12 de julio 2025, 09:22

Dentro de un colectivo formado por 574.00 personas en riesgo de exclusión social en Castilla y León, la organización sin ánimo de lucro Cáritas ... atendió a 62.832, según muestra la memoria de 2024 que ha presentado la entidad este viernes en el Arzobispado de Valladolid. La labor desarrollada por las once delegaciones diocesanas de Cáritas de la región no pretende ser «un sumatorio de cifras, sino el trabajo colaborativo» de muchas partes, como señaló el presidente autonómico de la asociación, Guenther Boelhoff, junto al secretario, Ignacio Ruiz y al arzobispo de Valladolid, Luis Argüello.

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Los representantes de la organización destacan el rol esencial de las personas voluntarias en todos sus proyectos, las cuales llegaron a superar las 3.600 el año pasado, a las que hay que sumar los trabajadores profesionales que prestan servicios específicos. Otro pilar en el que se sostiene la organización son las donaciones, subvenciones e ingresos por parte de particulares e instituciones, que en la memoria se reflejan con ocho dígitos: 47.290.000 euros de ingresos.

Cáritas reparte esta financiación en diferentes iniciativas que atienden a diversos sectores de la sociedad, todos ellos en situación de vulnerabilidad, desde niños, adolescentes, adultos, personas mayores y grupos específicos, como migrantes o presos. La organización redujo el número de personas atendidas en 2024 respecto a temporadas previas, lo que se explica, según Boelhoff porque «hay muchas que ya están cobrando determinadas ayudas» y también porque la entidad apuesta por trabajar «en procesos más largos», si bien se encuentran muchas veces «en la emergencia». Con todo, subraya, «no tenemos que ser nosotros, las entidades sociales, las que respondan a las carencias de nuestro sistema económico».

Infancia y «feminización de la pobreza»

Los datos del año pasado muestran que unos 3.891 jóvenes participaron en sus programas de Infancia y Adolescencia, donde se promueve el refuerzo educativo, la inteligencia emocional y la participación en el ocio saludable e integrador. Boelhoff asegura que «mantener a los chavales en el sistema educativo es clave, con centros seguros» y, también, a través del apoyo extraescolar.

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La realidad de la infancia vulnerable suele ir estrechamente ligada a la de las mujeres vulnerables, cuya situación puede ser de pobreza, de machismo, de inestabilidad emocional o en muchos casos, una mezcla de todas. 937 de estas mujeres fueron acompañadas por Cáritas en 2024, a través de programas que ofrecen apoyo residencial, seguridad, apoyo económico y emocional, además de formación específica para ampliar sus opciones de empleo, de modo que puedan «recuperar el protagonismo de sus vidas», afirma Ignacio Sanz. Por su parte, el presidente de Cáritas Autonómica ha destacado el papel de las mujeres en situación de pobreza. Boelhoff asegura que «a veces nos preguntan cuál es la fotografía de la pobreza y es difícil hacer un perfil porque entendemos que a veces la pobreza son muchas fotos. Quizá hay fotos en las que deberíamos fijarnos más, como es la feminización de la pobreza». Dicho esto, ha adelantado que Cáritas Española trabaja en la confección de un informe que saldrá a finales de año para mostrar que «el nivel de exclusión social aumenta mucho más cuando la principal sustentadora de la casa es una mujer».

Inserción laboral y vivienda

Los programas de inserción laboral de las mujeres son solo algunos de los muchos que ofrece la organización, entre los que se incluyen la orientación, la formación reglada y la no reglada, los itinerarios prelaborales y la integración en el mundo del trabajo. En una apuesta «por una forma diferente de hacer y de crear economía», en palabras del presidente. Uno de estos proyectos es el de Moda Re, enfocado a la gestión textil, la entrega y reutilización de ropa, lo que corresponde a una «economía social» y, también, «circular». Las últimas cifras incluyen hasta 11.317 personas participantes en estos programas e inversiones por encima de 8 millones de euros.

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Esta faceta de la implicación social de Cáritas es vital para las personas sin hogar, otro de los sectores vulnerables con los que trabaja la entidad, en una cantidad de 5.107 hombres y mujeres, entre los que se encuentran muchos jóvenes. Es un proceso que supone, dice Boelhoff, «un trabajo de vinculación con las personas hasta que se animan a coger su vida en las manos y a activarse en el empleo». En este camino, Cáritas despliega otras de sus iniciativas a favor de estos sectores tan desprovistos, como es el reparto de alimentos, aunque cada vez se va desplazando más esta práctica por las ayudas económicas a través de tarjetas bancarias recargables. El presidente de la institución considera que ello tiene una característica «pedagógica» para las familias, en el sentido de que les permite elegir sus propios gastos y los productos que desean comprar, en lugar de consumir «lo que toca» y, además, de este modo pueden gestionar su propio presupuesto.

Esto enlaza directamente con el problema de la vivienda al que, asegura Boelhoff, «no somos ajenos». En España, para 18 de cada 100 personas la vivienda es «un gran problema», según reflejan los informes de Cáritas Española. También, desde la organización, se destinan otros tipos de ayudas para paliar esta cuestión y se colabora con las instituciones públicas para obtener financiación.

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Otras áreas de acción

Son otros muchos los ámbitos de acción de Cáritas, como las personas mayores, atendidas bajo el «principio básico», como lo califica Ignacio Ruiz, de que «la dignidad de una persona no caduca» y de las cuales 2.072 recibieron atención de la entidad el año pasado, a través del programa autonómico 'Envejecemos en Común'. Otros sectores, como las personas privadas de libertad, toman un proceso más largo, desde su ingreso en prisión hasta su reinserción en la sociedad. Periodo en el que, en 2024, se ofreció «acompañamiento espiritual, orientación jurídica» y «espacios de escucha y encuentro» a unos 1.400 individuos. Todo ello aplicando «una mirada sanadora», también, sobre las personas con problemas de salud mental, de las cuales 2.746 fueron atendidas en los centros de Cáritas.

Uno de los datos más llamativos es el de que el 60% de las personas tratadas por la organización son migrantes. Esta realidad se explica, según Boelhoff, «precisamente, por la falta de una red social que tienen quienes llegan de fuera hasta que consiguen arraigarse en el territorio». En esta línea, destacó el notorio papel de los migrantes en los programas de voluntariado. «Hay una realidad de gente que viene a Cáritas no para ser ayudada, sino para ayudar», aseveró.

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Las Cáritas diocesanas trabajan en cooperación con otras Cáritas internacionales y con instituciones públicas con las que, como ha expresado el arzobispo Argüello, se pretende «cuidar la relación» para proseguir esas iniciativas que se construyen a raíz de la «esperanza», según Boelhoff, que aporta «cada historia de cada persona».

El 28% de los ingresos de la ONG, 13,3 millones, proceden de entidades públicas, destacando los más de 9 millones de la Junta, mientras que el 72% restante (33,9 millones) corresponde a donantes, aportaciones de la Iglesia, herencias y donaciones de empresas.

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