Luis Miguel Rojo: «Esta ayuda ha venido para quedarse y todavía le queda recorrido de mejora»
El responsable de la organización caritativa advierte de que «el trámite 'online' es una traba insuperable para muchos»
El delegado diocesano de Cáritas en Valladolid, Luis Miguel Rojo, valora el primer cumpleaños del Ingreso Mínimo Vital como una herramienta «que ha venido para ... quedarse», lo cual es bueno, pero cuyo carácter novedoso y aún carente de la experiencia que da la práctica lo hace mejorable. «Su condición de permanente no quita para que aún tenga bastante camino por recorrer, que haya que dar pasos para perfeccionarla», señala. «Si tenemos en cuenta cuál es el objetivo primordial del ingreso, una gran parte de las personas que atiende Cáritas deberían ser beneficiarios y, sin embargo, no es así. Lo que demuestra que está lejos de ser una prestación universal y sigue siendo una desconocida», opina.
Desde Cáritas abogan por modificar la cobertura e «incorporar a personas ahora excluidas, como los jóvenes de 18 a 22 y las personas en situación administrativa irregular». También a personas que han estado en prisión o tienen problemas de salud mental.
En relación a las condiciones de acceso, Rojo ve necesario simplificar la tramitación y facilitar que las personas puedan acudir de manera presencial y acompañadas. «Debería establecerse un plazo máximo para el cobro de la ayuda de, por ejemplo, tres meses. Conocemos algún caso alarmante, como el de una persona que lleva sin respuesta, esperando la resolución desde junio de 2020».
Además, cree que sería deseable simplificar su obtención, «pensar en la complicación que para las personas solicitantes puede suponer tener que tramitar el complemento subsidiario de la renta garantizada». «La tramitación 'online' es una traba insuperable para muchos», añade el responsable de la ONG de la Iglesia Católica, quien se felicita por que «parece que la Seguridad Social y los Servicios Sociales están empezando a hablar entre ellos y cada vez hay más documentos que se validan entre diferentes organismos».
Para el responsable de la organización caritativa, «ante una crisis que puede golpear a cualquiera de forma súbita e inesperada, habría que hacer que el cobro de la ayuda fuese lo más ágil posible». «Hasta que todo se asiente dentro de varios meses no sabremos cuál es la dimensión de los daños y a qué colectivo tiene que ir dirigida esta ayuda realmente».
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