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ÓSCAR SAN JOSÉ HERRERO
Valladolid
Sábado, 12 de mayo 2018, 08:31
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El Ayuntamiento de Valladolid cerró ayer, viernes, el período de recepción de propuestas ciudadanas destinadas a aportar ideas para modificar la ordenanza de terrazas a tenor de la controversia que suscitan en el espacio urbano, controversia relativa de forma especialmente notoria a la invasión de aceras o la consiguiente reducción de la movilidad peatonal en diferentes calles y plazas de la capital.
La Concejalía de Urbanismo contabilizó seis escritos recibidos como parte del proceso de consulta previa, de los cuales dos corresponden a los colectivos de comerciantes (Avadeco y Fecosva), y el resto a iniciativas de corte social encarnadas por dos asociaciones vecinales y dos particulares. Una vez cumplido el trámite consultivo, desde la Corporación tratarán de ponerse lo antes posible con el cambio en la regulación, que quieren dejar cerrado a ser posible antes de 2019, aunque no hay fechas concretas y «puede llevar meses».
Si bien los escritos responden a los intereses de quien los plantea, lo cierto es que los seis coinciden en algunos planteamientos y lo llamativo es que no hubo propuestas de los hosteleros. La Asociación Vallisoletana de Comerciantes (Avadeco) incide en que el uso abusivo de las terrazas (manifestado, por ejemplo, en la tendencia a no retirar el mobiliario que conforma las mismas, convirtiéndolas en un elemento constante del paisaje) resulta perjudicial para el tejido comercial. «Una terraza es una barrera al tránsito peatonal y afecta al comercio», resaltan en defensa de sus intereses.
Por ello, plantea, entre otros aspectos, que en zonas peatonales el despliegue de terrazas se realice tras finalizar el horario de carga y descarga o que se estudie ubicar las instalaciones en espacios no colindantes a las fachadas. En idéntica línea, Fecosva reclama «la accesibilidad permanente a los establecimientos comerciales (...) y la posibilidad de poder ver los escaparates».
Por su parte, la Asociación Vecinal Antonio Machado plantea que los locales muestren tablas de precios en las terrazas y la retirada de los elementos de la vía cuando no estén instalados para su uso, además de cuestionar el criterio métrico de la actual ordenanza para asignar los espacios, algo similar a lo que solicita Marisol Morais señalando el problema de espacio en las aceras del barrio de La Rondilla.
La Asociación de Vecinos de Caño Argales insiste en el carácter temporal de las terrazas en defensa del espacio urbano, mientras el arquitecto Óscar Burón sugirió proteger los bienes patrimoniales (Bienes de Interés Cultural) de la influencia de elementos ligados a terrazas, como sombrillas o toldos, que les afectan visualmente. «Soy partidario de no permitir en estos entornos de BICs, elementos permanentes o semipermanentes ligados a terrazas», señalaba.
El concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, no quiso hacer valoraciones de ningún tipo sobre las propuestas y se limitó a señalar que «cada una de ellas es significativa en relación al grupo o sector que la plantea». A partir de ahora, dijo, «la idea es que la modificación de la ordenanza, para la que se tendrán en cuenta estos seis escritos, se lleve a cabo este año», aunque no aportó fechas concretas. El próximo paso será presentar un documento a asesoría jurídica que después se someta a aprobación inicial.
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