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Pilar del Olmo junto a José Antonio de Santiago-Juárez. Henar Sastre

Valladolid reconoce su capitalidad pero evita solicitar que se incluya en el Estatuto

PP y PSOE aprobaron la modificación del texto, que insta a la Junta a atender las demandas de la ciudad

Lorena Sancho

Valladolid

Martes, 1 de octubre 2019, 12:58

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Intuía José Antonio De Santiago-Juárez que la moción por la que quería poner en jaque a las Cortes de Castilla y León para que reconocieran a Valladolid como capital de la Comunidad no iba a tener mucho recorrido en el pleno. Quizás por eso se ofreció desde el inicio a retirar el texto o a negociar su contenido si alguno de los grupos políticos en el Ayuntamiento reconocía allí, in situ, que Valladolid es la capital. «Díganlo sin miedo, que no nos van a aplicar el 155», desafió.

Pedro Herrero, del PSOE, lo hizo. Reconoció que era la capital como sede de las instituciones, pero de ahí a embarcarse en la pelea de incorporarlo de forma oficial en el Estatuto, tal y como pretendía el PP, iba un trecho. «Porque si una moción que requiere el máximo consenso no cuenta con el apoyo político de su formación... pues nos hace pensar si merece la pena llevar el caballo al río», esgrimió el socialista. Llamó la atención la postura, especialmente a un PP que confiaba en su estrategia política para que Puente se pronunciara al respecto, pero el PSOE, que en ocasiones anteriores había llevado este debate al pleno, se agarró a la necesidad de cambiar las políticas «y no solo el perro» para dotar a la ciudad de más medios por parte de la Junta como asunto que «verdaderamente beneficia a la Comunidad». «Valladolid no necesita el reconocimiento especial. Valladolid lo que necesita es que se reconozca que es una pieza clave de la Comunidad, necesita el parque agroalimentario, la Seminci, los servicios sociales, las escuelas infantiles, la mancomunidad urbana», demandó Herrero.

Se antojaba así difícil el apoyo de un PSOE cuyo líder autonómico, Luis Tudanca, acotó mismo que no iba a moverse «un milímetro de lo importante». «Y esto no lo es», zanjó. Pero la formación municipal de Óscar Puente estaba dispuesta a continuar el camino del consenso que este mandato ha emprendido de la mano del PP. La solución era enmendar el texto de De Santiago-Juárez por otro que instaba a la Junta a cambiar la política territorial para «atender las necesidades y demandas de Valladolid» con el objetivo de desarrollar proyectos de Comunidad para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos. Ahí, De Santiago-Juárez aprovechó para aclarar que todo ello se proponía para Valladolid «como capital de Castilla y León». Y quedó admitido por el PSOE.

León se une para exigir respeto a la Junta y que le reconozca como capital

León reivindica su pasado para luchar contra la deseada capitalidad de Valladolid. Apenas horas después de que en el Ayuntamiento de Valladolid se respaldara instar a la Junta de Castilla y León a un trato de esta ciudad como capital de Castilla y León «sin modificar el Estatuto de Autonomía» el consistorio leonés agilizaba el debate sobre esta misma cuestión.

Sobre la mesa, una propuesta de la UPL en sentido contrario: no reconocer a Valladolid y sí instar a que sea León quien ejerza la capitalidad de Castilla y León si la misma fuera precisa.

Eduardo López Sendido, tras defender la urgencia de la cuestión, recordó en la sesión plenaria que la comunidad de Castilla y León es fruto «de un dictador», citando de ese modo a Martín Villa, y recordando que nunca han existido razones reales que justificaran el 'dibujo' de la comunidad.

Es más, aseguró que algunas comunidades se constituyeron a golpe de «capricho y cartabón«, sin tradición históricia y sin razones reales. «En la conformación de la comunidad se ha reconocido que es fruto de dos regiones separadas por una 'y' copulativa», ha recordado Sendino, quien además ha instado a reconocer al Reino de León como comunidad única.

Tras criticar la propuesta realizada desde Valladolid, la entidad personal de quien la ha propuesto (el exconsejero de Presidencia, De Santiago-Juárez) y la discriminación hacia la provincia leonesa («Ahí están los datos económicos», recordó) se ha planteado instar a la Junta a no aceptar capitalidad alguna y, de aceptarse, que sea León quien ostentara tal distintivo.

No había más recorrido para uno de los asuntos que más polémica ha suscitado en la Comunidad durante el último mes. Una moción que fue duramente criticada tanto por Toma la Palabra, Vox y Ciudadanos, cuyos concejales se abstuvieron en la votación tras un debate intenso en el que hubo duros reproches entre portavoces de los diferentes grupos y el concejal 'popular'. Especialmente tenso fue el momento en que De Santiago-Juárez excluyó a Vox de los partidos constitucionalistas por su desacuerdo con el título VIII de la CartaMagna, a lo que Javier García-Bartolomé, su portavoz, precisó que se trataba de una reforma «constitucional». «Solo faltaba que no lo hagan así, porque si no sería un golpe de estado», ironizó con una sentencia que no gustó al representante de la formación de Santiago Abascal. Previamente, el edil había apreciado que De Santiago-Juárez «como animador sociocultural no tiene precio, porque sin sus ocurrencias los plenos no serían lo mismo».

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La enciclopedia Álvarez

En el protagonismo que la moción sobre la capitalidad ha adquirido en las últimas semanas incidió María Sánchez, de Toma la Palabra, quien se preguntó que «si parece pato, nada como un pato y grazna como un pato, ¿Tan necesario es promulgar que es un pato?». Criticó así que saliera ahora este asunto cuando en las cuatro reformas anteriores no se hubiera incluido en el Estatuto, a lo que el exvicepresidente de la Junta le puntualizó que habían sido tres reformas. «No da una, a ver si dejamos de tirar de wikipedia», le dijo. «¿Qué tiene usted contra wikipedia?», replicó Sánchez. «Igual es que usted aún consulta la enciclopedia Álvarez», añadió la concejala ante la risa de los asistentes en la bancada de público.

Cs usará solo una dedicación parcial y Vox renunciará a 8.000 euros de sueldo

No se tocaban los sueldos, porque el pasado mes de julio dejó de aplicarse la suspensión del artículo que los regula y ya se equipararon -sin necesidad de votar- a las tablas salariales de los funcionarios. Pero las retribuciones que los políticos de la Corporación perciben por el ejercicio de sus cargos protagonizó el debate sobre la modificación del Reglamento Orgánico, que después de tres meses de trabajo quedó aprobada con los apoyos del PP, PSOE y Ciudadanos, la abstención de Toma la Palabra y el voto en contra de Vox.

Fue el concejal de la formación de Santiago Abascal, Javier García-Bartolomé, quien avanzó en el Pleno que renunciará a los algo más de 8.000 euros que cobra de más en condición de portavoz con respecto a lo que el Reglamento contemplaba para el mandato anterior. De tal forma que su sueldo, de 65.619 euros, se verá reducido 57.746 euros. «Tenemos que ver la fórmula para hacerlo con la Secretaría, porque la renuncia a parte del salario se ha introducido en la modificación del reglamento y es algo incipiente. Pero quiero renunciar a esa cantidad. No quiero que nadie piense que he venido a subirme el sueldo porque no es así», atajó.

También renunciará a parte de su dedicación Pablo Vicente, edil de Ciudadanos, que usará entre un 60 y un 70% de la nueva asignación de 58.761 euros que el reglamento le asigna a su grupo político por número de concejales. «Aún no está cerrado el porcentaje, pero no utilizaré la dedicación al completo», matizó.

Toma la Palabra mantuvo además su postura de rebajar los sueldos el 25%, aunque se quedó sola en su defensa. Fue José Antonio De Santiago-Juárez, concejal del PP, quien recordó a la formación de Manuel Saravia que cobran 10.000 euros más al mes a los que pueden renunciar, «porque eso de que donáis al partido...todos donamos y no lo decimos».

También contundente fue Martín Fernández Antolín, portavoz de Ciudadanos, que consideró que De Santiago-Juárez había querido ser un fuera de la ley en su partido al desafiarle con la presentación de esta moción pero le criticó su falta de coherencia y el «exceso de oportunismo». «No sé en qué Partido Popular se encuentra usted», recriminó, en alusión a la postura contraria de la Secretaría autonómica del PP sobre el asunto de la capitalidad.

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La respuesta por parte del edil del Grupo municipal Popular fue tan contundente como seria: «¿Que estoy fuera de la ley en mi partido? ¿Que a qué parte del partido pertenezco yo? ¿Y usted? ¿A qué parte pertenece? ¿Al del pucherazo o al otro?», inquirió. Antes se había referido también a las declaraciones que la portavoz de Cs en las Cortes, Carlota Amigo, realizó al respecto. «Decía que el PP me tiene que meter en vereda. Ella, que no sé quién es, Carlota Amigo y, de segundo, de Igea, que no sé quién es», exclamó.

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