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Valladolid
La calle López Gómez pierde dos comercios veteranos y suma 14 de sus 54 locales vacíosEl inminente cierre por jubilación de Darío Mehrgut sucede al de la perfumería Odoris en una vía en la que ganan terreno los negocios de estética y salud
La recuperación del último ala que permanecía vacío de las antiguas galerías de alimentación de la calle López Gómez, reconvertida en un aparcamiento público de ... bicicletas, no puede ocultar los problemas que atraviesa esta arteria histórica en lo que al comercio se refiere y que este mismo mes perderá a otro de sus negocios históricos, como es la tienda de moda Darío Mehrgut, que bajará la persiana el 30 de septiembre por la jubilación de su propietario.
La clausura del negocio, que ronda el medio siglo de vida, y que es heredero del decano de la calle, como es El Triunfo (fundado en 1914), al que perteneció inicialmente, se suma al reciente cierre de otro veterano de está céntrica vía comercial, como eran las perfumerías Odoris, con más de treinta años de historia, pero que en los últimos años lucía el letrero de Passion Beauté (al igual que en su otro local del Paseo de Zorrilla) y cuyo local, situado en la esquina con Fray Luis de León, permanece ahora vacío a la espera de un nuevo inquilino.
Y no es el único que se mantiene en barbecho en una calle de paso que suma en la actualidad 13 de sus 54 locales sin uso, en su mayoría con el cartel de 'se alquila', a los que se sumará cuando concluya septiembre uno más, el 14, por el anunciado, y así lo indican sus carteles cierre y 'liquidación total por jubilación'.
El negocio de ropa que bajará sus persianas el 30 de septiembre formó parte del amplio y más que centenario local de El Triunfo
De manera que la calle López Gómez, vía principal de unión entre las plazas de España y de la Universidad, cuenta a día de hoy con uno de cada cuatro negocios (el 25%) cerrados y repartidos de manera desigual al borde de sus estrechas aceras, que apenas superan los dos metros de ancho, frente a los más de cinco reservados para los dos carriles de vehículos, a lo largo de sus cerca de cuatrocientos metros lineales.
Así, del lado de los números pares, que arranca con El Triunfo (número 2), en la esquina con José María Lacort, y que discurre hacia la plaza de la Universidad, están cerrados 4 de sus 23 locales, incluidos algunos de las entreplantas, más utilizadas como oficinas y despachos profesionales fuera de la vía pública en sí. Algunos, como la tienda de telas My lovely pulpo o Chocolate Amarillo (números 8 y 10), se han mudado tiempo atrás (los negocios se mantienen en la calle Santuario y en la avenida de Salamanca) y aún lucen los carteles en sus cristales de sus traslado. Otros, como la clínica de fisioterapia López Gómez (número 10), no muestra cartel alguno de cerrado, pero su número de teléfono ya no existe. El cuarto local sin uso, situado en el número 22, albergaba la tienda de moda juvenil The Black Monkey y se encuentra en alquiler.
A estos espacios sin uso se sumará a finales de mes el local de Darío Mehrgut (número 2), cuyo titular, del mismo nombre, era heredero del comerciante que fundó El Triunfo en 1914. «Es mi primo y cierra por jubilación», recuerda Sofía Múñoz, la última heredera de esta saga de comerciantes iniciada por Cándido Casares (fallecido en 1973), que se mantiene al frente de la tienda de ropa laboral, quien explica que su primo Darío abrió hace unos cincuenta años «la primera ropa de tienda de ropa de caballero especializada en tallas grandes de la ciudad».
El local de Darío Mehrgut lo ocupaba inicialmente el propio negocio de El Triunfo, que contaba en el mismo edificio con un taller de costura, que perdió con el paso de los años. El próximo 30 de septiembre, cuando baje la persiana para siempre, sumará otra muesca más a la larga lista de locales vacíos de la calle. Serán cinco en la cara de los pares.
Al otro lado de López Gómez, el de los números impares, que arranca desde la plaza de España con la biblioteca municipal, en el lateral del colegio García Quintana, son muchos más los negocios sin uso, nada menos que 9 de sus 31 locales. Los últimos en bajar la reja fueron, por jubilación, los propietarios de la perfumería Passion Beaté (Odoris de toda la vida), situada en la esquina con Fray Luis de León (número 13) y con más de treinta años de historia. Antes, hace más de dos años, cerró otra perfumería veterana, como era Orquídea, en el cruce con Núñez de Arce (número 15).
«Hay negocios que han cambiado de manos hasta tres o cuatro veces en pocos años»
Unos metros más adelante, entre los números 15 y 19, se agolpan otros cuatro locales vacíos, que ocupaban Panorhelps (un negocio de asistencia doméstica), un centro de estética, una inmobiliaria (Living) y una tienda de viajes (Namasté). Dichos locales, al contrario que las citadas perfumerías, han albergado numerosos negocios a lo largo de los últimos años. La lista de espacios vacíos la completan el que ocupaba Magnolia, una tienda de cosmética natural (número 3), Hogar y decoración Galán (número 13) y la panadería La Otana (número 13 bis).
Algunos de estos negocios suman lustros cerrados. Y en una de las principales arterias comerciales de la ciudad, que «siempre lo ha sido y que continúa siéndolo, aunque lamentablemente las jubilaciones e Internet nos está haciendo mucho daño», reconoce una de las veteranas de López Gómez, como es María Dolores Tejero, al frente de Videosón, la tienda de música del número 15, con más de 45 años a sus espaldas en este comercio tradicional dedicado a la música.
María Dolores recuerda cómo antes «era casi imposible encontrar aquí un local disponible». Ahora hay 13 y, a partir del 30 de septiembre, 14. Pero es que además, añade, «en los últimos tiempos ha habido locales que han cambiado de negocio hasta en tres o cuatro ocasiones en cuestión de pocos años». Es el caso, entre otro, de un pequeño local del número 30, cerca ya del final de la calle, antes de la plaza de la Universidad. Allí hay ahora un negocio de tatuajes (Tatoo). Pero en los últimos diez años, el mismo espacio albergó una ferretería, una tienda de skate (Slappy skate shop) y una tienda de chuches (Tus momentos dulces).
Nueve años sin galerías de alimentación
Y todo ello en una calle en la que durante decenios albergó no solo negocios tradicionales sino las populares galerías de alimentación, con accesos por los números 28 y 17, que cerraron en su uso original el, 30 de noviembre de 2016. Cinco años después, en 2021, se recuperó el ala de los pares para un espacio creativo bautizado como Galerías Valladolid. Y el pasado jueves (18 de septiembre) se abrió, del lado de los impares, un pequeño local (ahora dividido para dar otro uso, como centro de alquiler de bicicletas para repartidores, a la salida hacia la calle Arribas) destinado a aparcamiento de bicicletas del servicio municipal Parkibici.
La calle López Gómez, pese a todo, y a pesar de mantener ese 25% de sus 54 locales vacíos, mantiene su tirón comercial. En ella, por mirar su situación por la otra cara de la moneda, se mantienen 41 negocios abiertos (40 a partir del 1 de octubre). Pero con un carácter cada vez menos tradicional. Ya no hay, por ejemplos, tiendas de alimentación. Ni una sola. Y ganan por goleada los espacios dedicados a la estética, que ocupan nueve de sus establecimientos, encabezados por cuatro clínicas (dentales y estéticas) y cuatro peluquerías, además de un comercio de uñas.
En la vía, eso sí, continúan abiertas hoy seis tiendas de moda, que pasarán a ser cinco cuando cierre Darío Mehrgut. Y dos bares, la veterana cafetería Mozart (número 28), en la esquina con Doncellas, y la sala de bailes latinos Bogaloo (número 17).
Ópticas, farmacias, joyerías, tiendas de viajes, floristerías o negocios de cocinas y decoración completan la lista de negocios de una calle López Gómez en la que algunos de sus comerciantes, no todos, deslizan la posibilidad de peatonalizarla para convertirle en un pujante eje comercial similar al de la cercana, y recién remozada, calle Mantería. «No estaría mal que fuera peatonal, ¿verdad?», apunta Marina Pérez, de la peluquería Donde Álex (número 13), un negocio que abrió sus puertas en 2021 y que vino a ocupar, en un caso similar al de otros muchos, el hueco dejado poco antes por una efímera tienda de cápsulas de café y, antes aún, por un más que veterano comercio de ropa (MH), que cerró en 2010 después de lucir durante semanas un enorme cartel que anunciaba a sus clientes que cerraban, y es literal, porque «no aguantamos más».
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