Caja Negra convierte Valladolid en capital de la criminología
El evento, que reunió a especialistas internacionales de criminología, acogió la ponencia del neuropsiquiatra José Miguel Gaona, que analizó el cerebro del asesino de Pioz
En la Sala de Teatro Experimental Álvaro Valentín del Centro Cultural Miguel Delibes este sábado se proyectó la imagen de un cerebro humano. «Es como ... un queso gruyère», dijo el neuropsiquiatra forense José Miguel Gaona y la sala entera contuvo el aliento ya que no se trataba de una metáfora dramática del doctor, sino el punto de punto de partida de uno de los crímenes más atroces de los últimos años, cometido por Patrick Nogueira, el asesino de Pioz.
Así comenzó una de las conferencias más esperadas de Caja Negra: Crimen y Ficción, el evento que este fin de semana ha convertido Valladolid en un punto de encuentro internacional para amantes, profesionales y estudiosos del true crime. Una cita que tiene como objetivo poner en valor el papel de la criminología al servicio del bien común y que, según uno de sus organizadores, Aitor Curiel, presidente de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses, es «un ámbito de colaboración entre ciencia, divulgación y arte», un espacio donde «la criminología conversa con la literatura, la música y el periodismo porque, al final, todos miran al mismo sitio, la condición humana».
Gaona explicó qué ocurre dentro de la mente de un psicópata y por qué comprender ese proceso es esencial. Repasó el asesinato de 2016 en el que Nogueira mató y descuartizó a sus tíos y primos pequeños. «La labor de un psiquiatra forense consiste en entender cómo suceden las cosas dentro del cerebro de otra persona, no en realizar un juicio moral», recordó. Tras relatar el crimen, señaló un detalle que cambió su investigación: Nogueira había sufrido a los 12 años un traumatismo craneal severo. Tras realizar una prueba PET obtuvo un resultado «impresionante»: un cerebro lleno de huecos inactivos en los lóbulos frontales, parietales y parte del cerebelo. Un hallazgo que abrió la puerta en España al uso de estas pruebas en casos criminales, avalado incluso por el Tribunal Supremo.
Gaona confesó que, para él, lo más difícil de tener que entrevistar durante horas a personas que han cometido crímenes atroces, es el contacto físico. «Evito darles la mano; pienso que es la misma mano que ha matado o descuartizado a alguien», señaló. «Todos tenemos impulsos. La diferencia está en el freno que cada uno tenemos en el interior. Cuando el freno falla, cualquier cosa puede suceder», añadió.
Su intervención fue una de las muchas del programa de esta cuarta edición cuyas entradas se agotaron hace un mes. «No es un congreso académico al uso. Es ciencia, ficción, arte, música y literatura. Un espacio donde lo real y lo imaginado se cruzan. Valladolid es la sede natural del encuentro; ya es un referente», añadía Curiel.
Otra ponencia fue la del investigador privado Mike LaCorte, presidente de la Asociación de Investigadores Británicos, quien detalló cómo funciona la investigación privada en distintos países. «Las reglas cambian en cada lugar. Por eso trabajamos con socios locales y siempre investigamos antes al cliente para conocer sus motivaciones», apuntó. A continuación, el catedrático José Antonio Lorente, experto en genética forense, presentó los avances sobre los restos de Cristóbal Colón, una investigación que dura ya más de dos décadas. «Los análisis confirman que los huesos de Sevilla son suyos», afirmó, aunque «eso no excluye que haya restos en otros lugares». Después intervino la abogada Shabel Castro, representante de Innocence Project (EE.UU.), organización que ha logrado revertir más de 250 condenas erróneas. «Justicia que es injusta no es justicia», dijo tras explicar el caso de Huwe Burton, condenado con solo 16 años tras un interrogatorio coercitivo.
La periodista mexicana Lydia Cacho y el experto en seguridad Alberto Islas dibujaron un mapa del crimen organizado en Centroamérica, donde el narcotráfico «sobresale porque los estados están desorganizados». Explicaron cómo el valor de un kilo de cocaína pasa de 1.500 a 90.000 dólares en la cadena criminal. La jornada matutina culminó con la psicóloga rumana Melinda Endrefy, recién llegada del frente ucraniano, que habló de psicología de emergencias. «En un búnker, un simple dibujo puede devolver humanidad. La gente no solo tiene hambre de alimento; tiene hambre de escucha», señaló.
Caja Negra arrancó el viernes con un seminario con distintas ponencias sobre investigación criminal y la presentación del libro 'El psicópata integrado' de Vicente Garrido, además de la entrega de varias distinciones como la medalla de la SEISG al coronel Pedro Baños y la de oro de SECCIF a Innocence Project. El sábado concluyó con la gala de los III Premios Caja Negra: Crimen y Ficción, que reconocieron a María Luisa Gutiérrez, Vicente Garrido Genovés, Elena Merino, Óscar Mijallo, Fernando Lázaro, Rosa Ribas y la Semana Negra de Gijón.
La edición se cierra hoy domingo con dos propuestas escénicas, el espectáculo de danza Ana Frank y el homenaje al cine negro 'Memorias de un sabueso', con la voz de Camilo García y el jazz de Cream Quartet. «CSI abrió una puerta, pero la criminología real es mucho más compleja y más humana», recordó Curiel. Y quizá ahí radica el éxito del true crime, que «lleva dos décadas en auge y sigue sumando seguidores».
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